Martes 11 de Noviembre de 2025
Leído › 254 veces

El mercado brasileño se ha convertido en uno de los principales destinos para el vino italiano. Así lo han señalado varios expertos durante el encuentro “Dall’Italia al mondo: Merano WineFestival verso i mercati del futuro”, celebrado recientemente. En este evento, la embajadora de WineHunter, Karine De Souza, presentó datos que muestran un aumento en la demanda de vinos italianos en Brasil, especialmente en las categorías premium y sostenibles.
Brasil ocupa ya el cuarto lugar entre los mayores importadores de vino italiano, solo por detrás de Chile, Argentina y Portugal. El ritmo de crecimiento de las importaciones supera incluso al de Francia en el país sudamericano. Según los datos presentados, en 2023 el sector creció un 11,6% y en el primer semestre de 2025 el incremento fue del 9,2%, con un volumen de negocio superior a los 503 millones de euros.
Uno de los factores que explican este fenómeno es la disposición del consumidor brasileño a pagar más por productos de calidad. Karine De Souza subraya que el público no busca únicamente precios bajos, sino vinos con identidad y una historia detrás. Esta preferencia se relaciona con la fuerte conexión cultural entre Brasil e Italia. Se estima que cerca de 30 millones de brasileños son descendientes de italianos, sobre todo en la región sur del país. Esta herencia influye tanto en la gastronomía como en la confianza hacia los productos italianos.
El perfil del consumidor brasileño está cambiando. A diferencia de otros mercados más maduros, la juventud impulsa el consumo de vino en Brasil. Los jóvenes están optando por el vino frente a otras bebidas como la cerveza y el público femenino tiene un papel relevante en esta tendencia. El consumidor tipo es urbano, pertenece a clases medias o altas y suele elegir botellas cuyo precio oscila entre 25 y 60 reales.
Para las bodegas italianas interesadas en entrar o consolidarse en Brasil, no basta con ofrecer un producto de calidad. Es importante contar una historia que conecte con el consumidor. Los compradores quieren conocer al productor, saber el origen del vino y entender las tradiciones que hay detrás. Además, existe una preferencia por vinos elaborados con variedades autóctonas italianas y por prácticas sostenibles tanto en la producción como en la comunicación.
A pesar del potencial del mercado brasileño, existen obstáculos importantes. La carga fiscal sobre el vino importado puede superar el 300%, lo que obliga a las bodegas a buscar alianzas sólidas con importadores locales para poder acceder al mercado. Sin embargo, hay oportunidades para pequeños productores y bodegas boutique, ya que el consumidor brasileño tiende a ser fiel cuando confía en una marca.
La relación entre Brasil y eventos internacionales como el Merano WineFestival ha contribuido a fortalecer los vínculos entre productores italianos e importadores brasileños. En 2024 se organizaron encuentros en ciudades como São Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, donde participaron importadores y periodistas especializados. Para 2026 está previsto ampliar estas actividades con la presencia directa del fundador del festival, Helmut Köcher, y varias bodegas italianas.
El interés por los vinos italianos sigue creciendo en Brasil gracias a una nueva generación de consumidores y a una afinidad cultural consolidada. Las previsiones apuntan a que Brasil jugará un papel importante para las exportaciones italianas en los próximos años.
Leído › 254 veces