Los futuros enólogos de la UCLM descorchan su primera cosecha de vinos experimentales

El camino hacia la maestría enológica comienza a dar sus primeros frutos en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), con la presentación de los tres primeros vinos elaborados por estudiantes y profesores del Grado de Enología del campus de Ciudad Real.

Este hito marca el comienzo de un recorrido prometedor, en el que se conjuga la pasión por el vino y la vocación por la enseñanza y la investigación. Los tres vinos -un blanco joven airén, un tinto tempranillo y un tinto madurado en roble- representan el resultado de un trabajo experimental y meticuloso, desarrollado en la bodega de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos.

Los estudiantes han participado activamente en todo el proceso, con la elaboración de un total de mil litros de vino -quinientos litros de blanco y la misma cantidad de tinto-, y la obtención de cien botellas de vino blanco joven airén y ochenta de vino tinto joven tempranillo y de roble. Una porción del vino procesado se encuentra almacenado en la bodega, destinado a prácticas educativas e investigaciones en el marco del Grado de Enología.

Mónica Fernández González, docente de las asignaturas de Microbiología y Biotecnología Analógica, destaca la experiencia enriquecedora de los estudiantes de tercero, quienes, a través de tres asignaturas diferentes, han adquirido un conocimiento práctico de la producción de vino. A pesar de los desafíos inherentes a este proyecto, Fernández enfatiza el compromiso y la implicación de los alumnos.

Mirando al futuro, la UCLM prevé continuar con la elaboración de vinos experimentales anuales, en un esfuerzo por investigar y aprender más sobre distintos aspectos de la vinicultura, como el uso de diferentes tipos de levaduras.

Desde su inauguración en noviembre de 2021, la bodega experimental ha demostrado su doble valor como espacio docente e investigativo, albergando a un máximo de 60 alumnos del Grado de Enología, con aproximadamente 25 por curso. Este año, según Fernández, se espera la graduación de la primera cohorte de enólogos, profesionales con amplias perspectivas laborales en el horizonte.

Con este logro, la Universidad de Castilla-La Mancha se sitúa en la vanguardia de la educación enológica, aportando a la industria no solo profesionales altamente capacitados, sino también innovación y progreso técnico a través de su enfoque experimental y su compromiso con la investigación.