Martes 11 de Noviembre de 2025
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El diseño de las botellas de licor ha evolucionado hasta convertirse en un elemento fundamental para la identidad de cada marca. Las grandes casas licoreras han entendido que el envase no solo cumple una función práctica, sino que también comunica valores, historia y calidad al consumidor. Ejemplos como LOUIS XIII, Bruichladdich, Les Hautes Glaces, Rémy Martin XO, Cointreau y Belle de Brillet muestran cómo la forma y los materiales elegidos pueden influir en la percepción del producto.
LOUIS XIII utiliza un decantador de cristal de Baccarat hecho a mano y numerado individualmente. Su diseño se inspira en un frasco hallado en el campo de batalla de Jarnac en 1850 y recuerda a la flor de lis. Esta botella, con picos y tapón ornamental, representa el lujo y la longevidad. El coñac que contiene se elabora solo con aguardientes de la región de Grande Champagne, mezclando hasta 1.200 destilados añejados entre 40 y 100 años. El resultado es un producto complejo, pensado para celebraciones importantes y para ser transmitido entre generaciones.
Bruichladdich, por su parte, apuesta por una botella esbelta y moderna. El color azul turquesa o verdoso intenso de The Classic Laddie llama la atención en los estantes. La información está serigrafiada directamente sobre el vidrio, lo que refuerza la transparencia y autenticidad que busca la destilería escocesa. Fundada en 1881 en Islay y reabierta en 2001, Bruichladdich produce whiskies sin turba utilizando cebada local. Su diseño refleja el compromiso con la pureza y el origen del producto.
Les Hautes Glaces presenta una botella plana, cuadrada y robusta, con una base gruesa que recuerda a las formaciones rocosas alpinas. Este diseño minimalista subraya su apuesta por la agricultura ecológica y el terroir alpino. La destilería francesa cultiva su propia cebada ecológica y utiliza alambiques típicos de Cognac para crear un whisky que refleja el entorno montañoso donde se produce.
Rémy Martin XO es conocido por su botella solar y facetada. El vidrio tallado refleja la luz e imita el color caoba del coñac. La etiqueta lleva el sello del Centauro, símbolo de la casa, e indica la calidad "Fine Champagne". Este coñac mezcla más de 400 aguardientes procedentes exclusivamente de Grande Champagne y Petite Champagne, zonas reconocidas por su suelo calcáreo. El resultado es un producto con hasta 30 años de añejamiento, aromas complejos y textura suave.
Cointreau mantiene una botella cuadrada con hombros redondeados y cristal color ámbar oscuro. Aunque el licor es transparente, el vidrio protege su contenido de la luz. En su última actualización se ha incorporado vidrio reciclado en dos tercios del total y nuevos elementos gráficos como una ilustración de naranja y un código QR para acceder a contenido sobre coctelería. Cointreau fue creado en 1875 por Édouard Cointreau en Angers combinando cáscaras de naranjas dulces y amargas para lograr un equilibrio aromático único. Es conocido por su aroma intenso a naranja y su uso en cócteles clásicos como Margarita o Cosmopolitan.
Belle de Brillet opta por una botella clásica con silueta atemporal. El etiquetado negro y dorado refuerza su imagen francesa tradicional. El licor combina Cognac Brillet con esencia pura de pera Williams; cada botella requiere unas 20 libras de peras para obtener su sabor característico. Se trata de un licor suave donde fruta y destilado se equilibran perfectamente.
A lo largo del tiempo, estos diseños han servido para contar historias sobre innovación, tradición y estilo propio. La silueta reconocible de Cointreau o el decantador artesanal de LOUIS XIII son ejemplos claros de cómo una botella puede convertirse en símbolo cultural más allá del producto que contiene. Forma, color y detalles no solo protegen el licor sino que también invitan a disfrutarlo como parte integral de una experiencia donde historia, estética y sabor se unen.
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