Lunes 08 de Septiembre de 2025
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El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos ha retirado un informe gubernamental que advertía sobre la relación entre el consumo de alcohol, incluso en pequeñas cantidades, y el riesgo de cáncer. Los autores del estudio, titulado Alcohol Intake and Health Study, han confirmado que la versión final del documento no será enviada al Congreso, como estaba previsto inicialmente. Este informe señalaba que incluso una bebida diaria puede aumentar el riesgo de cirrosis hepática, cáncer oral y esofágico, así como lesiones.
El informe formaba parte de los documentos que debían servir de base para las nuevas recomendaciones sobre el consumo de alcohol en las próximas Guías Alimentarias de Estados Unidos. Sus conclusiones preliminares se publicaron en enero y el borrador completo seguía disponible en la web del Departamento hasta el pasado viernes. Sin embargo, otro informe elaborado por un panel de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina (NASEM) ha cobrado mayor peso en el proceso. Este segundo informe sostiene que el consumo moderado de alcohol puede ser más saludable que la abstinencia total, una postura que coincide con la defendida por la industria del sector.
Algunos miembros del panel han sido criticados por sus vínculos económicos con fabricantes de bebidas alcohólicas. El Congreso solicitó este informe a NASEM en 2022, después de que la revisión científica para las guías alimentarias anteriores, publicadas en 2020, indicara que los riesgos para la salud asociados al bajo consumo podrían haber sido subestimados. La industria del alcohol ha mostrado su rechazo a los estudios que sugieren endurecer las recomendaciones sobre el consumo y ha defendido durante años los posibles beneficios del consumo moderado.
La organización Science Over Bias, respaldada por la industria, ha cuestionado la imparcialidad del estudio sobre ingesta de alcohol y salud. En un comunicado, afirmó que las guías alimentarias deben basarse en una mayoría clara de pruebas científicas y no en opiniones personales de algunos investigadores.
La decisión del Congreso estadounidense la semana pasada supuso también la retirada de fondos a la agencia federal ICCPUD (Comité Interinstitucional para la Prevención del Consumo de Alcohol en Menores), a la que el anterior gobierno había encargado analizar cuánto alcohol pueden consumir los adultos sin riesgo. El comité responsable del informe incluía a especialistas canadienses en adicciones, lo que generó críticas sobre su idoneidad para tratar cuestiones relativas a adultos estadounidenses.
Tras conocerse estos hechos en 2023, el Congreso pidió a NASEM un nuevo informe con una revisión más amplia y expertos en diferentes áreas médicas. El resultado fue un documento revisado por varios especialistas independientes. Según este informe, aunque el consumo excesivo y el alcoholismo son perjudiciales, beber con moderación puede reducir el riesgo general de mortalidad al disminuir las probabilidades de enfermedades cardiovasculares, aunque aumenta el riesgo de ciertos tipos de cáncer como el de mama.
El futuro contenido de las nuevas guías alimentarias estadounidenses sigue siendo incierto. El secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr. declaró ante una comisión parlamentaria en mayo que las nuevas recomendaciones se publicarían antes de agosto y serían mucho más breves que las anteriores. Sin embargo, a comienzos de septiembre aún no se han hecho públicas. Algunas informaciones apuntan a que podrían no incluir una cifra concreta sobre el consumo seguro de alcohol.
Las guías alimentarias estadounidenses tienen influencia internacional y suelen ser citadas como referencia sobre hábitos saludables. Actualmente recomiendan un máximo de una bebida diaria para mujeres y dos para hombres. Las recientes decisiones políticas han sido bien recibidas por representantes del sector vinícola y hostelero estadounidense, quienes consideran que mantener un mensaje basado en la moderación es positivo para sus actividades económicas.
En los últimos meses del anterior mandato presidencial se intentó introducir advertencias sanitarias más estrictas sobre el alcohol, incluyendo propuestas para etiquetados obligatorios con mensajes sobre riesgos para la salud. Estas iniciativas no han prosperado hasta ahora.
El debate sobre los efectos del consumo moderado continúa abierto entre científicos, responsables políticos e intereses empresariales. La publicación definitiva de las nuevas guías alimentarias marcará la posición oficial estadounidense sobre este asunto durante los próximos años.
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