Benlloch Internacional Wine Meeting afronta su segunda edición con el reto de consolidarse como encuentro de referencia para el sector

Nacido con el objetivo de potenciar el sector vinícola como alternativa económica de futuro para la población de Benlloch y de ser un punto de intercambio de opiniones entre bodegueros locales y expertos internacionales, la segunda edición del Benlloch International Wine Meeting, que se celebrará entre el 31 de octubre y el 1 y 2 de noviembre, calienta ya motores. Una segunda edición que aspira a convertir el encuentro en un evento internacional de referencia para expertos vitivinícolas. La larga tradición vitivinícola de esta población, que casi estuvo a punto de perderse en los años 80, da así un paso adelante dotándose de un completo programa multidisciplinar en el que se ha introducido una fuerte apuesta por la profesionalización.

"El BIWM nace de la Festa de la Verema, que históricamente celebrábamos en esta localidad y que recientemente hemos recuperado, apostando por el nuevo impulso que el sector vitivinícola está cobrando en la zona", nos explica Vicent Casanova, enólogo y concejal de fomento del Ayuntamiento de Benlloch. "Hemos conseguido que vuelva a funcionar el sector, que haya nuevas bodegas y este encuentro es un paso más en esa dirección, ofreciendo un programa más completo y profesional, sin olvidar el ámbito festivo, claro", dice Casanova.

Bodegueros, viticultores, sumilleres y colectivos especializados se darán cita en un programa multidisciplinar cargado de actos con referencias culturales, lúdicas y gastronómicas que giran alrededor del mundo del vino, en el que la programación para el sector profesional y para el gran público caminarán de forma paralela.

En el apartado profesional, la atención recaerá sin duda en la charla que ofrecerá el prestigioso enólogo francés Michel Poudou sobre 'Las características de los vinos del Mediterráneo'. La estrecha relación que Benlloch mantiene desde hace años con Poudou ha servido para que los vinos franceses, concretamente los de las AOC Picpoul de Pinet, Saint Jean de Minervois y Minervois la Liviniere, cerca de Montpellier, al sur de Francia, sean los invitados este año y los protagonistas de una cata profesional. "En la primera edición fueron los vinos portugueses los invitados y este año la buena relación con Poudou, que lleva años elaborando vinos Monastrell en nuestra región, nos abrió las puertas de esta región", explica Casanova que mantiene que "el objetivo es que el intercambio sirva para conocer el know how de los franceses, profundizar en este modelo de referencia y en su forma de elaborar vinos", dice.

Habrá, además, dos mesas redondas que versarán sobre el enoturismo, en auge en la zona, y sobre los 'Vinos de la Tierra de Castellón: de la IGP a la DO', en la que se abordará el proceso en el que se halla inmersa la IGP creada en 2003 y que baraja convertirse en la cuarta denominación de origen valenciana en un plazo de dos años. Faltan aún trámites administrativos pero sus impulsores tienen muy claro que ese es el camino a seguir para situar a los vinos de Castellón en el mapa del consumo.

Y es que esta localidad de histórico pasado vitivinícola mira ahora la viña y el vino con renovado interés. Benlloch tiene dos bodegas en su término municipal y genera casi el 30% de la producción de uva de la IGP Vinos de la Tierra de Castellón, que llega a 800.000 kilos anuales. Una de sus bodegas, Mas de Rander, es, de hecho la más potente en cuanto a producción de la provincia. Si a ello le añadimos el proyecto de creación de una nueva bodega en Benlloch y la reciente modificación del Plan General de Ordenación Municipal que autorizará a las bodegas artesanales a que radiquen su producción en el interior de la población, podemos pensar que Benlloch mira al vino con ojos de futuro. Un futuro para el que Benlloch se está dotando de los instrumentos necesarios para abanderar la recuperación del sector vitivinícola en la Comunitat Valenciana.