Martes 09 de Diciembre de 2025
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Michel Bettane, uno de los críticos de vino más influyentes del mundo, ha finalizado una gira por China en la que ha probado más de 300 vinos premium producidos en ese país. Bettane, conocido por su trabajo en 'La Revue du vin de France' y por ser cofundador de la Guía Bettane y Desseauve, ha realizado unas declaraciones que han sorprendido al sector vitivinícola francés. Según el experto, muchos vinos chinos superan en calidad a los franceses, incluso entre los de alta gama.
La cata se celebró durante la sexta edición del evento Bettane + Desseauve en China, que tuvo lugar en Pekín y Shangri-La (Yunnan). Junto a otros cinco expertos internacionales, Bettane analizó vinos de diferentes regiones chinas. El crítico ha explicado que China vive un “asombroso despertar del terruño”, lo que se refleja en la calidad y el reconocimiento internacional que están alcanzando sus bodegas. Hace quince años, la industria del vino en China era casi inexistente, pero ahora el país figura entre los principales productores mundiales.
Bettane ha puesto en valor la estrategia de las bodegas chinas, centrada en la calidad más que en la cantidad. Muchas bodegas han enviado a sus responsables a formarse en las regiones vinícolas más conocidas de Europa para después aplicar esos conocimientos a las condiciones locales. El resultado es una producción que aprovecha las particularidades de cada región china y que está logrando vinos muy cotizados sin depender de la tradición francesa.
El crítico ha subrayado la precisión técnica con la que se controlan los procesos de maduración y fermentación en China. Según sus palabras, apenas encontró vinos con defectos graves y el nivel general de elaboración supera al que suele encontrar en catas anuales realizadas en Francia. Entre las regiones chinas analizadas, Ningxia y Yunnan han llamado especialmente su atención. En Ningxia, donde los inviernos son duros, las bodegas han desarrollado técnicas como enterrar las cepas para protegerlas de la nieve. Esta región ha seguido el modelo de Burdeos, lo que ha sido reconocido por Bettane.
Por otro lado, Yunnan le sorprendió especialmente por un vino blanco: un Chardonnay producido en Shangri-La que, según el crítico francés, puede competir con los grandes blancos internacionales.
Bettane también ha señalado un cambio importante en la estrategia de los productores chinos. Si bien al principio imitaban modelos europeos como el de Burdeos, ahora están experimentando con nuevas combinaciones entre variedades de uva, terrenos y condiciones climáticas propias del país. Este proceso recuerda a lo ocurrido en la industria tecnológica china, donde tras una primera etapa de imitación se pasó a una fase de innovación propia.
El crítico considera que el tamaño y diversidad del territorio chino ofrecen posibilidades casi ilimitadas para crear y perfeccionar nuevas variedades de uva y estilos de vino. Estas declaraciones suponen un golpe para el orgullo francés y europeo dentro del sector vitivinícola. La industria china del vino avanza hacia una posición preferente gracias a su apuesta por la formación técnica y la adaptación a sus propias condiciones geográficas y climáticas.
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