Oh No! Lulu: un oasis tiki en Villa Crespo

Cócteles innovadores y una fusión de sabores hawaianos y asiáticos

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Jueves 10 de Abril de 2025

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Para quienes buscan escapar de la rutina porteña sin necesidad de subirse a un avión, existe un pasaje directo a Hawai en pleno Villa Crespo. Se llama Oh No! Lulu, y basta cruzar su entrada –decorada con un letrero de neón que muestra a una hawaiana danzando– para descubrir el primer y único bar tiki de Buenos Aires. Este establecimiento, que abrió sus puertas en 2019, ha logrado transportar a sus visitantes a un paraíso tropical sin salir de la ciudad.

Al llegar a Aráoz 1019, la ambientación es una celebración de la cultura tiki: exuberantes plantas, antorchas encendidas, aves exóticas y un imponente tótem que domina el espacio. La decoración, meticulosamente diseñada por sus dueños, crea una atmósfera que invita a relajarse y disfrutar.

La barra, construida con bambú y adornada con luces cálidas, es el corazón del lugar. Detrás de ella se encuentra Ludovico De Biaggi, figura de la coctelería local y dos veces ganador de la Bacardi Legacy Cocktail Competition, quien lidera el equipo de cocteleria. Junto a él, Ale Tossi, el simpático bartender, recibe a los clientes con una sonrisa y despliega un espectáculo en cada preparación.

La carta de cócteles es extensa y variada, ofreciendo desde clásicos como el Mai Tai y la Piña Colada, hasta creaciones innovadoras. Uno de los destacados es el Zombie, preparado con Bacardí Carta Oro, Bacardí Carta Blanca, Falernum, almíbar de canela, pomelo y lima, servido en una calavera y, para impresionar, ¡prendido fuego!. Otra opción interesante es el Cafecito!, que combina tequila, mezcal, licor de café y Grand Marnier, ofreciendo una fusión audaz de sabores.

La propuesta gastronómica no se queda atrás. El Pupu Platter es ideal para compartir y degustar una variedad de sabores: alitas de pollo, spring rolls, shrimp baos, panko nasu, arroz frito y kimchi de tomates, acompañados de diversas salsas. Este plato refleja la fusión de influencias hawaianas y asiáticas que caracteriza al menú. Además, la emblemática Flor de Cebolla, una cebolla frita y crocante servida con una salsa especial, se ha convertido en un ícono imperdible para quienes visitan el bar.

La ambientación se complementa con una cuidada selección musical que oscila entre el surf rock y clásicos hawaianos, creando el marco perfecto para una experiencia sensorial completa. La iluminación tenue y los detalles decorativos transportan a los comensales a una playa lejana, ofreciendo un respiro del ajetreo urbano.

Oh No! Lulu es un espacio versátil, ideal tanto para una primera cita como para una salida con amigos. La combinación de buena música, excelente coctelería y una atmósfera relajada lo convierten en un destino obligado para quienes buscan una experiencia diferente en la ciudad.

Un consejo para los visitantes: si Ludovico está presente, no duden en pedirle su famoso daiquirí. Su maestría en la preparación de este clásico le ha valido el título de "rey del daiquirí". Además, si le comentan sus preferencias, es capaz de improvisar una creación personalizada que seguramente sorprenderá.

Oh No! Lulu ofrece una experiencia única que combina lo mejor de la coctelería tiki con una propuesta gastronómica de calidad, todo en un entorno que evoca el espíritu festivo y relajado de Hawái. Una visita a este rincón de Villa Crespo es, sin duda, un viaje sensorial que vale la pena emprender.

Un artículo de Jocelyn Dominguez
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