Diviértete captando diferencias de sabor con este examen gustativo del vino

Así se evalúan sucesivamente las sensaciones de la boca

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Cuando pensamos en un sumiller inmediatamente imaginamos a un experto catador introduciendo su nariz en la copa pero, aunque el mundo del vino es lo que es por su abanico aromático, con la boca en su fase gustativa podemos apreciar una amplia gama de sutiles matices que resulta interesante conocer si se quiere disfrutar plenamente el vino.

A continuación presentamos un divertido examen gustativo gráfico para que descubras punto por punto todo lo que la boca puede percibir si le presta un poco de atención.

Para realizar el ejercicio primero introducimos en la boca unos centímetros cúbicos de vino, un pequeño sorbo, y levantando ligeramente la cabeza, se deja correr sobre la lengua, primero por los lados y después hacia el fondo. Es así como se evalúan sucesivamente azúcares, alcohol, cuerpo, acidez, suavidad y astringencia.

Cada valoración no debe superar los 10-15 segundos. Lo aconsejable, en lugar de mantener demasiado tiempo el vino en la boca, es repetir otra vez el examen, ya que la temperatura, más elevada, y la disolución en la saliva acabarán, casi con toda seguridad, por modificar la percepción de los sabores.

Se traga entonces el vino y se valoran las sensaciones finales y la intensidad de la persistencia aromática.

Tras la deglución se espira por la nariz, con lo que se envían a la mucosa olfativa y se perciben nítidamente los aromas presentes en la boca.

Una vez catado, trata de dar un valor a los siguientes parámetros:

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