El vino ecológico y los nuevos formatos impulsan el crecimiento en un mercado estadounidense en retroceso

Las bodegas apuestan por sostenibilidad, envases alternativos y colaboraciones para atraer a consumidores jóvenes y sortear la caída de ventas

Miércoles 24 de Septiembre de 2025

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Eco-Friendly Wines and Innovative Packaging Drive Growth Amid U.S. Market Decline

El mercado del vino en Estados Unidos atraviesa un periodo de cambios importantes. Las ventas generales han caído durante tres años consecutivos, según datos de WineBusiness Monthly. Aunque existen más de 11.000 bodegas en el país, las 50 mayores controlan más del 90% del volumen total. Esta concentración dificulta que muchas marcas pequeñas puedan adaptarse con rapidez a las nuevas demandas del mercado.

El informe más reciente de Sovos ShipCompliant muestra que los envíos nacionales de vino bajaron un 12% entre enero y junio de este año, mientras que el volumen descendió un 6%. A pesar de este descenso general, algunos sectores del sector vitivinícola están logrando buenos resultados gracias a la adaptación a las nuevas preferencias de los consumidores.

Uno de los segmentos que mejor se comporta es el de los vinos ecológicos y sostenibles. Los consumidores, especialmente los más jóvenes, buscan vinos producidos con prácticas responsables con el medio ambiente y están dispuestos a pagar más por ellos. Un análisis publicado en Food Quality and Preference indica que los compradores pagan hasta un 15% más por vinos con certificaciones sostenibles. Según el IWSR, los jóvenes impulsan el crecimiento del mercado de vino ecológico y un estudio reciente del Wine Market Council señala que el 60% de estos consumidores prefiere vinos orgánicos o sostenibles. Mientras las ventas generales caen, las ventas de vino ecológico crecieron un 2,6% el año pasado, según Nielsen IQ.

Algunos países han apostado fuerte por la producción ecológica. Austria, por ejemplo, tiene el 25% de sus viñedos certificados como orgánicos y ha incrementado su valor de exportación en más de 100 millones de dólares desde 2015. Oliver Chramosta, responsable internacional de Austrian Wine, explica que la reputación ecológica del país abre nuevas oportunidades comerciales en mercados preocupados por la sostenibilidad.

El mercado mundial del vino ecológico alcanzó un valor cercano a los 9.840 millones de dólares en 2021 y se prevé que crezca a una tasa anual compuesta del 11,3%, hasta llegar a unos 25.070 millones en 2030. Bodegas como Alileo Wines en Sicilia invierten en certificaciones como la orgánica o la Certified B porque saben que esto impulsa las ventas. Antonio Bertone, cofundador de Alileo, afirma que han experimentado un crecimiento anual del 20%. Además, su apuesta por formatos alternativos como el vino en caja responde tanto a criterios medioambientales como a la demanda de comodidad por parte del consumidor.

El envase es otro factor importante para quienes buscan productos sostenibles y prácticos. Más de la mitad de los consumidores jóvenes valoran el vino en caja por sus ventajas ecológicas y su facilidad para compartir en reuniones sociales. Un estudio realizado por Ocado indica que el 66% de los jóvenes considera este formato más cómodo para ocasiones sociales.

Zach Poelma, vicepresidente senior en Southern Glazer’s Wine and Spirits, señala que las marcas con mayor crecimiento en vinos enlatados y en caja cuidan mucho la presentación y apuestan por envases atractivos y funcionales. El auge del vino en caja se debe a una combinación de comodidad, preocupación ambiental y cambios en los hábitos de consumo, sobre todo entre los jóvenes. Las ventas de vino premium en lata crecen actualmente a tasas elevadas.

Marian Leitner-Waldman, directora ejecutiva y fundadora de Archer Roose Wines, explica que su empresa superó las 100.000 cajas vendidas el año pasado y ha visto aumentar su ritmo de ventas un 45%. Su éxito se basa en ofrecer formatos individuales pensados para quienes buscan moderación sin renunciar a la calidad ni al respeto al medio ambiente.

Jen Pelka, cofundadora y directora ejecutiva de Une Femme Wines, comparte esta visión. Su marca prevé vender unas 300.000 cajas este año y ha registrado un crecimiento interanual del 122%. Para sus clientes, el vino en lata supone una mejora en comodidad y sostenibilidad sin perder calidad ni versatilidad.

Las bodegas también están logrando buenos resultados al asociar su marca con experiencias lúdicas o colaboraciones con otros negocios. Rivaura Estate Vineyard and Winery, situada junto al río Clearwater en Idaho, ha conseguido aumentar su producción hasta las 5.000 cajas anuales gracias a una colaboración con American Cruise Lines. Los visitantes disfrutan no solo del vino sino también de cervezas artesanas elaboradas allí mismo y comida servida desde un camión-restaurante.

3100 Cellars, también en Idaho, ha duplicado sus ventas tras asociarse con restaurantes locales y abrir una sala de catas bajo reserva previa. Su especialización en vinos espumosos les permite diferenciarse dentro del mercado local.

Archer Roose apuesta por estar presente allí donde sus clientes pasan su tiempo libre: salas de conciertos, cines o incluso vuelos comerciales con JetBlue. Sus ventas han aumentado un 64% este año solo en esa aerolínea. Une Femme sigue una estrategia similar al asociarse con grandes cadenas hoteleras o museos como el Metropolitan Museum of Art.

Las marcas que consiguen crecer actualmente son aquellas capaces de transmitir valores claros relacionados con la sostenibilidad y la experiencia del consumidor. La combinación entre producto responsable con el entorno natural, formatos cómodos y colaboraciones estratégicas está marcando la diferencia para muchas bodegas tanto grandes como pequeñas dentro del sector vitivinícola estadounidense.

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