Resurge en La Palma uno de los vinos preferidos de Shakespeare

Se trata de vinos producidos de forma natural, sin alcohol añadido, que adquieren un color oro con tonalidades ambarinas, en los que destaca una potencia aromática muy marcada

La Palma

Lunes 14 de Noviembre de 2011

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"La cepa se encuentra en un gran momento puesto que se han aumentado el número de plantas por superficie en los últimos años"

La malvasía aromática

La malvasía aromática, la que se cultiva en La Palma, sólo se da en las subzonas del Hoyo de Mazo y Fuencaliente. En este último municipio, la producción se concentra en "un terroir único", en palabras de Carlos Lozano, enólogo de las bodegas Teneguía.

"Las 3,5 hectáreas de Llanos Negros son sus límites claros y precisos, planta tras planta, marcados por fallas geológicas y pendientes que hacen de este terruño un mito", asegura.

En su opinión, "los factores cualitativos e históricos desempeñan un papel importante en el concepto de terroir de un vino de clase superior como es el malvasía naturalmente dulce".

Es una variedad "muy bien adaptada durante siglos que es capaz de producir los mejores y escasos racimos" en un singular entorno moldeado por históricas coladas lávicas.

"La cepa se encuentra en un gran momento puesto que se han aumentado el número de plantas por superficie en los últimos años, con una selección de los mejores clones", explica Lozano.

El vino que citó Shakespeare en Las alegres comadres de Windsor tiene el futuro garantizado si no se rompe con la tradición.

"Es necesario respetar las delimitaciones de cultivo de la malvasía, mantenerla en su territorio y no modificar su elaboración para darle al consumidor, que cada vez es más exigente, este vino único", comenta.

Lozano recuerda que la cepa del malvasía "tiene más de 300 vendimias y unas elaboraciones de siglos". Es un caldo "con historia que deja huella", sentencia.

La esperanza de "los verdaderos vinos de terroir", afirma Lozano, son "los viticultores honestos, apasionados y enamorados de sus viñedos, viticultores con sentimientos y deseos de ser únicos", resalta.

El malvasía naturalmente dulce del Teneguía "es muy conocido y nombrado, quizá más en el exterior que en la propia Isla", admite.

"Se suele adquirir como inversión -evoluciona muy bien, revalorizándose su precio- o para un regalo exclusivo", apunta.

En las bodegas Teneguía el malvasía joven se puede adquirir por 18 euros; el botrytis, que es muy escaso y debe su nombre a un hongo que ataca la uva, vale 26 euros; el reserva de 2006 alcanza los 32,46 euros, mientras que el reserva de 1997 se eleva a 90 euros.

La cosecha de 2011 "ha entrado con muy buenos parámetros", afirma. Las bodegas del Consejo Regulador recolectarán unos 15.000 kilos de uva de malvasía que se transformarán en 9.000 litros del afamado caldo.

El malvasía dulce se elabora a partir de uva sobremadurada, de racimos que se dejan madurar en la cepa hasta que alcancen el grado óptimo, combinando la moderna tecnología con las formas tradicionales de elaboración.

Se trata de vinos producidos de forma natural, sin alcohol añadido, que adquieren un color oro con tonalidades ambarinas, en los que destaca una potencia aromática muy marcada.

Los racimos de malvasía tienen granos de forma cónica y pulpa muy jugosa, de color amarillo rojizo en maduración, con aromas y sabores muy complejos e intensos. El contenido de azúcar de estos caldos supera los 45 gramos por litro. Son ideales como entrantes de aperitivos y para postre.

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