El Grifo Hotel abre en Lanzarote con una propuesta de enoturismo sostenible y respeto al entorno

El Grifo Hotel ha abierto sus puertas en el municipio de Mozaga, en el centro de Lanzarote, como una nueva propuesta para quienes buscan conocer la isla a través de su tradición vinícola. El establecimiento ocupa el antiguo Caserío de Mozaga, una casa familiar construida a finales del siglo XVIII y catalogada como Patrimonio Histórico de Lanzarote. La familia Otamendi, propietaria de la bodega El Grifo, ha impulsado este proyecto con el objetivo de ofrecer un alojamiento que combine la historia local, la viticultura y un turismo respetuoso con el entorno.

La bodega El Grifo es conocida por ser la más antigua de las Islas Canarias y por su museo, que recibe visitantes desde hace décadas. Hace dos años, los hermanos Juan José y Fermín Otamendi decidieron orientar su oferta hacia un público interesado en experiencias personalizadas y en la calidad del servicio. Desde entonces, han puesto en marcha visitas guiadas para grupos reducidos, catas comentadas y un wine bar donde se pueden probar vinos acompañados de productos locales.

El hotel cuenta con 9 habitaciones dobles y 2 suites. Cada estancia mantiene elementos originales del caserío y ofrece vistas al paisaje volcánico de La Geria. La decoración es sencilla y funcional, con detalles que recuerdan la historia vinícola de la familia. Los huéspedes reciben una copa de vino como bienvenida y pueden acceder a una visita con audioguía por la bodega, además de participar en una cata dirigida por expertos.

El restaurante El Grifo Mozaga funciona de martes a sábado a partir de las 18:00 horas y está abierto tanto para clientes del hotel como para visitantes externos. Su carta se basa en ingredientes frescos y recetas tradicionales canarias, adaptadas a técnicas actuales. Los platos se maridan con vinos producidos en la propia bodega.

El Grifo Hotel ofrece dos experiencias exclusivas para sus huéspedes. La primera es la Experiencia Finca Testeina, que incluye un recorrido por los viñedos cercanos al hotel, cata de vinos y quesos locales, visita al museo y degustación final en el wine bar. La segunda opción está dirigida a personas interesadas en profundizar en la cultura del vino: incluye visita a los viñedos históricos conocidos como chabocos centenarios, acceso a la biblioteca familiar y cata comentada de seis vinos diferentes junto a quesos artesanos.

La apertura del hotel responde a una demanda creciente de viajeros que buscan alojamientos pequeños, integrados en el entorno natural y cultural. Según los responsables del proyecto, el objetivo es mantener un equilibrio entre actividad turística y respeto por el paisaje protegido de La Geria. El establecimiento limita su capacidad para garantizar tranquilidad a los huéspedes y reducir el impacto ambiental.

El Grifo Hotel se suma así a otras iniciativas que buscan impulsar el enoturismo en Lanzarote desde una perspectiva sostenible. La familia Otamendi subraya que su apuesta pasa por mantener vivas las tradiciones agrícolas y ofrecer al visitante una experiencia directa con la historia y los productos locales.