Gunè: la elegancia tranquila de la cocina lucana en el corazón de Florencia

En el corazón de San Frediano, el chef Nicola Langone celebra la unión entre Basilicata y la Toscana

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Martes 28 de Octubre de 2025

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En el barrio más auténtico de Florencia, San Frediano, lejos del bullicio de turistas y de los flashes del Ponte Vecchio, se esconde un secreto que los florentinos más gourmets custodian con celo: Gunè. Este restaurante, con alma sureña y acento toscano, es una oda a la cocina con raíces, esa que respeta la tradición sin miedo a la modernidad.

Detrás del proyecto está Nicola Langone, un chef originario de Aliano, un pequeño pueblo de Basilicata. Su historia podría ser la de una película italiana: un joven del sur que llega a la ciudad del Renacimiento con un sueño muy claro —dar a conocer los sabores de su tierra natal— y termina creando uno de los templos gastronómicos más refinados de la ciudad.

Un viaje del sur al corazón de la Toscana

Gunè nació en 2019 como un homenaje a las mujeres que marcaron la vida de Langone. De hecho, su nombre viene del griego γυνή (gunè), que significa "mujer". "Es un tributo a la energía generadora de lo femenino: la creatividad, la hospitalidad, la intuición y esa fuerza delicada que alimenta y da forma a todo", explica Nicola.

El resultado es un restaurante con un alma profundamente humana: elegante, sereno y lleno de detalles que hablan de amor por la cocina y por las raíces. Su atmósfera combina la sofisticación de un comedor contemporáneo con la calidez de una casa de campo del sur. Aquí no se trata solo de comer bien, sino de compartir, disfrutar y reconectar con la esencia del buen vivir.

La propuesta gastronómica de Gunè es una conversación entre dos mundos: el sur agreste de Basilicata y la noble sencillez toscana. Una fusión sutil que se traduce en menús que cambian con las estaciones y que celebran los productos locales y de pequeños artesanos.

En la carta se pueden encontrar carnes de caza del Valdarno y Montespertoli, jabalí del Casentino y pescado fresco de Livorno, pero también guiños al sur, con ingredientes humildes transformados en bocados llenos de alma. En Gunè, el pan y la pasta se elaboran a mano, como dicta la tradición. "Amasar —dice Langone— es un gesto sencillo que transmite la esencia del hogar, de nuestras raíces y de nuestra historia."

Cada plato es una historia contada con honestidad y precisión. Un juego de texturas, aromas y recuerdos que trasciende la simple técnica culinaria. Gunè no busca deslumbrar con artificios, sino emocionar con pureza.

La calma elegante de San Frediano

Situado en uno de los barrios más auténticos de Florencia, Gunè ofrece algo que cada vez escasea más: tranquilidad. Lejos del ruido del centro, es un refugio donde el tiempo parece dilatarse entre un vino toscano y una conversación que se alarga hasta el postre.

El espacio, de estética sobria y contemporánea, refleja esa dualidad entre tradición y modernidad que define al restaurante. Es el tipo de lugar al que uno va no solo a cenar, sino a vivir una experiencia, a saborear sin prisa.

Gunè es más que un restaurante: es la historia de un regreso. El de un hombre que, tras dejar su tierra, decide volver a ella a través de los sabores. En su cocina, la herencia lucana se entrelaza con la sofisticación toscana para crear un lenguaje gastronómico propio, sincero y profundamente emotivo.

Para los amantes de la gastronomía que viajan a Florencia buscando algo más allá del cliché, Gunè es parada obligada. Un secreto bien guardado donde cada plato cuenta una historia y cada gesto, desde el servicio hasta el pan recién hecho, habla de respeto y pasión.

Porque en Gunè, como en la mejor cocina italiana, todo empieza y termina en la mesa, con un buen vino, una sonrisa y la sensación reconfortante de haber llegado, al fin, a casa.

Un artículo de Laia Acebes
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