Zárate
Jueves 17 de Noviembre de 2011
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El panel de cata (de izq. a dcha. y de arriba a abajo): Antonio Saura, Gerardo Herrero, Sergio Pazos e Isabel Prinz.
A pesar de la crisis que sufre también el sector vinícola, el viñedo de nuestro país continúa siendo un territorio fértil en novedades; y de gran interés, afortunadamente.
La dinámica, iniciada hace ya tres lustros, que impulsó la democratización de la calidad de los caldos en toda la geografía española se mantiene aún con las penurias económicas.
Prueba de ello es esta singular cata que se centra en las novedades del presente curso que llegan al mercado con un precio de venta al público inferior a 30 euros.
El conjunto de vinos analizados reúne 20 referencias de orígenes y perfiles muy diversos: blancos fragantes de variedades autóctonas que se han convertido en las favoritas de los consumidores (Verdejo, Albariño...), rotundos tintos castellanos elaborados a partir de Tempranillo o sus clones (Tinta de Toro, Tinta del País); singulares Garnachas, que expresan un carácter muy diferenciado según su procedencia (Navarra, Calatayud...); exóticos vinos de variedades casi desconocidas, como la gallega Loureiro o la mallorquina Manto Negro; cavas de larga crianza, dulces extravagantes, etcétera.
Esta selección, que refleja muy bien la diversidad del panorama vinícola español, entusiasmó sobremanera al ocasional panel de catadores, integrado esta vez por profesionales curtidos en el mundo del cine y el teatro.
A saber: los productores Antonio Saura y Gerardo Herrero y los actores Isabel Prinz y Sergio Pazos. Hay que decir que estos cuatro catadores singulares no fueron elegidos por casualidad.
El veredicto final consagró a un triunfador inesperado: el 'Zárate Loureiro 2009', un Rías Baixas tinto
Todos son grandes amantes del vino aunque, también es justo revelarlo, ninguno se había enfrentado a una cata de 20 etiquetas de un tirón. Sin embargo, acudieron a la cita con buen ánimo... y se fueron con uno aún mejor, como es fácil imaginar.
El encuentro tuvo lugar en Lavinia Madrid, la tienda de vinos más grande de España, que ha impulsado un nuevo concepto de comercio que cuida celosamente todo lo relacionado con la cultura enológica: desde la selección de los sumilleres-vendedores hasta la conservación de las botellas, que siempre reposan en perfectas condiciones de temperatura, luz y humedad en las tiendas.
Para la realización de esta cata, la distribuidora cedió una sala perfectamente acondicionada en la que actores y productores analizaron, durante más de dos horas, la serie de vinos con curiosidad y espíritu crítico.
Aunque cada uno de los cuatro catadores mostró su criterio singular y reveló sus preferencias, el veredicto final fue consensuado y consagró a un triunfador inesperado: el Zárate Loureiro 2009, un tinto procedente de una región tradicionalmente dedicada a la producción de vinos blancos: D.O. Rías Baixas.
Fue, probablemente, el más exótico de todos los vinos catados, marcado por el desconocido carácter de la variedad Loureiro Tinto, que crece en esa región de manera muy minoritaria. Pero que, por lo visto (y catado) tiene un gran potencial para elaborar vinos con atractivos aromas de pimienta, minerales, sabrosos en boca y muy persistentes.
El triunfo de este tinto gallego revela la preferencia del panel de cata por los vinos más singulares.
También fueron celebradas otras etiquetas de perfil original, como el noble y rotundo Paydos 2008 que elabora la familia Alonso del Yerro en Toro (que fue el segundo más valorado en la cata), el delicado El Terroir 2008, que recupera el prestigio de la Garnacha en el viñedo navarro, o el goloso Alaya 2009, que anuncia una nueva era para la olvidada Garnacha Tintorera y abre un futuro esperanzador para la modesta D.O. Almansa, repartida entre la provincia de Albacete y Ayora (Valencia).
Entre los blancos, el más puntuado también procede de Rías Baixas. Se trata del Cadoiro de Teselas 2010, novedad de la bodega Pazo de Villarei.
Esta vez sí, se trata de una referencia elaborada con uva Albariño. Finalmente, espumosos y cavas han tenido una escueta pero honorable representación, con un maduro cava Extra Brut 2006 que presenta la reconocida casa Rovellats y un insólito tinto dulce de Gramona, elaborado a partir de la variedad Pinot Noir.
Desde luego, fue una cata diferente en la que, por una vez, los tintos de Rioja y Ribera del Duero han tenido que conformarse con un discreto segundo plano.
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