Sangiovese: el alma de la viticultura italiana

El vino que define a Italia

Vilma Delgado

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La cepa Sangiovese, emblemática y profundamente arraigada en la tradición vitivinícola italiana, especialmente en la región de la Toscana, representa el alma de algunos de los vinos más celebrados de Italia. Originaria de este país, específicamente se cree que de la Toscana, esta variedad no solo es la más cultivada en Italia sino que también es la columna vertebral de vinos de renombre mundial como los Chiantis y los Brunellos di Montalcino, además de ser un componente esencial en la elaboración de los afamados vinos toscanos y supertoscanos.

A través de investigaciones genéticas, se ha sugerido que la Sangiovese desciende de dos variedades: la Ciliegiolo, una cepa antigua bien conocida en la Toscana, y la Calabrese Montenuovo, una variedad casi extinta originaria de Calabria. Este linaje subraya la importancia histórica y la complejidad genética de la Sangiovese dentro del patrimonio vitivinícola italiano.

Conocida bajo varios sinónimos que reflejan la diversidad de su cultivo y las peculiaridades locales, la Sangiovese es llamada de manera distinta dependiendo de la región; en Romaña y Chianti mantiene su nombre original, mientras que en Montalcino se la conoce como Brunello y en la zona donde se produce el vino Nobile di Montepulciano, se le llama Prugnolo Gentile. Otros nombres incluyen Nielluccio y Morellino, demostrando la rica diversidad cultural y agrícola de Italia.

El perfil de sabor de la Sangiovese es tan distintivo como su historia. Los vinos producidos con esta variedad tienden a tener altos niveles de taninos y acidez, características que les confieren una notable capacidad de envejecimiento y complejidad. Por lo general, son vinos de cuerpo medio que presentan aromas que recuerdan a cerezas agrias, ciruelas, manzanas, cuero, café y hojas de laurel. Esta paleta de sabores hace de la Sangiovese una variedad excepcionalmente versátil, ideal tanto para ser disfrutada por sí sola como en mezclas con otras cepas, como el Cabernet Sauvignon y el Merlot, y para su maduración en barricas de roble nuevo, lo cual enriquece su complejidad y estructura.

En cuanto al maridaje, los vinos de Sangiovese armonizan maravillosamente con los platos de la cocina italiana, especialmente aquellos ricos en carnes y salsas de tomate. Platos como la lasaña o la pasta con salsa boloñesa se complementan perfectamente con la acidez y los taninos de estos vinos, creando experiencias gastronómicas profundamente arraigadas en la tradición culinaria italiana.

Uvas Sangiovese en la región de Montalcino

La Sangiovese no solo es una cepa, sino un símbolo de la cultura vitivinícola italiana, que encapsula la historia, la tradición y la diversidad del país. Su capacidad para adaptarse a diferentes terroirs y climas, junto con su versatilidad en la vinificación, la convierte en un pilar fundamental de la industria vitivinícola italiana, continuando su legado de excelencia y innovación en el mundo del vino.

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