China mantiene ventas de vino por 26.800 millones de dólares pese a la contracción del consumo

El canal digital ya representa más de la mitad de las compras de vino en el país y se espera que crezcan un 8% anual hasta 2027

Jueves 06 de Noviembre de 2025

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China’s Wine Consumption Plunges 25 Percent as Industry Shifts Toward Premium Bottles and Digital Sales

El sector vitivinícola en China atraviesa una etapa de cambios. El país busca posicionarse como uno de los grandes productores de vino a nivel internacional, pero al mismo tiempo se enfrenta a una disminución del consumo interno y a un mercado de importaciones cada vez más exigente. El resultado de esta combinación de factores será determinante para el futuro de la industria local.

Durante la última década, China experimentó un aumento rápido tanto en la producción como en el consumo de vino. Según datos de analistas del sector, el consumo per cápita alcanzó su punto máximo alrededor del año 2012. Desde entonces, el ritmo se ha ralentizado y, en 2023, el volumen consumido cayó un 24,7% respecto al año anterior. A pesar de este descenso, China sigue siendo uno de los mercados más importantes a nivel internacional. En 2024 se estimaron que las ventas minoristas de vino alcanzaron los 26.800 millones de dólares estadounidenses.

En cuanto a la producción, China no solo importa vino sino que también desarrolla su propia industria con vinos que buscan competir en calidad. La región de Ningxia ha recibido atención fuera del país por sus viñedos y bodegas que intentan igualar el prestigio de zonas tradicionales como Burdeos. En la sexta edición del Bettane + Desseauve China Wine Tasting, el crítico francés Michel Bettane afirmó que los vinos chinos han superado a los franceses en precisión técnica. Bettane señaló que el país vive un “despertar” en cuanto al conocimiento y cuidado del suelo y la identidad local, y mencionó al Cabernet Sauvignon como la variedad más relevante en Ningxia. En ese evento, seis enólogos cataron algunos de los mejores vinos producidos en China.

China cuenta con una superficie dedicada a la vitivinicultura comparable a la de otros grandes productores internacionales. Esta escala permite una base productiva amplia y moderna. Sin embargo, tener mucho volumen no garantiza éxito comercial inmediato. La calidad, el reconocimiento de marca y la percepción del consumidor siguen siendo factores clave para lograr una posición sólida en el mercado.

En lo referente a las importaciones, China ha reducido progresivamente la compra de vino embotellado extranjero. Esta tendencia se debe tanto a las consecuencias económicas derivadas de la pandemia como a tensiones comerciales con otros países exportadores. Francia, Chile e Italia mantienen posiciones preferentes entre los vinos importados que llegan al país asiático. Esto obliga a las bodegas chinas a competir tanto en precio como en imagen frente a marcas extranjeras ya consolidadas. Para países como Argentina, China representa todavía un mercado pequeño.

El comercio electrónico se ha convertido en un canal fundamental para la venta de vino en China. Más del 53% de los compradores adquieren bebidas alcohólicas por internet, una proporción muy superior a la observada en otros mercados principales. Las previsiones indican que las ventas online crecerán cerca del 8% anual entre 2022 y 2027. Plataformas como Tmall o JD.com concentran gran parte del comercio digital y permiten llegar a consumidores jóvenes y familiarizados con las nuevas tecnologías.

El perfil del consumidor chino también está cambiando. El vino tinto sigue siendo el preferido y representa aproximadamente el 95% del consumo total, muy por encima del blanco, rosado o espumoso. Además, hay una tendencia hacia productos más exclusivos: aumenta la demanda de vinos premium y los precios por litro han subido incluso cuando baja el volumen vendido.

Las bodegas chinas apuestan por mejorar la calidad y construir marcas reconocidas para dejar atrás una estrategia basada solo en grandes volúmenes con baja rentabilidad. El gobierno ha impulsado medidas para modernizar instalaciones y técnicas productivas e incentivar prácticas sostenibles.

Para los productores extranjeros, China sigue siendo un mercado atractivo pero cada vez más exigente. Es necesario ofrecer productos de calidad, adaptar las estrategias comerciales y reforzar la presencia digital para captar nuevos clientes.

Entre los riesgos principales figura la caída del consumo interno: aunque ahora los ingresos pueden mantenerse gracias a vinos más caros, una recesión o una reducción del gasto privado podría afectar negativamente al sector. Además, otras bebidas y cambios en las preferencias hacia opciones consideradas más saludables pueden restar cuota al vino.

El mercado chino del vino combina oportunidades con dificultades propias de un entorno dinámico y competitivo. La producción nacional avanza, el canal digital gana peso y los consumidores muestran interés por productos premium. Sin embargo, la bajada del consumo interno y la fuerte presencia de importados obligan a las empresas a adaptarse rápidamente si quieren consolidarse dentro y fuera del país.

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