Italia y Francia, los grandes proveedores del mercado español

España gastó casi 300 millones de euros para comprar cerca de 54 millones de litros de vino extranjero en 2023, marcando un récord histórico

Viernes 15 de Marzo de 2024

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Este año, el sector vitivinícola español ha vivido un momento particularmente interesante en lo que respecta a sus relaciones comerciales internacionales. Pese a una reducción en el volumen de vino importado por España, con un descenso del 4,7%, el panorama no es lo que podría parecer a primera vista. De hecho, el gasto en estas importaciones experimentó un crecimiento del 5,1%, impulsado por un notable incremento del 10,3% en el precio medio por litro. Según los datos proporcionados por la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) y analizados por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), nos encontramos ante cifras que merecen una reflexión detenida.

Con una inversión de 299,5 millones de euros para adquirir 53,7 millones de litros de vino, España ha establecido un nuevo récord en términos de valor, alcanzando la cifra más elevada hasta la fecha en su serie histórica. Este aumento del gasto en importaciones, que asciende a 17,3 millones de euros más que en el periodo anterior, se debe en gran medida al aumento del precio medio por litro, que ahora se sitúa en 5,58 euros, reflejando un incremento del 27,7%.

Dentro de este contexto, Italia se consolida como el principal proveedor de vino a España, no solo en términos de volumen, sino también a través de la notable participación del vino aromatizado en este intercambio comercial. Aunque Francia no se queda atrás, manteniendo su posición de liderazgo en términos de valor gracias a sus 186 millones de euros en ventas a España, un 13,3% más que el año anterior. Este dominio franco-italiano en el mercado español es tal que ambos países representan el 74% del valor total y el 43,5% del volumen de vino importado por España en 2023.

Más allá de Italia y Francia, otros países han tenido un desempeño mixto en el mercado español. Portugal se mantiene como el tercer proveedor en valor y volumen, aunque con una caída notable en este último aspecto. Por otro lado, países como los Países Bajos, Sudáfrica y Bélgica han visto disminuciones significativas en términos de valor, mientras que Chile se destaca por un impresionante aumento del 38,4% en volumen, a pesar de una disminución en el valor de sus exportaciones a España.

Este juego de cifras no solo nos habla de la dinámica y la complejidad del mercado vitivinícola español, sino también de su capacidad para adaptarse a los cambios y seguir contribuyendo positivamente al balance comercial del país. El saldo comercial netamente positivo para el vino español, que en 2023 ascendió a 2.606,4 millones de euros, es una clara muestra de la fortaleza y la relevancia internacional del sector.

El vino espumoso supone más de la mitad del vino importado por España

Adentrándonos en el detalle de los productos, observamos tendencias que nos hablan de las preferencias y comportamientos del mercado español respecto al vino. Los vinos espumosos, aquellos con Denominación de Origen Protegida (DOP) envasados, los vinos de aguja y los vinos a granel experimentaron un aumento en su valor, marcando una clara predilección por estos productos. Contrariamente, los vinos sin ninguna indicación envasados, el vino en envases Bag-in-Box (BiB) y el vino de licor vieron una caída en su demanda. La dinámica cambia al observar las tendencias en volumen, donde los vinos espumosos y los vinos con DOP sufrieron caídas, mientras que solo los vinos varietales envasados, los graneles y los vinos de aguja mostraron un aumento.

La preferencia por el vino espumoso es notablemente evidente, representando el 52% del gasto total en vino, con un importe de 156,2 millones de euros, un 9,3% más que el año anterior. Dentro de este segmento, el Champagne francés domina de manera abrumadora, constituyendo el 85% del gasto total en vino espumoso en España durante el año 2023, con una inversión de 134,4 millones de euros, lo que supone un incremento del 13% respecto al año anterior. En volumen, el espumoso francés también lidera, con 4,3 millones de litros importados, apenas superando al italiano por un estrecho margen.

Por otro lado, las importaciones españolas de vinos tranquilos envasados mostraron un panorama mixto. Todos los segmentos aumentaron en valor, excepto el vino sin ninguna indicación, mientras que en términos de volumen, solo el varietal envasado experimentó un crecimiento. Los vinos con DOP envasados registraron un leve aumento del 1,3% en valor, aunque sufrieron una caída del 5,4% en volumen, reflejando un mercado que, aunque dispuesto a pagar más por calidad, es selectivo en cuanto a la cantidad.

La categoría de los graneles presenta una historia de contrastes. Mientras que en general cerraron el año con caídas significativas tanto en valor como en volumen, hubo excepciones notables. Los graneles sin ninguna indicación lideraron las pérdidas, mientras que los vinos con indicación de variedad a granel mostraron un impresionante crecimiento en valor, a pesar de una caída en volumen. Esto sugiere una creciente apreciación por la calidad sobre la cantidad, incluso dentro del segmento de los vinos a granel.

Este detalle de las importaciones, con sus aumentos y caídas, refleja una complejidad y una riqueza en las preferencias de consumo de vino en España. La elevada inversión en Champagne, la selectividad en las importaciones de vinos tranquilos y las tendencias mixtas en los vinos a granel nos hablan de un consumidor español cada vez más informado y exigente, que valora la calidad y la distinción en sus elecciones vinícolas. Estas tendencias, a su vez, configuran un mercado en constante evolución, donde la adaptación y la innovación son clave para satisfacer las demandas de un público con gustos tan refinados como variados.

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