Jueves 14 de Noviembre de 2024
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Quinta Sardonia, la bodega del Grupo Terras Gauda que sigue principios de viticultura biodinámica en el Valle del Duero, ha comenzado su participación en PRERIVID, un proyecto europeo centrado en la optimización de la gestión del agua en viñedos con el fin de promover la sostenibilidad y eficiencia del riego. La iniciativa ha recibido una subvención superior al medio millón de euros, de los cuales un 80% provienen de los fondos FEADER, y se desarrollará durante cuatro años.
El objetivo principal de PRERIVID es crear una herramienta de riego de precisión que utilice datos obtenidos directamente en las parcelas. Esto permitirá calcular con exactitud las necesidades hídricas de los viñedos, minimizando el desperdicio de agua y haciendo frente al cambio climático de manera proactiva. El proyecto implica a un grupo operativo que reúne a viticultores, tecnólogos y científicos, quienes se encargarán de integrar mediciones relacionadas con las plantas, el suelo y el clima, complementando esta información con análisis de la climatología global, evaluación de prácticas agrarias y necesidades hídricas anuales.
Para Quinta Sardonia, la participación en PRERIVID encaja con su compromiso con la viticultura sostenible y biodinámica. En esta bodega del Valle del Duero, se busca mantener un equilibrio natural entre el entorno, el suelo y la vid. Este enfoque se traduce en prácticas como el uso de compost de elaboración propia, el mantenimiento de la cubierta vegetal y el fomento de la biodiversidad de microorganismos, alineándose con los objetivos de sostenibilidad del proyecto.
Uno de los retos que PRERIVID busca abordar es la gestión eficiente de los recursos hídricos, un problema que se intensifica debido a la escasez de agua. Se espera que el desarrollo de la herramienta de riego de precisión permita un ahorro de hasta el 20% de agua, optimizando el uso de este recurso esencial en viticultura. El proyecto también tiene un enfoque comparativo, ya que analizará diferentes zonas climáticas en Castilla y León, Galicia y la Comunidad Valenciana. Gracias a este enfoque, los resultados obtenidos podrán aplicarse a otros cultivos y regiones, más allá de los viñedos.
El desarrollo de PRERIVID se dividirá en varias fases. En la etapa inicial, se instalarán sensores para recoger datos sobre las condiciones meteorológicas y la humedad del suelo en parcelas experimentales. Esta información, combinada con predicciones meteorológicas específicas para cada ubicación, permitirá prever las necesidades de riego a corto plazo. Los resultados se usarán para crear una herramienta que pueda gestionar de manera eficiente el riego según la variedad de uva, el tipo de suelo, la estructura del viñedo y otros factores.
En una segunda fase, se estudiarán prácticas agrarias que puedan reducir el consumo de agua. Entre estas se incluyen la aplicación de caolín y el uso de cubiertas vegetales, cuya eficacia será evaluada en función del momento del año y las condiciones del viñedo. Se utilizarán además tecnologías digitales, como la espectroscopía NIR, para recoger datos sobre el estado de las plantas sin necesidad de intervención directa. Otro aspecto clave será la evaluación del efecto de estas prácticas en la calidad de la uva y el vino, analizando parámetros fisicoquímicos que determinarán si los métodos de riego implementados afectan favorablemente al producto final.
Finalmente, PRERIVID también se centrará en el impacto económico de las innovaciones introducidas, comparando los costes y beneficios de la herramienta de gestión de riego. El proyecto está enmarcado en el Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PEPAC) 2023-2027, financiado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y apoyado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria es la encargada de gestionar estas ayudas, con un presupuesto total del proyecto de 589.371,54 euros y una subvención asignada de 583.385,01 euros.
La Fundación Empresa Universidad Gallega (FEUGA) lidera la coordinación de PRERIVID, que cuenta con la participación de varios actores clave. Entre ellos se encuentran las bodegas Quinta Sardonia, Quinta Couselo y Bodegas Enguera, la empresa tecnológica Monet Tecnología e Innovación S.L., y varias instituciones académicas y de investigación como la Universidad de Santiago de Compostela (USC), el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), y el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), en colaboración con la Universitat de València y el Gobierno de la Rioja.
Este enfoque multidisciplinar refuerza la importancia de la cooperación entre la ciencia y la práctica agraria para afrontar retos medioambientales y mejorar la sostenibilidad en la producción de vino.
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