Reino Unido arriesga un 30% de ventas de whisky si impone aranceles al vino europeo

Europa arriesga 2.626 millones de euros en exportaciones de vino a Reino Unido, pero ellos arriesgan el 30% de sus ventas de whisky escocés, según datos del OEMV

Jueves 28 de Mayo de 2020

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El Primer Ministro Boris Johnson cata whisky durante una visita a una destilería en Elgin (Escocia)

Como en toda negociación, es normal que surjan amenazas, tiras y aflojas. También en la que mantiene la Unión Europea con el Reino Unido para intentar llegar a un acuerdo comercial antes de final de año con motivo del brexit.

En los desacuerdos de esta semana, cuando estamos a pocos días de tener que decidir antes del 30 de junio si habrá o no prórroga del periodo transitorio que termina el 31 de diciembre, salen a relucir los posibles aranceles que Reino Unido impondría a los vinos europeos. Por definir el riesgo de unos y otros, desde el OeMv nos recuerdan que conviene tener presentes los números de lo que esto puede implicar.

La UE vendió al Reino Unido casi 700 millones de litros en 2019, que suponen más de la mitad de los vinos que importó, y un 70% del valor total de los 3.752 millones de euros que invierte en este producto. De esas cantidades, Francia es el primer exportador con 1.250 millones de euros, seguido de Italia con 771 millones y España con 287 millones. Es decir, en ausencia de producción nacional relevante y con una proporción relativamente pequeña de otros proveedores, una subida de aranceles sobre los vinos europeos supondría un grave quebranto para los consumidores británicos de vino que, solo parcialmente podrían suplir con mayores importaciones de vino de otros países proveedores. Y perjudicaría especialmente a los consumidores de vinos específicos no sustituibles como son el Prosecco italiano, el Champagne francés, los vinos de diversas denominaciones de origen europeos y españoles o los vinos de Jerez, tan apreciados en este mercado. Es decir, este tipo de barreras comerciales perjudican la exportación y a los exportadores, sin duda, pero mucho más a los compradores y consumidores de estos productos.

Y, además, dentro de una negociación en la que siempre hay diversas partes en juego, la imposición de este tipo de trabas puede perjudicar seriamente las exportaciones británicas de otros productos a la Unión Europea y, muy especialmente, las de whisky escocés. Escocia, según cifras de la Scotch Whisky Association, exporta mundialmente este producto por valor de 4.910 millones de libras esterlinas (algo más de 5.500 millones de euros), lo que lo convierte en uno de los mayores sectores de la economía de esta región. De esta cantidad, un 30% se dirige a la Unión Europea y podría verse seriamente dañada por la imposición de nuevos aranceles, en contrapartida por los que impusiera el Reino Unido a las bebidas europeas. Nuevos aranceles, además, que se sumarian a los ya impuestos al whisky por Estados Unidos el pasado año, también del 25% y que supusieron ya en 2019 una caída de ventas particularmente relevante en el último trimestre del año. Como la historia ha demostrado insistentemente, las guerras comerciales no son buenas y, en todos los casos, son los consumidores los que más tienen que perder.

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