Viernes 03 de Octubre de 2025
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Productores de uva de Mendoza han alertado sobre una crisis profunda en la vitivinicultura argentina. La Asociación de Viñateros de Mendoza ha emitido un comunicado en el que afirma que la rentabilidad del sector se encuentra en uno de sus peores momentos en décadas. Según los viñateros, la situación actual pone en riesgo más de 100.000 puestos de trabajo y amenaza la continuidad de muchas familias dedicadas a esta actividad.
El comunicado señala que los costes para los productores han aumentado de forma considerable durante el ciclo 2024/2025. Los incrementos afectan a la mano de obra, los agroquímicos, los fertilizantes, la energía, el transporte y los impuestos. En algunos casos, las subidas alcanzan hasta un 250%. Sin embargo, el precio que reciben por la uva es inferior al del año anterior. Los productores afirman que esta diferencia hace inviable la actividad y provoca endeudamiento y abandono de fincas.
La Asociación explica que el productor primario no tiene capacidad para negociar precios justos. Más del 50% de las bodegas no producen su propia uva y compran a terceros, lo que genera una posición dominante en la cadena. Los pagos se realizan a plazos largos, con cheques a seis o nueve meses desde mayo, y en ocasiones se producen retrasos adicionales. Esta situación afecta tanto a grandes como a pequeños productores.
Los viñateros también mencionan problemas sanitarios como la lobesia botrana, una plaga que ha causado daños importantes en las fincas. Atribuyen parte de este problema a fallos en los controles estatales sobre maquinaria importada por la industria. Aunque reconocen que el gobierno provincial ha comenzado a actuar tras años de reclamos, consideran que las medidas llegan tarde y no compensan las pérdidas sufridas.
En su declaración, los productores insisten en que no solicitan subsidios ni ayudas puntuales. Reclaman una reducción urgente de la presión fiscal, mejores controles frente a contingencias climáticas y sanitarias, acceso a financiación a medio y largo plazo y condiciones claras para negociar y cobrar por su producto. Consideran que estas medidas son necesarias para garantizar la continuidad del sector.
La crisis afecta no solo al aspecto económico sino también al tejido social rural. La Asociación advierte sobre el abandono de fincas, pérdida de empleo y migración de jóvenes hacia otros sectores o ciudades. Señalan que si desaparece el productor primario, se debilita toda la estructura rural: comercios locales, escuelas y tradiciones vinculadas al vino.
Los viñateros piden una reacción coordinada entre el gobierno nacional, provincial y municipal, así como entre todos los actores de la cadena vitivinícola. Subrayan que Mendoza solo podrá mantener su posición como referente internacional del vino si se protege al productor primario. La Asociación se muestra dispuesta al diálogo y a presentar propuestas para superar esta situación.
El comunicado concluye con un llamado a tomar medidas urgentes y sostenibles para devolver rentabilidad al sector y asegurar condiciones justas para quienes trabajan en él. Los productores consideran que está en juego no solo una actividad económica sino también una forma de vida y el futuro social y cultural de Mendoza.
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