Premios y medallas falsas en vinos, bajo lupa legal

Procedimiento para denunciar premios o medallas falsas en vinos y consecuencias legales para bodegas

Roberto Beiro

Lunes 05 de Mayo de 2025

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Regulación de medallas en concursos vinícolas en España y Europa

En España, Francia, Italia, el conjunto de Europa y a nivel internacional, la regulación de las medallas obtenidas en premios de concursos y certámenes competitivos de vinos está sujeta a una serie de normas que buscan proteger tanto al consumidor como la integridad del mercado. Cada país dispone de su propia legislación nacional, además de estar sujeto a reglamentos europeos y acuerdos internacionales que establecen las bases para la publicidad de premios y distinciones.

En España, el marco legal que regula este aspecto está principalmente relacionado con la Ley de Competencia Desleal y la Ley General de Publicidad. Según la Ley 3/1991 de Competencia Desleal, se considera acto de competencia desleal todo comportamiento que contenga información falsa o que pueda inducir a error al consumidor, afectando su comportamiento económico. Esto incluye la atribución indebida de premios o medallas. Además, la Ley 34/1988 General de Publicidad prohíbe la publicidad engañosa y establece sanciones para las empresas que la practiquen. El vino, como producto agroalimentario, también se encuentra bajo el control del Reglamento (UE) 1308/2013 por el que se crea la organización común de mercados de los productos agrarios, que obliga a una correcta información en el etiquetado y presentación de los vinos.

En Francia, la legislación es especialmente estricta en relación con la publicidad de premios. El Código de Consumo francés exige que cualquier mención a una distinción obtenida en concursos debe indicar el nombre del certamen, el año en que se otorgó el premio y, en su caso, el lote o la añada específica premiada. Además, los concursos de vinos deben estar oficialmente reconocidos por el Ministerio de Agricultura francés para que las medallas puedan utilizarse en publicidad o etiquetado. Francia aplica también su normativa sobre prácticas comerciales engañosas, establecida en el artículo L121-1 del Código de Consumo, que penaliza con multas económicas elevadas y hasta penas de prisión en casos graves.

Italia, por su parte, sigue directrices similares a las de Francia. La Ley 231/2017 y otras disposiciones relacionadas con la promoción de productos agroalimentarios sancionan la publicidad engañosa y exigen una correspondencia precisa entre el producto premiado y el que se comercializa. En el caso de los vinos, las menciones a premios deben ser verificables y estar claramente relacionadas con la cosecha específica. Italia también exige que los concursos de vinos cumplan criterios de transparencia, imparcialidad y auditoría para que sus premios puedan ser válidamente promocionados.

A nivel europeo, además del Reglamento (UE) 1308/2013, el Reglamento (UE) 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor establece obligaciones de transparencia que afectan a cualquier mención de premios o medallas en el etiquetado y publicidad de los alimentos y bebidas, incluyendo el vino. En el ámbito internacional, aunque no existe una regulación mundial única, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) establece directrices para los concursos de vinos que buscan asegurar buenas prácticas. Sin embargo, su cumplimiento no es obligatorio salvo en certámenes que se adhieran voluntariamente a estas reglas.

Cuando una bodega anuncia o utiliza medallas no obtenidas, no reales o no correspondientes a la añada comercializada, incurre en publicidad engañosa. Esto puede acarrear varias consecuencias legales. En España, la autoridad competente para sancionar estos hechos sería la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), hoy integrada en el Ministerio de Consumo. Las sanciones pueden incluir la retirada del producto, multas económicas y daños a la reputación. En casos graves, los consumidores afectados podrían iniciar acciones judiciales por daños y perjuicios. En Francia e Italia, las autoridades nacionales de protección al consumidor tienen funciones similares, y las sanciones pueden llegar a incluir la suspensión de la comercialización de los vinos afectados.

Además, si la información errónea afecta a vinos con Denominación de Origen Protegida o Indicación Geográfica Protegida, el fraude puede ser considerado aún más grave, afectando no solo a la empresa implicada sino también a la reputación del propio sistema de calidad europeo.

Cualquier persona puede y debe denunciar estos casos irregulares. Esto incluye tanto a consumidores como a otras bodegas o asociaciones sectoriales. En España, las denuncias pueden presentarse ante los servicios autonómicos de consumo, ante el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, o a través de las organizaciones de consumidores como la OCU o FACUA. En Francia, la denuncia puede hacerse ante la Direction Générale de la Concurrence, de la Consommation et de la Répression des Fraudes (DGCCRF). En Italia, ante el Autorità Garante della Concorrenza e del Mercato (AGCM). En todos los casos, se puede iniciar la denuncia aportando pruebas como etiquetas, publicidad engañosa o documentos comerciales.

La denuncia puede hacerse por escrito, de manera presencial o electrónica, dependiendo del organismo. Es aconsejable adjuntar toda la información relevante, como fotos de etiquetas, copias de la publicidad engañosa, recibos de compra y cualquier otra prueba que permita documentar el hecho.

Para que el anuncio de las medallas sea legal, debe incluir siempre el nombre exacto del concurso donde se obtuvo el premio, el año en que se concedió, el tipo de distinción (por ejemplo, oro, plata, bronce) y, fundamentalmente, debe quedar claro si la medalla corresponde a la añada y al lote específico del vino que se comercializa. No es válido generalizar la obtención de un premio a todas las botellas de un vino si, en realidad, sólo un lote concreto fue premiado. Además, los consumidores deben fijarse en que la medalla y la referencia al certamen sean verificables. Muchos concursos internacionales publican sus resultados oficiales, por lo que comprobar que un vino realmente ha sido premiado es un paso accesible para cualquier comprador.

