Martes 31 de Agosto de 2010
Leído › 4532 veces
Existe una disparatada costumbre que se extiende por toda la península, en la que los supuestos “entendidos” consumidores de vino, exigen tanto en la tienda como el restaurante, la añada más reciente de la bodega. No importa que el vino tenga los problemas que una elaboración prematura pueda ocasionar: presencia de gas carbónico, vendimias tempranas, notas verdes, acidez alta… lo importante es “que no traten de engañarme”… ¿pero no te das cuenta de que te engañas tu solo? no necesitas la ayuda de terceras personas.
A veces resulta ofensivo escuchar el atrevimiento con el que algunos “expertos” se comunican con los profesionales de los puntos de venta. No hace mucho tiempo, en una tienda de vinos, me comentaban un episodio que les había sucedido, en el que un cliente, en el mes de mayo de 2009, les demandaba el vino de ese mismo año. Al dependiente le costó trabajo hacerle entender al comprador que hasta septiembre no se vendimia y después, aún se necesitan unos meses para elaborar el vino.
Cada vez tendemos más a dejarnos aconsejar por guías, revistas o el comentario de algún blogger y en el peor de los casos, por la descarada “cultura popular”. Es cierto que este tipo de herramientas nos pueden ayudar, pero nunca deben de marcar nuestro gusto, pues estamos hablando de algo que es personal e intransferible. Considero que la mejor manera de forjar el gusto es probando, así que si el día de mañana os encontráis con un blanco de una añada atrasada, os aconsejo que lo descorchéis y a ver que es lo que sucede.

Existen varios factores que marcarán la vida de un vino, siendo las más destacadas su elaboración y las condiciones de conservación.
Debemos de tener en cuenta el tiempo que se invierte en elaborar. Un caldo que ha permanecido 6 meses en contacto con sus lías o en barrica, no podrá comercializarse hasta abril o mayo del año siguiente, pero sabemos que lo podremos consumir en los 2 ó 3 años siguientes, como mínimo. Esto no debería de ser ningún problema pero, ya sabemos que circula el absurdo rumor de que los vinos blancos deben de consumirse en el año y existen individuos que llegadas las navidades ya están demandando el vino procedente de uvas que tres meses atrás aún estaban en el viñedo ¡es una pena!. Deberían de hacer una campaña de publicidad informativa como la que se hizo en su momento para no consumir pescado que aún no está desarrollado...pezqueñines ¡no gracias!.
Leído › 4532 veces