El vino en EE UU aún sin señales claras de recuperación

La caída del consumo y la falta de datos claros dificultan prever una recuperación en el sector vinícola estadounidense

Miércoles 24 de Septiembre de 2025

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Wine Industry Faces Ongoing Slump Amid Uncertain Recovery Timeline and Shifting Consumer Habits

El sector del vino en Estados Unidos atraviesa un periodo de incertidumbre sobre cuándo podrá recuperarse la demanda tras la caída sufrida después de la pandemia. Así lo explicó Jon Moramarco, editor del informe Gomberg Fredrickson, durante una presentación de los resultados del segundo trimestre realizada este lunes, 23 de septiembre. Moramarco señaló que la falta de datos claros y completos, tanto por parte de los mayoristas como de los consumidores, dificulta saber si el mercado ha tocado fondo o si aún quedan descensos por delante.

Según Moramarco, las ventas de vino de mesa y los productos de menor precio siguen bajando. Aunque algunos indicadores apuntan a una posible estabilización, no se puede asegurar que el sector haya alcanzado su punto más bajo. En los últimos doce meses, el total de envíos de vino ha mostrado cierta recuperación gracias al aumento en las ventas de vinos espumosos y productos aromatizados, que han compensado parcialmente la caída en los vinos tradicionales. El vino procedente de almacenes fiscales ha permanecido estable o ha subido ligeramente, en torno al 1%.

En comparación, el mercado cervecero ha caído un 5% en el mismo periodo. Las importaciones mexicanas impulsaron temporalmente los envíos de cerveza, pero este efecto se ha reducido con el tiempo. Moramarco explicó que empresas como Constellation Brands consideran que esta situación es cíclica y no estructural. En cambio, las bebidas espirituosas mantienen su liderazgo tanto en valor como en volumen, impulsadas por el crecimiento del tequila y las bebidas preparadas a base de alcohol.

Moramarco subrayó que todos los segmentos del sector de bebidas alcohólicas están experimentando dificultades en cuanto a volumen, aunque el gasto del consumidor sigue aumentando tanto en establecimientos como en tiendas. Los datos presentados por bw166, consultora fundada por Moramarco, se basan en volúmenes nacionales e importados sujetos a impuestos, lo que permite obtener una visión amplia del mercado estadounidense. Según él, este método es fiable porque nadie paga más impuestos de los debidos.

A pesar de ello, Moramarco recomendó no basarse únicamente en una fuente de datos y analizar cada cifra dentro del conjunto del mercado. Los informes sobre inventarios, ventas a distribuidores y escaneos en puntos de venta presentan limitaciones propias. Uno de los mayores vacíos informativos afecta a las ventas y volúmenes de vinos con marca blanca. Gran parte de estos productos pasa por mayoristas intermediarios y la información disponible es escasa. Los productores suelen reservarse estos datos para evitar que otros conozcan sus estrategias comerciales.

En cuanto al consumo real, existe una diferencia entre lo que los consumidores declaran beber y lo que realmente consumen. Desde principios de los años noventa hasta la pandemia, el estadounidense medio bebía unas 15 raciones semanales; esa cifra ha bajado a 13,5 en los últimos doce meses analizados. El consumo declarado se mantiene estable pero no refleja todo lo que entra al mercado.

La tendencia descendente se observa sobre todo en dos grupos demográficos: los Baby Boomers beben menos o dejan el alcohol al hacerse mayores y se espera que esto ocurra también con generaciones posteriores. Para principios de la próxima década, casi un 30% de la población estadounidense con edad legal para beber tendrá más de 65 años. Además, preocupa la reducción entre jóvenes adultos: solo una parte menor de la Generación Z (de 21 a 25 años) consume unas cinco raciones semanales. Moramarco considera importante captar a este grupo para asegurar el futuro del sector vinícola.

El paso habitual es que muchos consumidores empiecen a preferir el vino cuando llegan a la treintena; por eso resulta clave que las bodegas logren integrarse en los hábitos actuales para que el vino gane presencia entre las nuevas generaciones.

La falta de información precisa complica prever cuándo volverán a crecer las ventas y también dificulta ajustar la producción al consumo real. Según estimaciones sobre producción y existencias medias, Estados Unidos necesitará procesar entre 3,2 y 3,3 millones de toneladas anuales para mantener un inventario medio actual cercano a 17,5 meses; antes era superior porque se procesaban cerca de 4 millones de toneladas.

Moramarco advirtió que aunque las caídas se han ralentizado, todavía queda por ver cómo evolucionará el equilibrio entre oferta y demanda tras la reducción drástica del viñedo estadounidense en los últimos años.

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