Viernes 04 de Julio de 2025
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El sector vitivinícola español ha iniciado el año 2025 con una contracción en sus exportaciones, según los datos publicados por la Agencia Estatal de Administración Tributaria y analizados por la Interprofesional del Vino de España. Durante el primer cuatrimestre del año, el volumen total de exportaciones se situó en 929,3 millones de litros, lo que supone una reducción del 5,6%, equivalente a 55,6 millones de litros menos en comparación con el mismo periodo del año anterior. En cuanto al valor, la facturación descendió un 3,8%, hasta alcanzar los 1.119,5 millones de euros, es decir, 44,2 millones de euros menos. Estas cifras ponen de manifiesto un entorno de mercado adverso y un retroceso respecto a las tendencias observadas en los últimos años.
El informe publicado por la OIVE analiza en profundidad los cambios ocurridos que explican esta evolución negativa. Una de las claves de la contracción es el comportamiento del vino a granel, cuya evolución ha sido determinante en el descenso global del volumen exportado. El vino a granel representa una parte muy relevante del total, especialmente en regiones como Castilla-La Mancha, y su caída arrastra el conjunto de las cifras nacionales. En el otro extremo, el segmento de productos con mayor valor añadido, como los vinos embotellados con denominación de origen, se mantiene, aunque sufre retrocesos importantes en algunas comunidades autónomas históricamente fuertes en este nicho, como Cataluña y La Rioja.
El análisis regional revela una fuerte dicotomía entre las estrategias de las principales comunidades autónomas. Por un lado, Castilla-La Mancha, con un perfil de grandes volúmenes y precios bajos, lidera tanto en valor como en litros exportados, pero es también la principal responsable de la caída cuantitativa a nivel nacional. Por otro lado, regiones como Cataluña, especializadas en productos de mayor valor y volumen más reducido, han sufrido caídas muy acusadas en el valor de sus exportaciones, lo que refleja dificultades en los mercados internacionales de mayor precio.
La concentración de los problemas y los focos de crecimiento es muy elevada. Un número reducido de comunidades y provincias acaparan la mayoría de las pérdidas y también los avances. Este fenómeno subraya la heterogeneidad del sector y la importancia de un análisis geográfico detallado. Castilla-La Mancha, como líder nacional, vio reducirse sus exportaciones en 30,6 millones de litros y 10,8 millones de euros, lo que representa más de la mitad de la caída total del país en volumen. Cataluña, con una facturación de 167,1 millones de euros y un precio medio por litro de 3,65 euros, sufrió una contracción del 10,4% en valor y del 19,5% en volumen, lo que refleja el deterioro del segmento de vinos de mayor precio.
En contraste, la Comunidad Valenciana se posiciona como la excepción positiva del periodo analizado. Con un crecimiento del 3,1% en valor y del 5,9% en volumen, se convierte en el motor de crecimiento del sector, impulsada por un modelo de grandes volúmenes y precios ajustados, situados en 0,91 euros por litro. Su incremento en las exportaciones de 6,8 millones de litros y 3,3 millones de euros permite compensar parcialmente la debilidad de las regiones líderes. Este comportamiento se refleja a nivel provincial, donde Valencia es la provincia que más crece en términos absolutos, mientras que Barcelona, Ciudad Real y Albacete figuran entre las principales responsables de las caídas en valor y volumen.
Un análisis por categorías de producto muestra que la contracción no es homogénea. El vino, sin aromatizar, que es la principal categoría de exportación, perdió un 4,8% en volumen y un 4,2% en valor, lo que supone que sufre una evolución peor que el conjunto del sector. En el lado positivo, el vinagre registró un aumento del 5,8% en volumen y del 14,5% en valor, actuando como un amortiguador parcial de la caída global del valor de las exportaciones. En cambio, el mosto cayó un 8% en volumen y un 2% en valor, mientras que los vinos aromatizados fueron el segmento más castigado, con descensos del 17,5% en volumen y del 11% en valor. El aumento del precio medio de exportación, que pasó de 1,18 a 1,20 euros por litro, no refleja un fortalecimiento del sector, sino un efecto estadístico derivado de la menor presencia de productos de bajo precio, como el granel, en el total exportado.
La comparación con años anteriores aporta una perspectiva histórica relevante. El valor de las exportaciones del primer cuatrimestre de 2025, unos 1.120 millones de euros, se sitúa por debajo del máximo alcanzado en 2023 (1.164 millones) y es similar al nivel de 2022. En volumen, los 929 millones de litros exportados suponen la cifra más baja para un primer cuatrimestre desde 2020, lo que indica que la contracción actual no es una mera oscilación puntual, sino una reversión de la tendencia de crecimiento registrada tras la pandemia.
El análisis regional permite segmentar el mercado español en grupos con trayectorias muy diferentes. Castilla-La Mancha sigue dominando en volumen, con 522,7 millones de litros, y concentra el 56,2% de todas las exportaciones, aunque sufre una caída en línea con la media nacional. Cataluña ocupa el segundo lugar en valor, pero sufre la mayor caída absoluta del periodo, lo que refleja dificultades tanto en volumen como en precios medios. La Rioja, cuarta en valor y sexta en volumen, experimenta caídas relevantes, especialmente preocupantes dada su reputación en el segmento de vinos de alto valor añadido. País Vasco, con un precio medio de 4,71 euros por litro, ha visto caer su volumen un 19%, manteniendo el valor casi estable, lo que evidencia una apuesta por defender precios a costa de presencia en los mercados internacionales.
