Los aranceles de Trump golpean al sector vitivinícola francés

Francia teme pérdidas de hasta 800 millones en exportaciones y advierte de cierres de bodegas y pérdida de empleo

Lunes 07 de Abril de 2025

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Trump impose des droits de douane de 20 % sur les vins européens, la filière française en alerte

El anuncio del expresidente estadounidense Donald Trump sobre la imposición de aranceles del 20 % a los productos procedentes de la Unión Europea ha generado preocupación en el sector vitivinícola francés. La medida, comunicada la semana pasada, afecta directamente a las exportaciones de vinos y espirituosos hacia Estados Unidos, primer mercado exterior para estos productos franceses.

La Federación de Exportadores de Vinos y Espirituosos (FEVS) ha estimado que esta decisión podría provocar una caída de hasta 800 millones de euros en las exportaciones hacia Estados Unidos. En 2024, Francia vendió a ese país vinos por valor de 2.400 millones de euros y espirituosos por 1.500 millones. La federación advierte que este retroceso tendrá consecuencias graves sobre el empleo y la economía del sector.

En la región de Cognac, donde la exportación representa una parte esencial de la actividad económica, el presidente de la Unión General de Viticultores, Anthony Brun, ha calificado la situación como “una catástrofe”. Según él, estas nuevas tasas aduaneras, sumadas al conflicto comercial con China, podrían provocar cierres en cadena de explotaciones en Charente. Brun considera que el impacto será difícil de asumir para muchas pequeñas y medianas empresas del sector.

En Borgoña, otra zona fuertemente dependiente del mercado estadounidense, el presidente del Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne (BIVB), Laurent Delaunay, ha expresado su preocupación pero también cierto alivio. El pasado 13 de marzo se había anunciado la posibilidad de aranceles del 200 %, lo que habría supuesto un golpe mucho más duro. Finalmente, con un gravamen del 20 %, el impacto económico se estima en unos 100 millones de euros. En 2024, Borgoña exportó a Estados Unidos cerca de 21 millones de botellas por un valor total superior a los 369 millones de euros.

Delaunay explica que el sistema estadounidense de distribución encarece ya los precios finales debido a su estructura en tres niveles: importador, mayorista y minorista. Con los nuevos aranceles, teme que se supere un umbral psicológico para muchos consumidores. Por ello, propone que tanto los productores franceses como sus socios estadounidenses hagan un esfuerzo conjunto para mantener precios accesibles. Según él, algunos productores están dispuestos a reducir sus precios en origen y esperan que los distribuidores estadounidenses también ajusten sus márgenes.

Marine Descombe, viticultora en el Beaujolais y responsable del Château de Pougelon, comparte esta visión. Aunque reconoce que las nuevas tasas son un golpe duro para el sector, subraya la buena relación con sus socios comerciales en Estados Unidos. Cree que todavía es pronto para medir todas las consecuencias y recuerda que las decisiones políticas pueden cambiar rápidamente. Aun así, insiste en que existe una voluntad común para encontrar soluciones sin recurrir a medidas extremas.

Tanto Descombe como Delaunay piden evitar una escalada comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos. Consideran que una guerra comercial perjudicaría a ambas partes y apelan al diálogo como única vía posible para resolver el conflicto. Según ellos, los viticultores son víctimas indirectas de decisiones políticas ajenas al sector y piden a las autoridades europeas actuar con prudencia.

Este viernes por la tarde, el presidente Emmanuel Macron ha convocado en el Palacio del Elíseo a representantes del sector agroalimentario afectado por los aranceles estadounidenses. A la reunión asisten también el primer ministro François Bayrou y varios ministros relacionados con agricultura y comercio exterior. Entre los participantes figuran Dominique Chargé (La Coopération Agricole), Jean-François Loiseau (ANIA) y Gabriel Picard (FEVS). Se espera que tras este encuentro se anuncien medidas o posicionamientos oficiales por parte del Gobierno francés.

El sector vitivinícola francés sigue atento a las decisiones políticas tanto en París como en Washington. Mientras tanto, productores e importadores intentan mantener sus relaciones comerciales activas y buscan fórmulas para amortiguar el impacto económico derivado del nuevo escenario arancelario.

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