Industrias vitivinícolas europeas urgen a Castilla-La Mancha a implementar una destilación de crisis

Mientras el vino blanco prospera, el tinto se enfrenta a serios problemas en la región

Viernes 22 de Septiembre de 2023

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La Asociación de Industrias Vitivinícolas Europeas (AIVE) ha expresado reiteradamente su preocupación durante el año en curso por la situación que vive el mercado de la uva tinta en Castilla-La Mancha. Ante la caída de precios, AIVE había anticipado las adversidades que surgirían si no se apoyaba una destilación de crisis, particularmente para vinos tintos, una medida que ha demostrado ser efectiva en otras regiones como Extremadura, La Rioja y Cataluña. Esas regiones han logrado estabilizar y mejorar la situación de la uva tinta tras la implementación de dicha destilación. En el panorama europeo, Francia también adoptó esta medida con resultados favorables.

Lorenzo Delgado, presidente de AIVE, se mostró descontento con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, alegando que han dejado al sector a la deriva al no tomar medidas para enfrentar el descenso previsto de precios para la uva tinta. Una crítica que no solo dirige a la administración regional, sino que también se extiende a las organizaciones agrarias y a Cooperativas Agro-alimentarias, que agrupa a miles de pequeños viticultores. Delgado sostiene que estas entidades no han respaldado de manera abierta la necesidad de la destilación de crisis, una decisión que, a su juicio, ha perjudicado al sector.

El contraste en la situación del vino blanco y el tinto es notorio. Mientras que el vino blanco ha logrado mantenerse e incluso alcanzar precios más elevados que en años anteriores, los mostos y vinos tintos no han tenido la misma suerte y sus precios se han estancado.

Desde AIVE se ha indicado que ciertas bodegas han sido injustamente señaladas como responsables de esta situación, mientras que las cooperativas están exentas de cumplir con la Ley de la Cadena Alimentaria. Estas cooperativas, en muchos casos, venden sus productos por debajo de los costes de producción y terminan pagando a los viticultores en plazos que superan el año.

Delgado recalca que esta situación genera una dinámica desfavorable para el sector vitivinícola, perjudicando su reputación y economía.

Como propuesta de solución, AIVE sugiere la implementación de una destilación de crisis para el año 2024, con el objetivo de abordar el problema persistente de los vinos tintos y recuperar la cuota de mercado que se ha perdido en el pasado reciente. En su propuesta, enfatizan que dicha destilación debería ser voluntaria y se debe garantizar que los precios estén por encima de los costes de producción. Además, los alcoholes vínicos de primera calidad obtenidos de esta destilación deberían destinarse exclusivamente para uso alimentario, restringiendo el uso de alcoholes que no provengan de la uva o vino para la industria de disolventes y combustibles.

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