Los vinos tintos

Breve clasificación de los vinos tintos en función de su edad

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Chica joven, bebiendo vino tinto

Los vinos tintos presentan variaciones en función de su densidad y astringencia, aunque la mayoría son concebidos para tener un sabor seco.

Otra característica fundamental es su edad, mientras que los vinos blancos son generalmente vinos jóvenes, los tintos suelen mejorar con la edad y envejecer durante decenas de años mejorando poco a poco la calidad. Existen, no obstante, vinos tintos elaborados para consumir jóvenes al igual que los rosados donde la nota predominante es el dulzor.

Los vinos tintos jóvenes son ligeros y afrutados y provienen de variedades como garnacha, mencía, gamay, cavernet franc y en general de cualquier variedad con bajos taninos (responsables del envejecimiento en los tintos).

En un tramo intermedio se encuentran los llamados vinos tintos de cuerpo medio o vinos de guarda, que pueden envejecer bien y en ocasiones presentan una muy buena calidad. En este tramo se encuentran la mayor parte de vinos tintos.

Copa de vino tinto

En el otro extremo se encuentran los vinos concentrados e intensos que son vinos tánicos de potente buqué (aroma) y que envejecen muy bien.

Como se puede observar otra de las características fundamentales de los vinos tintos es su gran variabilidad dependiendo de cualquier elemento productivo: vinificación, región, clima y edad. Por ejemplo, una misma variedad producida en el mediterráneo y en especial de Italia produce vinos dulces mientras que los americanos son secos, una variedad clasificada como de cuerpo medio puede pasar a intenso en la cosecha del siguiente año.

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