Sábado 12 de Julio de 2025
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Mendoza, reconocida mundialmente como uno de los principales destinos de turismo del vino, lidera una transformación hacia los viajes conscientes. Mendoza invita a los visitantes a convertirse en guardianes activos de su patrimonio natural y cultural, enfocándose en prácticas regenerativas que garantizan un futuro sostenible para la región.
Ubicada en el corazón de los Andes, Mendoza ha consolidado su posición como una de las grandes capitales del vino a nivel global. Sin embargo, en una época marcada por el cambio climático, las sequías extremas y la creciente presión sobre los ecosistemas, el reconocimiento internacional ya no es suficiente. El verdadero reto es transformar a los turistas en aliados activos del medioambiente.
Quienes llegan a Mendoza descubren que el auténtico lujo reside en dejar una huella positiva: desde elegir bodegas que conservan el agua hasta movilizarse en vehículos eléctricos, bicicletas o transporte compartido. Esta experiencia inmersiva en los viñedos andinos se está convirtiendo en un modelo global de turismo sostenible y regenerativo.
Entre hileras de Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Petit Verdot, Syrah y Bonarda, surge una respuesta a los desafíos ambientales. Mendoza impulsa un enoturismo consciente, medido y regenerativo, donde cada visitante puede contribuir activamente a la sostenibilidad.
La vitivinicultura es intensiva en recursos, siendo el agua su insumo más crítico. Mendoza depende en gran medida del deshielo andino, un recurso cada vez más escaso debido al calentamiento global y el retroceso de los glaciares. Algunas bodegas ya informan su huella hídrica por botella producida, implementando tecnologías de riego por goteo y sensores inteligentes. Esto permite a los visitantes comprender y valorar el esfuerzo detrás de cada copa.
"Cada vez más turistas preguntan cuánta agua se utiliza, cómo se protege la biodiversidad y cómo se genera valor para los territorios y su gente. Esta curiosidad educa y transforma", señala un experto de la consultora By Wine CEO Experience..
Hoy, las rutas del vino ofrecen recorridos interpretativos por viñedos eficientes, menús de temporada con ingredientes locales y talleres sobre compostaje, gastronomía étnica y tradicional, y prácticas de economía circular, conectando el placer con la conservación.
El transporte es una de las principales fuentes de emisiones en el turismo. Mendoza incorpora el cálculo de la huella de carbono en sus tickets de degustación y recorridos por fincas, ofreciendo opciones de compensación. Además, experiencias como la "vendimia regenerativa" invitan a los viajeros a participar en prácticas de agricultura sostenible, restauración de suelos y siembra de especies nativas, equilibrando las emisiones de CO₂ con acciones concretas en el territorio.
La revolución sustentable de Mendoza también se vive en su gastronomía. La provincia cuenta con una vibrante escena culinaria donde chefs reconocidos reinterpretan la tradición local con productos de estación, ingredientes de proximidad y técnicas contemporáneas, siempre en sintonía con los vinos de la región.
Desde humedales de Llancanelo hasta los viñedos de altura de Tupungato, Mendoza alberga ecosistemas frágiles fundamentales para la identidad del destino. Los visitantes participan cada vez más en su protección, respetando senderos señalizados, sumándose a safaris de ciencia ciudadana y eligiendo bodegas agroecológicas o biodinámicas.
El turismo responsable también implica no dejar residuos, comprar a productores rurales y evitar lujos innecesarios que demanden más agua o energía en zonas áridas.
Mendoza se suma a la tendencia global del turismo transformacional, responsable y regenerativo, donde los viajeros buscan experiencias auténticas y, al mismo tiempo, contribuir a los lugares que visitan. Emprendedores locales trabajan para compensar huellas dentro de sus comunidades, desarrollando rutas certificadas como "carbono neutro", refugios solares en zonas de trekking y paquetes para nómadas digitales con energía 100% solar.
Así, la provincia avanza para convertirse en referente latinoamericano de sostenibilidad turística, midiendo y comunicando activamente sus impactos.
El éxito de esta transformación requiere más que políticas públicas o iniciativas empresariales. Es fundamental ofrecer a los visitantes:
En Mendoza, el lujo no está solo en la etiqueta o en la vista al Aconcagua. Se encuentra en saber que cada elección del visitante contribuye a conservar lo que hace único a este destino: su agua, su tierra, su gente.
Mientras el mundo redefine cómo viajar en la era del cambio climático, Mendoza demuestra que se puede brindar con sentido, identidad y compromiso. "Porque sin agua no hay vino, y sin ecosistemas no hay turismo".
"Ya no basta con ser un destino turístico sostenible; hoy es urgente convertirse en un territorio regenerativo, amigable con los recursos naturales, su gente y el planeta."
www.bywine.com.ar / @enoturis / LinkedIn y X: so2clima
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