Fertirrigación en la vid: en qué consiste y sus ventajas

La fertirrigación es un método sumamente útil para el cuidado de los viñedos. No en vano, la inmensa mayoría de...

Roberto Beiro

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La fertirrigación es un método sumamente útil para el cuidado de los viñedos. No en vano, la inmensa mayoría de los viticultores apuestan por él debido a sus numerosas ventajas. 

Las mejores técnicas agrícolas son las que nos permiten exprimir al máximo los recursos disponibles, y eso es, precisamente, lo que logramos cuando fertirrigamos las vides. Al fin y al cabo, con ello podemos aprovechar tanto el agua como los productos fertilizantes.

Por muy rico en nutrientes que sea el terreno donde plantamos los viñedos, este acaba perdiéndolos a causa de la lluvia y el paso del tiempo. Es por ello que surgen métodos como el que aquí vamos a analizar. Quédate con nosotros para conocer la fertirrigación: qué es, cómo se hace y por qué resulta tan beneficiosa para la vid.

Qué es la fertirrigación

La fertirrigación es una técnica que consiste en suministrar fertilizantes a través del agua de riego. Así pues, las plantas reciben simultáneamente los nutrientes y el aporte hídrico que necesitan.

Esta técnica agrícola implica disolver los fertilizantes en el agua para regar con ella a través de un sistema de riego localizado y automatizado. De este modo, podemos mejorar la absorción de nutrientes que reciben las vides. 

Fertirrigar correctamente requiere conocer qué clase y cantidad de fertilizante necesitan las vides en cada momento. Asimismo, también es necesario tener en cuenta las características que presenta el agua de riego (micronutrientes, pH, conductividad eléctrica, etc.).

Tipos

  • Cuantitativa: las necesidades nutritivas de la vid se calculan con base en ciertos parámetros (como la edad de la planta y el tipo de suelo). Es lo más habitual en el mundo de la viticultura.
  • Proporcional: consiste en introducir una cantidad fija de fertilizante en un volumen de agua específico. Se emplea en cultivos hidropónicos o sin suelo, por lo que no es frecuente verlo en viñedos.

Para qué sirve y cómo funciona en el cultivo de la vid

El hecho de emplear una técnica como la fertirrigación en el cultivo de la vid no es casualidad. De hecho, la escasez de precipitaciones perjudica la viticultura española tanto en calidad como en cantidad. Por otra parte, y además de presentar exigencias hídricas difíciles de cuantificar, los viñedos no son particularmente exigentes en cuanto a la fertilización. Todo ello hace que este método se adapte como un guante a las vides.

Fertirrigación del viñedo paso a paso

  • Lo primero de todo es conocer las necesidades nutricionales del viñedo, es decir, no solo la cantidad y clase de abono que necesitamos suministrarle, sino también cuándo debemos hacerlo. Para ello, deberemos analizar en qué estado se encuentra el terreno. También será imprescindible determinar cuántos nutrientes necesita la viña al año. 
  • A continuación, deberemos seleccionar los fertilizantes que utilizaremos para abonar la viña. Conviene tener en cuenta que los aportes que necesitan los viñedos son nitrógeno (nitrato amónico), fósforo (ácido fosfórico) y potasio (nitrato potásico).
  • A la hora de introducir los nutrientes en la abonadora de fertirrigación no podemos perder de vista las proporciones recomendadas. Las mismas dependen de varios factores (tipo de abono, edad de la planta, conductividad eléctrica del agua, época del año, etc.). Sea como fuere, estas cantidades vienen expresadas en Unidad Fertilizante (UF). Al respecto existen varias tablas publicadas por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). El plan cambiará a medida que las vides lo necesiten.

Ventajas de la fertirrigación para la vid

  1. Óptima absorción. El riego localizado permite aportar el agua y los nutrientes en el lugar idóneo para que hagan efecto: las raíces del viñedo. De este modo, ambos recursos se aprovechan al 100 %. 
  2. Racionaliza el uso de agua y abono. En realidad, esto es una consecuencia lógica del punto anterior y es que esta técnica permite economizar tales recursos. Es por ello que su uso se asocia al ahorro económico y al cuidado del medio ambiente.
  3. Plenamente adaptativo. Esta técnica resulta muy apropiada para personalizar los planes de abonado para adaptarlos al estado fenológico de la vid y a la época del año en la que se suministren. A tal fin, basta con programar la abonadora de fertirrigación.
  4. Compatible con aguas de mala calidad agronómica. Regar con un agua "pobre" deja de ser un problema cuando se emplea este método. Por consiguiente, es clave para abaratar los costes de producción asociados a la viticultura.
  5. Aumenta el control sobre el cultivo. A diferencia de otros sistemas de fertilización, con esta técnica es posible incrementar o disminuir la velocidad de crecimiento de los viñedos. Además, puede combinarse con métodos como el de riego deficitario controlado.

Al adaptarse perfectamente a las necesidades hídricas y nutricionales de los viñedos, la fertirrigación de la vid es una poderosa aliada de la viticultura. No en vano, es por ella que el cultivo de la vid resulta mucho más eficiente y sostenible que antaño.

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