Viernes 07 de Enero de 2011
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Poner la víspera los garbanzos a remojo.
Al día siguiente escurrirlos. Poner una cazuela con aceite y la cebolla picada. Se rehoga junto con la cabeza de ajo. Cuando esté todo tierno, se añade el bacalao desmigado sin quitarle la sal, y a continuación se incorporan las espinacas previamente lavadas y picadas. Se le da unas vueltas, no demasiadas, y se añaden los garbanzos escurridos. Se añade también el agua hasta cubrirlos y después de remover un poco con cuchara de madera, se tapa y se deja todo a fuego moderado hasta que se hagan.
Un poco antes de servir se añaden dos huevos duros picados.
No incorporar sal, ya que el bacalao sin desalar la lleva.
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