Tras 30 años de trayectoria, la bodega gallega Santiago Ruiz lanza un nuevo vino

“Este vino representa lo mejor de nuestra tradición bodeguera, de nuestra tierra, y es un homenaje a la herencia recibida”. Así se expresaba Rosa Ruiz, emocionada con el vino que lleva su nombre, un albariño monovarietal 100% que supone todo un hito para las Bodegas Santiago Ruiz. Es la primera vez en la historia de esta bodega pionera en la creación de la D.O Rías Baixas que sacan un vino diferente a su buque insignia, Santiago Ruiz. “Siempre estuvimos satisfechos con nuestro Santiago Ruiz pero nunca hemos perdido la inquietud de experimentar e innovar con nuestra variedades”, explica la hermana menor de las tres hijas de Santiago Ruiz, que comenzó a trabajar en la bodega en los años 80. Este vino, su vino, es también un tributo de la bodega a Rosa, tras toda una vida dedicada a la firma, que está adherida a Bodegas Lan, que siempre ha respetado su personalidad y cultura propia. “Personalmente para mi supone una gran emoción contar con un vino que lleva mi nombre, un vino singular, que habla de lo que somos, de nuestra personalidad”.

Un vino elaborado exclusivamente con uva albariña, al contrario que Santiago Ruiz, plurivarietal, y que ha sido “un niño querido y mimado”, asegura la enóloga de la bodega, Lucía Freire. Elaborado a partir de una cuidada selección de uvas procedentes de las cepas centenarias que la bodega posee en O Rosal, estamos frente a un vino intenso, limpio en nariz pero con una boca amplia, de gran estructura y cuerpo, algo que se ha conseguido fundamentalmente gracias a la maceración prefermentantiva en frío con nieve carbónica, que se ha hecho inmediatamente después de la selección de uvas, manteniéndola 12 horas para, posteriormente, dejar una larga crianza del vino sobre sus lías, lo que le confiere ese carácter singular.

Tan solo 3500 botellas
Del Rosa Ruiz se han elaborado tan solo 3.500 botellas y, aunque la climatología y las condiciones de la uva serán las que marquen la producción, la intención es no superar nunca esta producción, ya que es un vino de edición limitada, y casi conmemorativo. Es por ello que se han cuidado todos los destalles y la etiqueta no podía ser menos. Si la etiqueta tradicional del Santiago Ruiz ya rompió moldes en su momento - con un mapa dibujado a mano alzada por una de las hijas de Santiago Ruiz para localizar el lugar de su boda- la etiqueta de este nuevo vino fue muy meditada también. Finalmente se encomendó el trabajo también a un equipo liderado por una mujer, Marta Lojo, que se centró su diseño en el rojo, el color que personalizan la bodega y también el favorito de Rosa Ruiz. La etiqueta es una ilustración también pero extraída de una fotografía familiar, donde padre e hija se asoman a la ventana de la fachada exterior de la bodega histórica..

Y es que la familia y la tradición que han marcado la evolución de Santiago Ruiz no están reñidos con la innovación y la búsqueda de nuevos mercados. Es por ello que Santiago Ruiz cuenta actualmente con dos bodegas, la familiar, en San Miguel de Tabagón, donde actualmente están las oficinas y un pequeño museo en el que se recogen los instrumentos tradicionales que se empleaban para la elaboración del vino, y las nuevas instalaciones en Tomiño, fundadas en 2007 y donde actualmente se ha trasladado la producción de Santiago Ruiz. Esta bodega es una construcción moderna edificada al pie de las 38 hectáreas de viñedo propio con las que cuenta Santiago Ruiz y en las que se cultivan las variedades que le dan su personalidad a este vino: albariño, loureiro, Treixadura, Godello y Caiño Blanco.

Innovación y renovación
En en estas instalaciones modernas donde, a través de un proyecto de I+D y con las más modernas tecnologías para garantizar la mejor calidad, se trabajó durante casi dos años hasta conseguir este nuevo vino, Rosa Ruiz, que viene a demostrar que la filosofía de trabajo y apuesta por la innovación y por las variedades autóctonas que siempre ha caracterizado a Santiago Ruiz sigue estando más presente que nunca en su bodega con este vino,que supone una novedad enorme para esta bodega que durante 30 años ha tenido una única marca y que ahora apuesta por un 100% albariño procedente de las cepas más antiguas de la propiedad. Solo queda disfrutar de este homenaje a la familia y el legado, al vínculo con el terruño y a la continuidad al frente de este proyecto bodeguero.