¿Las uvas sin pepitas son malas?

El mundo de la viticultura está rodeado de informaciones imprecisas, dudas y bulos que pueden eclipsar el trabajo de las...

Vilma Delgado

Viernes 21 de Abril de 2023

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El mundo de la viticultura está rodeado de informaciones imprecisas, dudas y bulos que pueden eclipsar el trabajo de las personas que dedican todo su esfuerzo a estas explotaciones.

Una de las cuestiones más repetidas últimamente está relacionada con que si las uvas sin pepitas son malas para su consumo. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación? ¿Las uvas sin semillas son malas? ¿Cuándo surgen y por qué no tienen semillas? ¿A qué se debe su presencia mayoritaria en el consumo de uva de mesa? ¿se puede elaborar vino con ellas?

Estas son solo algunas de las preguntas que se ponen encima de la mesa en muchos debates sobre consumo, sobre todo ahora, en un momento en el que la gente quiere estar más informada en temas de salud.

Curiosidades de las uvas sin pepitas

Hay muchas curiosidades en torno a las uvas sin pepitas y sus propiedades. Las más comentadas son las siguientes:

  • La mayor parte del consumo total de uvas sin pepitas en España procede de campos de cultivo de vid situados en la Región de Murcia y nuestro país es el primer productor a nivel mundial de este tipo de fruta.
  • En un alto porcentaje de los casos, las uvas sin grano tienen un volumen mayor que sus “hermanas” con semillas.
  • Se ha identificado que este tipo de frutos no tiene taninos ni en las semillas, que no están presentes, ni tampoco en la piel.
  • Las uvas sin pepitas no se utilizan para vino, son exclusivamente para uso de mesa, para comer en definitiva.

Por qué estas uvas no tienen semillas

Según explican investigadores del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (IVVC), las uvas sin pepita surgen de una mutación de las variedades tradicionales de uva de mesa.

Este fenómeno, conocido como apirenia, no afecta negativamente al fruto de la vid, que únicamente cambia en su crecimiento en el hecho de no desarrollar semillas durante la formación de los racimos.

Al hablar de “mutación” no hay que pensar en que estas variedades de uva sin pepita son el producto de experimentos realizados en laboratorios: los científicos del ICVV determinan que este tipo de fruta ya existía hace siglos y que la mutación fue espontánea.

Posteriormente, y debido al gusto de los comensales, los principales productores del mundo han realizado proyectos de mejora genética de sus plantaciones para dar lugar al amplio catálogo de uvas sin semillas del que se dispone en la actualidad a nivel global.

Esto destierra un claro bulo o leyenda que hay sobre estas uvas, que es la de que crecen con semillas, pero estas se extraen en un proceso mecánico antes de servirlas a supermercados o comercios.

¿Son peores las uvas sin pepitas que las tradicionales?

Si hablamos de si las uvas sin semillas son malas en todos los casos, la respuesta es no. Como hemos indicado, no se trata de un fruto transgénico, por lo que su consumo es tan seguro como el de una uva con semillas “de toda la vida”.

La respuesta cambia si se abordan temas como la calidad del sabor y la textura. En estos escenarios las dudas son mucho más razonables, ya que ciertamente sí se pueden observar diferencias clave.

La ausencia de taninos imposibilita la creación de vinos con estructura

Como hemos señalado, una de las propiedades de las semillas de uvas es que aportan los taninos en las prensas. Los taninos son un elemento clave para la elaboración de vinos con estructura, pensados para ser envejecidos durante años y consumidos en su mejor punto de madurez. Las uvas sin pepitas no incluyen estos taninos, por lo que esta posibilidad queda descartada. 

Por otro lado, las variedades empleadas para uvas sin semillas también imposibilita la elaboración de vino. Las uvas para vino proceden de la variedad vitis vinifera, este tipo de variedad no se usa para el consumo e incluye pepita. Las uvas sin semilla proceden de variedades exclusivamente destinadas a consumo como fruta fresca.

Un sabor menos pronunciado

Los enólogos y expertos en cata también acusan un sabor menos pronunciado en las uvas sin pepita, algo que es negativo para el consumo de esta fruta de manera natural.

Al abordar esta circunstancia desde la perspectiva de la ingesta de uva de mesa, queda en manos del comensal optar por las variedades clásicas, más sabrosas, pero incómodas de comer, o las uvas sin semillas que se pueden tomar fácilmente renunciando a un poco de sabor.

¿Tragar las pepitas es malo?

Otra de las dudas que a veces surge es si al comer uvas con pepitas, estas son malas al ser ingeridas. La respuesta es que no solo no es malo, sino que las pepitas de las uvas son muy buenas para la salud. A diferencia de otras semillas que sí son malas por contener sustancias tóxicas, como las semillas de manzanas o peras, que no deben comerse; las semillas de las uvas contienen multitud de sustancias altamente beneficiosas para la salud y deberían ser ingeridas siempre.

Las semillas de las uvas contienen una serie de compuestos beneficiosos para la salud, como antioxidantes, flavonoides y ácidos grasos esenciales. Estos compuestos pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, proteger las células del daño oxidativo y mejorar la salud del corazón. Además, las semillas de uva contienen resveratrol, un compuesto que se ha demostrado que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y que se ha asociado con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y diabetes.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las semillas de uva también contienen cantidades significativas de ácido oxálico, que puede ser problemático para algunas personas propensas a desarrollar cálculos renales o que tienen problemas renales preexistentes. Por tanto, deben ser consumidas con moderación y evitarse en caso de tener problemas de riñón.

Como conclusión podríamos afirmar que las uvas sin pepitas son malas solo dependiendo de los valores que se estén midiendo. Su consumo no es peligroso, por lo que no se puede decir que las uvas sin semilla sean malas, sin embargo, como es obvio no son en ningún caso una opción para el uso en bodegas.

En el caso del consumo de mesa las dudas son más razonables: depende del gusto del consumidor elegir entre unas opciones u otras, dentro del gran número de variedades de uva con y sin pepitas que se pueden encontrar en el mercado.

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