Canadá elimina aranceles a bebidas espirituosas de Estados Unidos

El sector de bebidas espirituosas de Estados Unidos ha reaccionado con cautela al anuncio del Gobierno de Canadá sobre la eliminación de aranceles a las importaciones estadounidenses. El pasado viernes, el primer ministro canadiense, Mark Carney, comunicó que el país retirará los aranceles a los productos estadounidenses incluidos en el acuerdo comercial CUSMA. Esta medida implica que, a partir del lunes 1 de septiembre, las bebidas espirituosas procedentes de Estados Unidos dejarán de estar sujetas a un gravamen del 25%.

Canadá impuso este arancel en marzo como respuesta a los impuestos aplicados por Washington a productos canadienses. Tras la decisión estadounidense, varias provincias canadienses retiraron los productos estadounidenses de las estanterías de sus tiendas de bebidas alcohólicas. Alberta y Saskatchewan permitieron nuevamente la venta de alcohol estadounidense en junio, pero otras provincias, como Ontario, mantienen la restricción y no comercializan bebidas importadas desde Estados Unidos.

Chris Swonger, presidente y director ejecutivo de la asociación estadounidense DISCUS, ha calificado la decisión del Gobierno canadiense como “una señal muy positiva”. Sin embargo, subrayó que mientras todas las provincias no vuelvan a ofrecer bebidas espirituosas estadounidenses en sus tiendas, el impacto será limitado. Swonger explicó que la retirada de estos productos no solo perjudica a los destiladores estadounidenses, sino que también reduce los ingresos provinciales y complica la situación para consumidores y empresas hosteleras canadienses.

Según datos publicados el mes pasado por Spirits Canada, las ventas de bebidas espirituosas estadounidenses en Canadá cayeron más del 66% desde que las provincias comenzaron a retirar estos productos hasta finales de abril. En ese mismo periodo, las ventas totales de bebidas espirituosas descendieron un 12%. Cal Bricker, presidente y director ejecutivo de Spirits Canada, señaló que el sector norteamericano está muy interrelacionado y que la retirada inmediata y continuada de productos estadounidenses supone un problema para los productores tanto canadienses como estadounidenses.

La Junta de Control de Licores de Ontario (LCBO), responsable de la venta minorista en esa provincia, aún no ha confirmado si tiene previsto reanudar la comercialización de bebidas espirituosas importadas desde Estados Unidos. La situación sigue generando incertidumbre entre productores y distribuidores a ambos lados de la frontera.