Madeira a través de su vino y su gastronomía

Madeira es sinónimo de vino, y es que la identidad de la isla se debe a la producción de sus afamados vinos

Lunes 02 de Septiembre de 2019

Compártelo

Leído › 7500 veces

Si tienes la posibilidad de hacer enoturismo en Madeira es una oportunidad que no debes dejar escapar, y es que la isla portuguesa enamora a todo el que la visita.

A finales de agosto, principios de septiembre, la temporada de cosecha está en marcha y se celebra el Festival del Vino. Las uvas de Madeira se utilizan principalmente en la producción de vino de Madeira, pero también se pueden consumir directamente.

A decir verdad Madeira es sinónimo de vino, y es que la identidad de la isla se debe a esta fruta, las uvas, con las cuales se produce el vino de Madeira.

Esta fuerte asociación marca-país con el vino se debe a que en el pasado, debido a su posición estratégica en el Atlántico, Madeira fue un importante punto de parada para los barcos que operaban en rutas entre Europa y los continentes africano y americano.

Estas paradas permitieron el transporte de productos como el vino de Madeira que gustó sobremanera en otra isla, de mayor tamaño y algo más al norte: Reino Unido.

De este modo, el comercio con Inglaterra trajo asimismo a muchos británicos a la isla, incluido John Blandy, el fundador de la compañía, quien llegó aquí en 1808. Sus bodegas, Blandy's Wine Lodge, se encuentran en un convento con unos 200 años de historia, en el centro de Funchal, y pueden ser visitadas. Y cómo no, su vino degustado.

Actualmente Madeira Wine Company es uno de sus principales productores de la isla, con marcas como Blandy's, Cossart Gordon, Leacock's & Miles, perteneciente a la familia Blandy.

LA VARIADA DESPENSA DE LA ISLA

Pero Madeira no es solo vino, ni mucho menos. Pescado, carne, frutas tropicales, dulces, el pan bolo do caco y vegetales nutritivos, además del vino de Madeira, componen la variada despensa de la isla.

La cocina de Madeira es tradicionalmente sabrosa. Su secreto es el uso de ingredientes frescos y variados de la naturaleza volcánica de este archipiélago, abundante agua y clima favorable. Desde pescado hasta carne, frutas tropicales, dulces, el típico pan bolo do caco y vegetales nutritivos, no hay nadie que pueda resistirse a sus papilas gustativas. Así, en una visita a la isla es imprescindible probar su relajante (y fuerte) sopa de tomate y cebolla; los filetes de atún frito con maíz; el pez de espada con plátano; maíz frito y ensalada; el navideño plato de carne, vino y ajos; para terminar con el budín de fruta de la pasión.

Los más sibaritas encontrarán su paraíso en el restaurante dos estrellas Michelin II Gallo d'Oro, situado en el del hotel de cinco estrellas The Cliff Bay, en Funchal. Benoît Sinthon, su chef, tiene en Madeira las mejores condiciones para practicar su estilo: técnicas clásicas de cocina francesa, fluidas y llenas de sabor, integradas con los ingredientes locales de la tierra y el mar.

Originalidad y exotismo caracterizan las frutas de Madeira. Gracias al clima subtropical y al suelo fértil de la isla, hay muchas variedades de frutas que llenan de color y sabor tanto mesas como mercados.

La fruta en Madeira se usa de forma creativa, ya sea en platos típicos, en ensaladas (aguacate), helados o helados (pitanga o tabaibo), jugos (mango y maracuyá), dulces (guayaba, uva o níspero), horneados (castaña) e incluso como elemento decorativo en Navidad. Cualquiera que sea la temporada, hay frutas para todos los gustos o preferencias.

EL VINO DE MADEIRA

Madeira es un vino generoso cuya elaboración se compone de múltiples operaciones o fases. El envejecimiento se realiza normalmente mediante un método denominado 'estufagem' (estufa) que consiste en calentar el vino durante varios meses, a temperaturas de alrededor de 50 °C, a través de invernaderos o bien mediante el calor del sol producidos por circulación de agua caliente.

El objetivo de esto es conseguir que el vino se conserve mejor y durante más tiempo, debido a que originalmente debían realizar largos trayectos en barco hasta llegar a Reino Unido, uno de los principales lugares donde era consumido. Sin buscarlo, este procedimiento de conservación otorgó el característico sabor de los madeiras ya que, debido al calor, parte del azúcar residual del vino se caramelizaba concediendo los característicos y agradables aromas y sabores a caramelos y tostados de estos vinos.

Este proceso, que no es originario de Madeira ya que es conocido desde la época de los griegos y romanos, se popularizó en la isla a debido a las grandes expediciones marítimas de los portugueses.

Existen dos tipos originales de vinos Madeira: secos, de variedades Sercial y el Verdelho, y dulces, de variedades Boal y Malvasía. En la actualidad las mejoras en los métodos de elaboración permiten fragmentar más la tipología de vinos: seco, semiseco, semidulce y dulce. Pero en cualquier caso, es un vino que, desde el dulce al seco, desde los más jóvenes a los más añejos, siempre sorprenden a los que tienen el privilegio de probarlos.

En los últimos años, con el auge de estos vinos, se han iniciado también producciones de vinos de Madeira de mesa, o el primer vino espumoso de Madeira.

Fotos: Visit Madeira

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 7500 veces