Otra información relevante es el número de lote del vino, que suele figurar en la etiqueta o en el tapón. Este número permite identificar exactamente a qué partida corresponde el vino premiado. Si no hay coincidencia entre el lote premiado y el lote comercializado, podría considerarse publicidad engañosa. También es importante que el consumidor verifique si el concurso es reconocido o si tiene algún aval institucional, ya que existen certámenes de escasa credibilidad que otorgan medallas sin un proceso riguroso de evaluación.

De esta manera, la regulación busca proteger tanto a los productores honestos como a los consumidores, asegurando que los premios sirvan realmente como un indicador de calidad y no como un simple reclamo comercial sin base real.

Casos reales denunciados por uso fraudulento de medallas en vinos

Uno de los casos más conocidos en Europa se produjo en 2017, cuando la bodega francesa Raphaël Michel fue investigada por la Fiscalía de Aviñón tras detectarse irregularidades en el etiquetado de vinos comercializados bajo denominaciones de origen prestigiosas. La investigación, conocida como "el escándalo de Raphaël Michel", reveló que la empresa había vendido grandes volúmenes de vino corriente etiquetado como si fuera de origen protegido, y entre las irregularidades también figuraba la utilización de medallas y premios que no correspondían a los productos comercializados. Las sanciones incluyeron multas millonarias y el cese temporal de su actividad.

En España, en 2020, la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) detectó casos en los que algunas bodegas utilizaron en su publicidad medallas ganadas en concursos de años anteriores para promocionar vinos de cosechas diferentes. Esto motivó una advertencia pública y la amenaza de denunciar ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), dependiente del Ministerio de Agricultura. Aunque en la mayoría de los casos se resolvió mediante rectificaciones voluntarias, se subrayó la gravedad de alterar la información al consumidor.

En 2022, un escándalo afectó a varios pequeños productores italianos que participaron en certámenes organizados por entidades no reconocidas oficialmente. En estos concursos se otorgaban medallas de oro y gran oro de manera casi automática previo pago de tarifas de inscripción elevadas. Posteriormente, los vinos se comercializaban haciendo referencia a esos supuestos galardones, sin base de evaluación rigurosa. La Autorità Garante della Concorrenza e del Mercato (AGCM) abrió expedientes sancionadores contra las empresas organizadoras de estos certámenes y contra las bodegas que usaron estas medallas de manera engañosa en sus etiquetas y publicidad.

A nivel internacional, un caso muy llamativo ocurrió en 2018, cuando la organización Wine Paris denunció públicamente a ciertos productores asiáticos que anunciaban en sus botellas premios de concursos inexistentes o con nombres inventados similares a certámenes de renombre. En este caso, la presión ejercida por ferias comerciales internacionales como ProWein y Vinexpo provocó que algunas ferias prohibieran la participación de empresas involucradas en prácticas engañosas hasta que no se aclararan los hechos.

Estos casos muestran que aunque la normativa existe y los mecanismos de control funcionan, siguen apareciendo prácticas irregulares que ponen en riesgo la confianza del consumidor. La vigilancia por parte de los compradores, las asociaciones de consumidores y los propios profesionales del sector resulta fundamental para mantener la transparencia y proteger la calidad en la comercialización de vinos.

Guía rápida para que cualquier consumidor pueda identificar si una medalla en una botella de vino es fiable

Primero, fíjate en que la medalla indique claramente el nombre del concurso o certamen. Un vino que muestra solo "Medalla de Oro" sin decir en qué concurso la obtuvo, o que usa nombres muy genéricos como "Premios Internacionales del Vino", debería hacerte sospechar. Los concursos reconocidos tienen nombres específicos y conocidos, como "Concours Mondial de Bruxelles" o "Decanter World Wine Awards".

Segundo, comprueba que aparezca el año de obtención del premio. Un vino puede haber sido premiado en 2023, pero si la cosecha que tú estás comprando es 2024, el premio no se aplica a esa añada y es denunciable. El año de la medalla debe coincidir con el año de la cosecha de la botella, o el vino debe explicar claramente que la medalla corresponde a otra cosecha y no a la que estás comprando, si es el caso.

Tercero, revisa si el concurso existe, es oficial o reconocido. Muchos certámenes están avalados por instituciones públicas, organismos del vino o asociaciones profesionales. Puedes buscar rápidamente en Internet el nombre del concurso y verificar si existe, si es serio, y si tiene publicados los resultados oficiales. Si no encuentras información clara o transparente sobre el concurso, es mejor desconfiar.

Cuarto, busca el número de lote en la botella. Normalmente se encuentra en la etiqueta trasera o en la parte inferior de la botella. Si tienes dudas, puedes consultar a la bodega o al distribuidor para confirmar que ese lote corresponde al vino premiado. Un número de lote distinto al del producto anunciado puede ser una señal de que la medalla no corresponde a ese vino en concreto. Esto es especialmente importante para los vinos sin añada, como algunos espumosos y generosos.

Quinto, presta atención al tipo de medalla. No todas las medallas tienen el mismo valor. Algunos concursos entregan medallas de oro, plata o bronce de forma muy amplia, mientras que otros son más exigentes. Un vino con una medalla de "Mejor Vino del Concurso" en certámenes conocidos suele tener un reconocimiento mayor que una medalla de bronce obtenida en un concurso menor.

Por último, desconfía de botellas que tienen muchas medallas de certámenes poco conocidos o donde la información parece exagerada. Algunos productores colocan muchas insignias para impresionar, pero si no puedes verificar fácilmente cada premio, es una señal de alerta.

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