Extremadura, otra región tradicionalmente centrada en el vino a granel, perdió un 17,4% en volumen y un 4,1% en valor, lo que confirma su vulnerabilidad en un entorno de presión sobre los márgenes. Aragón y Madrid, aunque con menor peso en el conjunto nacional, registraron descensos de dos dígitos tanto en volumen como en valor, siendo Madrid la comunidad con el peor desempeño del periodo, con caídas del 29,2% en valor y del 44,4% en volumen.
Frente a esta tendencia negativa generalizada, existen focos de dinamismo. Además de la Comunidad Valenciana, Andalucía y Navarra presentan datos positivos, con crecimientos en valor y volumen. Andalucía aumentó un 8,1% en valor y un 6,5% en volumen, mientras que Navarra logró incrementos más modestos pero constantes. También Islas Baleares y Asturias, aunque con cifras absolutas pequeñas, destacan por sus crecimientos porcentuales, lo que indica la existencia de nichos de mercado activos.
El análisis provincial permite afinar aún más la lectura de los datos. Un pequeño grupo de provincias concentra el grueso de las exportaciones y las variaciones más relevantes. Ciudad Real es la principal provincia exportadora en volumen, con 283 millones de litros, y su caída del 5,9% la convierte en el principal factor individual de la contracción cuantitativa nacional. Barcelona, segunda en valor, ha perdido 16,1 millones de euros y 8 millones de litros, lo que evidencia la debilidad de los vinos de mayor precio. Albacete, también en Castilla-La Mancha, sufre descensos importantes tanto en volumen como en valor, lo que refuerza el carácter localizado de los problemas del sector.
Valencia se consolida como la provincia con mejor desempeño, con aumentos de 6,3 millones de euros en valor y 11,5 millones de litros en volumen, impulsando el crecimiento regional de la Comunidad Valenciana. Otros casos relevantes son Toledo, que pese a pertenecer a una comunidad en declive, experimenta un crecimiento en volumen del 8,6% y en valor del 12,2%, y León, que destaca por un precio medio muy superior a la media nacional.
El análisis a nivel provincial revela la coexistencia de modelos de negocio muy distintos dentro de una misma comunidad autónoma. En Castilla-La Mancha, mientras Toledo crece, Ciudad Real y Albacete acumulan la mayor parte de las pérdidas, lo que demuestra que el problema regional no es uniforme. En el País Vasco, Guipúzcoa compensa con un crecimiento del 47,4% en valor las caídas de Álava y el desplome de Vizcaya, lo que pone de relieve la importancia de examinar las tendencias a un nivel granular.
La segmentación de precios por provincia ilustra la polarización del sector. Algunas provincias, como León o Tenerife, se especializan en productos de alto precio, mientras que otras, como Toledo o Ciudad Real, apuestan por el volumen a precios bajos. Esta dispersión refleja la diversidad de productos, mercados y canales de exportación del vino español.
El análisis de largo plazo, desde el año 2000, ayuda a contextualizar la situación actual. Comunidades como La Rioja y Extremadura presentan tasas de crecimiento anual compuesto positivas en valor a lo largo de dos décadas, pero la fuerte caída registrada en 2025 supone una ruptura de la tendencia histórica y anticipa un posible cambio de ciclo. En Extremadura, el crecimiento en valor no ha estado acompañado de una evolución similar en volumen, lo que apunta a una presión estructural sobre su modelo basado en grandes volúmenes y bajo precio.
El informe identifica claramente cuatro perfiles estratégicos entre las comunidades autónomas. Por un lado, las regiones que crecen en valor y volumen, lideradas por la Comunidad Valenciana y Andalucía, que consiguen ganar cuota de mercado en un entorno complejo. En segundo lugar, las comunidades que logran crecer en valor pese a perder volumen, como Castilla y León y País Vasco, mediante una estrategia de "premiumización". En tercer lugar, regiones como Murcia, que aumentan el volumen exportado a costa de una reducción del valor, lo que implica una presión sobre los márgenes. Finalmente, el grupo más numeroso, integrado por Castilla-La Mancha, Cataluña, La Rioja, Extremadura, Aragón y Madrid, sufre caídas tanto en valor como en volumen, lo que explica la contracción nacional.
Las fortalezas del sector español residen en la existencia de polos de alta especialización, capaces de competir en los segmentos de mayor valor añadido, y en el dinamismo de regiones que apuestan por el volumen medio con precios competitivos. La diversificación de productos, con el vinagre como ejemplo más relevante, también actúa como un factor amortiguador frente a la caída del vino.
Entre las vulnerabilidades más acusadas figura la fuerte dependencia del granel, la pérdida de competitividad en volumen frente a productores internacionales y la erosión del valor en regiones de referencia. La enorme concentración del volumen en Castilla-La Mancha y del valor en unas pocas provincias convierte al sector en un sistema frágil ante los cambios en los mercados internacionales y en la demanda.
El informe de la OIVE sobre el primer cuatrimestre de 2025 muestra un sector exportador que atraviesa una fase de transición y reajuste, con desplazamientos internos de fuerza y la aparición de nuevos actores regionales. La situación obliga a todos los implicados en la cadena de valor a replantear sus estrategias y a profundizar en el análisis de los mercados para adaptarse a un entorno que exige cada vez mayor especialización y capacidad de adaptación. El seguimiento de la evolución por comunidades y provincias será clave en los próximos meses para anticipar los movimientos del sector vitivinícola español en el escenario internacional.
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