Cosas que deberías conocer del Champagne

A pesar de ser, probablemente, el vino más universal, se desconocen muchas cosas acerca del champagne. Conozcamos algunas de ellas

Javier Campo

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"Oh la la! Vamos a celebrarlo con un champagne francés..." Pues ya empezamos mal. Todos los champagnes son de Francia. Exclusivamente. Por ello utilizar el apellido "francés" no tiene sentido. Es como decir "vamos a comer un queso manchego de La Mancha". Esto ya lo pillamos, ¿no?

Los champagnes son vinos de segunda fermentación de una determinada región de Francia. Eligiendo los diferentes "crus" (municipios) se parte de un ensamblaje que conformará el vino elaborado con las tres variedades aceptadas para su elaboración: la chardonnay, la pinot noir y la meunier (sin pinot delante). A esto añadimos los vinos llamados de reserva que pueden ser incluso de otras añadas. Y ya está. Esto es muy simplificado y la cosa tiene mucho más. El blanc de blancs y el blanc de noirs, es casi obvio ¿no?

Si un año en concreto la calidad es excepcional, se puede elaborar una cuvée solo con los vinos de ese año y se denomina millésime. Una nomenclatura que no todos entienden y que queda bastante clara. Otra clasificación es la Cuvée Prestige que es la mejor selección del elaborador pudiendo ser millésime o no.

El tema de la maduración o envejecimiento, el dosaje (el azúcar), los Grand Cru, los Premier Cru y la nomenclatura de sus etiquetas requieren un capítulo larguísimo y que explicaremos en Vinetur si así lo deseáis lectores.

Lo que si me gustaría deciros es que, los champagnes, muchas veces, se reservan solo para las grandes ocasiones como una celebración, por ejemplo: un cumpleaños, un ascenso, un matrimonio, una victoria y un largo etcétera de celebraciones más o menos instauradas socialmente. También se asocia a ciertos tipos de comida que solo se sirve en restaurantes caros y con una o más Estrellas Michelin en la puerta.

Así, los champagnes se ven un tanto destinados a un cierto tipo de público con un poder adquisitivo alto. Que sí. Que ya se que el champagne no es barato. Pero pagamos sin rechistar 12 € por un gin tonic y nos parece caro pagar 9 € por una copa de champagne. Os propongo que probéis el tomaros una tarde de tapas unas copas de champagne. Si si. De tapas. Las tapas y el champagne no están reñidas. Al contrario. Encajan muy bien por que la diversidad de la tapa se ve muy bien maridada con el carbónico del champagne que es un excelente conductor de los sabores. Afortunadamente, en gastrobares donde tienen una amplia selección de vinos y de tapas, solemos encontrar champagne a copas y si sois varias personas podéis coger una botella y disfrutar de un informal tentempié acompañado del glamour de una copa de champagne.

Javier Campo
Sumiller y escritor de vinos
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