Un viticultor francés arranca 3 hectáreas de viñedo histórico para ahorrar 600 horas de trabajo al año

El plan estatal ofrece 4.000 euros por hectárea eliminada para ajustar la producción a la demanda y al cambio climático

Jueves 09 de Octubre de 2025

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Gonzague Ordonneau, viticultor de la región de Charente, en Francia, ha tomado la decisión de arrancar tres hectáreas de viñedo de su explotación situada en Val-de-Cognac. Esta finca, que cuenta con 40 hectáreas y que fue plantada por su abuelo, ha sido gestionada por la familia durante varias generaciones. Ordonneau explica que la medida busca adaptarse a las nuevas condiciones del sector y preparar su explotación para el futuro.

El viticultor señala que las viñas eliminadas eran antiguas, requerían mucho mantenimiento y ofrecían un rendimiento bajo. Según sus cálculos, reducir la superficie cultivada en tres hectáreas le permitirá ahorrar unas seiscientas horas de trabajo al año. Su objetivo es mantener el nivel de producción, pero con una gestión más eficiente y menos exigente en recursos y tiempo.

La decisión de Ordonneau se enmarca en un plan de apoyo impulsado por el Ministerio de Agricultura francés a finales de 2024. Este programa, gestionado por FranceAgriMer, tiene como finalidad ayudar a los productores a reducir el potencial vitícola nacional en un momento de crisis para el sector. El plan busca ajustar los volúmenes de producción a la demanda real del mercado. Los viticultores que participan en este programa pueden recibir una ayuda económica de 4.000 euros por cada hectárea arrancada.

Ordonneau afirma que, tras eliminar las viñas más viejas, podrá dedicar tiempo a mejorar el terreno antes de volver a plantar. Su intención es introducir variedades de vid más adaptadas a las condiciones climáticas actuales, marcadas por el aumento de las temperaturas. El productor considera que esta adaptación es necesaria para asegurar la viabilidad de su explotación en los próximos años.

La situación de Ordonneau refleja una tendencia que afecta a otras zonas vitícolas de Francia, donde los cambios en el consumo y el clima obligan a los productores a replantear sus métodos y superficies de cultivo. El apoyo institucional pretende facilitar este proceso y evitar un exceso de producción que no encuentra salida en el mercado.

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