Valdepeñas reivindica su derecho a ser sinónimo del buen hacer y de la historia del vino en España

Lastrados durante décadas por la sombra de los graneles sin calidad en los últimos años esta denominación de origen manchega ha dado un paso adelante en elaboración, promoción y puesta en valor de sus vinos y su rico patrimonio vitivinícola

Carmen Fernández

Jueves 03 de Mayo de 2018

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La calidez define los vinos de La Mancha especialmente en un territorio como el de Valdepeñas, donde la cultura del vino sigue campando allá donde se mire. Encontramos blancos, tintos y rosados de Valdepeñas elaborados con hasta 12 variedades autorizadas entre las que va cobrando mayor protagonismo las uvas autóctonas como la airén, con la que se busca conseguir vinos diferenciados que encajen en las demandas del mercado sin renunciar a lo que es Valdepeñas.

Porque hablar de la Denominación de Origen Valdepeñas es hablar de la tradición y la historia del vino de España, que se remonta a varios siglos antes de Cristo. Es la segunda Denominación de Origen española en volumen de ventas en el canal de alimentación y la tercera en reconocimiento y penetración de marca. Siguen siendo líderes indiscutibles en los lineales de las grandes superficies y, sin embargo, arrastran la sombra alargada de la falta de calidad en sus productos.

Valdepeñas fue, durante mucho tiempo, sinónimo de graneles de escasa calidad y de producción de enormes cantidades de vino en los que, en muchas ocasiones, se primaba la cantidad a la calidad. El sector es consciente de ese pasado reciente y de la dura reconversión sufrida en el último medio siglo, que ha llevado a la desaparición de una parte importante de los productores, pasando de 350 bodegas existentes hace 60 años a la docena actual. Desaparecieron también cooperativas y cosecheros y muchas de las bodegas situadas en el centro de la localidad lucen ahora como restaurantes o como Museos de la historia reciente del vino en España.

MIRAR AL FUTURO DESDE UN PASADO CON "HISTORIAS QUE CONTAR"

Asumiendo plenamente ese pasado, esta denominación de origen se constituye en Asociación Interprofesional en 2009 para ofrecer un marco de trabajo y de parámetros de calidad a bodegas y agricultores. Comienza a dar entonces notables pasos adelante, apostando por la calidad en unos vinos cuyo perfil cada vez encaja más en los gustos del consumidor más generalista, que aprecia unos vinos ligeros, de fácil paso y excelente relación calidad/precio.

"Los vinos de Valdepeñas no quieren parecerse a ningún otro vino que no sea Valdepeñas", explicaba el presidente de la Denominación de Origen Valdepeñas, Jesús Martín, que reivindica para Valdepeñas su mercado y su público frente a la crítica especializada que con frecuencia ha denostado estos vinos.

Pero para ello los responsables de la denominación de origen son conscientes de la necesidad de hacer esfuerzos de promoción - mantienen una campaña de promoción bajo el lema "Vinos con historias que contar" - y de apuesta por la calidad, que les haga competitivos en un mercado como el actual, donde son la cuarta denominación de origen española en ventas, con un 50% de su producción destinada a exportación.

Entre estas acciones destaca la incorporación en la contraetiqueta de la variedad o variedades empleadas así como la añada, lo que la convertirá en la primera DO en ofrecer esta información al consumidor en este 2018. Además, van a poner en marcha tanto un proyecto de parcelación de suelos, en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha, como la creación de una marca Valdepeñas Excellent para aquellos vinos que cumplan una serie de requisitos de excelencia lo que permitirá poner en valor viñedos históricos con un plus de calidad dentro de la denominación de origen.

ENOTURISMO EN ALZA

Y junto a esta apuesta por la calidad, el ordenamiento y el control de la producción, destaca también en Valdepeñas la mirada hacia variedades propias que tradicionalmente habían sido consideradas menores, como la airén y la cencibel (tempranillo) y la puesta en valor de un patrimonio vitivinícola y etnográfico que forma parte de la historia de España.

Descubrimos así algunas de las cuevas que se conservan en Valdepeñas, donde las tinajas de barro atesoraban tradicionalmente la elaboración del vino cuando no existía ni el inox ni las camisas de frío. Bajo roca y con porcentajes de humedad del 60% al 75% podremos encontrar algunas de estas cuevas en las bodegas de Miguel Calatayud, la de Navarro López, la más profunda de Valdepeñas o la Cueva del Arte de Bodegas Los Llanos, perteneciente al Grupo García Carrión, que conserva una de las mayores de España: más de 10 metros cuadrados de cueva en la que durmen 33 mil barricas de diferente antigüedad.

Cueva Señorio de los Llanos

Desgraciadamente son excepciones, ya que muchas de las cuevas originales se eliminaron para conseguir más espacio de almacenamiento en la época en la que la cantidad lo era todo. Cambiado el signo de los tiempos, los bodegueros son conscientes de la necesidad de reivindicar su tradición elaboradora de vino y mostrarla a sus visitantes.

nave de tinas de barro centenarias Bodegas Navarro LopezNave de tinas de barro centenarias Bodegas Navarro Lopez

En este sentido, la bodega Navarro López ha sido una de las precursoras en la zona en su apuesta por el enoturismo, poniendo en marcha diferentes tipos de visita, adaptadas a las características de los visitantes y a la época del año, lo que permite a los enoturistas conocer mejor el proceso de elaboración del vino, pisando viñedo, además de organizar diferentes actividades culturales en sus instalaciones (conciertos, gastronomía, etc.). Todo ello los ha hecho acreedores de aparecer en la publicación Experiencias de Éxito en Enoturismo de la Asociación Española de Enoturismo (AEE).

UN VINO PARA CADA PALADAR

En este proceso de evolución a marchas forzadas, la producción en Valdepeñas se ha concentrado en  pocas bodegas - actualmente hay dadas de alta 19 en la DO pero realmente en funcionamiento una docena- y tan solo una gran cooperativa, Coovival, creada en 2016 con una filosofía muy diferente a las antiguas. Centrada en llevar adelante la vinificación tanto de sus hectáreas propias como de las controladas como si de una bodega se tratara, se encuentran en proceso de  implementación de control de calidad en la recogida de la uva, de la que procesan unos 3 millones de litros al año. De la producción total, 25 mil se destinarán a embotellado y el resto serán graneles, muchos de ellos de gran calidad, que se llevará el mejor postor para ponerle nombre y apellido a este vino nacido de la tierra de Valdepeñas.

Una tierra de viñedos resistentes y de poca producción, con temperaturas extremas y precipitaciones escasas en las que se manejan una docena de variedades de uvas tintas y blancas con rendimientos de producción de 6000 kilos/hectárea en el caso de las tintas y de 7500 kl/ha en el caso de las blancas que la Denominación de Origen quiere incrementar para mejorar rentabilidad de unos vinos que se comercializan en más de 100 países. Vinos jóvenes, reservas, crianzas o grandes reservas entre los que también encontraremos rosados, espumosos, frizzantes, vinos semi secos o semi dulces, .... vinos bien elaborados, que muestran todo lo que son, directos, y con precios económicos que desarman cualquier razonamiento de que beber vino es caro.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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