Escasez hídrica en la Viticultura: Estrategias sostenibles de Gestión de Riego

El agua es esencial para la producción agrícola y la seguridad alimentaria. En el caso de Argentina y específicamente en...

Escrito porKilimo

Jueves 06 de Mayo de 2021

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El agua es esencial para la producción agrícola y la seguridad alimentaria. En el caso de Argentina y específicamente en Mendoza, el porcentaje de agua destinado a la  producción de alimentos se incrementa a un 80%. Esta información no hace más que evidenciar la enorme responsabilidad que tiene el sector agropecuario en el manejo y cuidado de un recurso tan vital como lo es el agua y sobre todo bajo un contexto de crisis hídrica que marca a la región.

Según el boletín publicado por el Departamento General de Irrigación (https://www.irrigacion.gov.ar/web/boletin/), para este 2021 se pronostica un año de pobre a seco cuando se observan los caudales de los ríos más importantes de la provincia de Mendoza. El caudal de los ríos se encuentra con bajas importantes en los últimos años. La escasez de agua y su calidad resultan apremiantes, de hecho en los últimos 12 años, la cuenca del río Tunuyán nunca superó la media histórica en caudal y la cuenca del río Mendoza sólo alcanzó y superó la media en tres oportunidades, siendo las cuencas mencionadas las más importantes en cuanto a caudales.

"La situación del agua en la región es cada vez más crítica, y para los agricultores la gestión del riego pasó a ser prioritaria y el agua la limitante principal de la producción", menciona Jairo Trad, CEO de Kilimo.

Mendoza es una zona árida y el agua es oportunidad de desarrollo. La industria del vino es protagonista en la región, concentrando más del 70% de la superficie implantada en Argentina y  el 64% de los productores a nivel nacional.

Por estas razones, es que Kilimo el pasado jueves 28 de abril mantuvo una conversación con 3 de las bodegas más importantes de la región en torno a la escasez hídrica en la viticultura y las estrategias sostenibles en la gestión del riego. El evento, que tuvo lugar de manera virtual y en donde se hicieron presentes 52 gerentes de más de 26 bodegas, permitió dar a conocer la situación actual y futura del agua en la provincia, compartir los desafíos que implica el manejo del agua en la vitivinicultura, y visibilizar estrategias y herramientas para la gestión sostenible del riego en el cultivo.

Entre los moderadores del evento se encontraron Jairo Trad, CEO de Kilimo, y Sofía del Frari, especialista en cultivos intensivos en la misma compañía, y además disertaron tres especialistas de las bodegas más importantes de la región. El Ing. Agrónomo Mariano Dorado, Asesor y responsable del manejo del riego en Chandon y Terrazas de los Andes, compartió el compromiso de las bodegas en el uso eficiente del agua. Según Dorado, la clave está en medir el consumo de agua, y en un estudio ha podido determinar que un ahorro de agua de 250 a 300 milímetros por hectárea  en las fincas de Chandon equivale al consumo de 36.000 familias en el año. "Es muy satisfactorio ver que  vamos reduciendo los milímetros aplicados de agua, produciendo más uva  y de mejor calidad", menciona el ingeniero.

Mariano destaca que para ser eficientes en el manejo del riego hay que saber responder a dos preguntas: cuánto y cuándo regar. Definir la lámina de reposición según el umbral de riego es el punto de partida. Ésta se determina en función del destino de la uva, la situación de la planta y el tipo de suelo. En Chandon, han realizado un fino trabajo para identificar los diferentes tipos de suelo en función de la conductividad eléctrica y así ajustar las láminas de reposición en función de esta variable. Para definir el cuándo regar, hacen uso de estaciones meteorológicas locales y también de la cámara de Scholander. "Con toda esta información, que es muy valiosa para la toma de decisión, buscamos la precisión en cuánto y cuándo regar para optimizar el recurso".

Dorado añade que las imágenes satelitales son incorporadas a la estrategia de toma de decisión dentro de la bodega, como complemento para monitorear el crecimiento de las plantas, a través de la evolución del índice verde" Así, evaluamos la performance de la actividad del riego, y tenemos en cuenta la heterogeneidad de los diferentes sectores".

"Hay tres elementos que influyen de manera directa en la escasez de agua en la viticultura: el ser humano, el ambiente y la planta", menciona el Ing. Agr. Ignacio Concati, jefe de bodegas en Escorihuela Gascón. El agua disponible es una de las grandes limitantes no sólo para poder escalar en nuevas áreas productivas, sino también para poder mantener los niveles de producción estables en años donde la provisión de agua es escasa. "Si bien hoy contamos con una gran superficie con riego por goteo en vid, quedan ciertos sectores con riego por manto", comenta Ignacio. El sistema de riego utilizado tiene impacto sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas y la mano de obra que se requiere para su manejo. Los aprendizajes logrados con riego tecnificado son: manejo más simple de la heterogeneidad de los suelos, producción sostenible en el tiempo haciendo al negocio mucho más rentable, y dejar la incertidumbre atrás cuando se manejan turnos de riego. El personal que maneja un riego por manto requiere de mucho conocimiento y especialización y las condiciones en las que trabajan son muy duras. Para el jefe de riego, es fundamental el abordaje integral que se tiene en la Bodega Escorihuela Gascón en sus fincas orgánicas y biodinámicas. "Hablar del factor agua o planta sin pensar en el factor humano es imposible en un plano sostenible".

 

Martín Kaiser, por su parte, comparte sus estudios realizados en relación al impacto que tiene el estrés hídrico en los distintos estadios fenológicos de la vid. En su enfoque fisiológico explicó que el ácido abscísico es la primer respuesta que se desencadena dentro de la planta frente a un estrés hídrico leve, dando lugar a varias reacciones en la parte superior como la reducción del crecimiento de brotes, procesos madurativos de los sarmientos y de la uva, la acumulación de reservas, y el aumento de color y contenidos de taninos en las bayas. Agrega que frente a una restricción hídrica, los parámetros fisiológicos que se afectan primero son el potencial agua y la conductividad estomática, siendo la fotosíntesis lo último que disminuye. El estrés hídrico se puede producir varias veces en la temporada, por ejemplo entre riego y riego, si estos no son tan frecuentes. Llevando la fisiología al manejo se debe evitar el estrés hídrico en etapas vegetativas, entre brotación y floración,  ya que se requiere que la planta crezca y produzca hojas. Entre floración y envero, se recomienda un estrés hídrico leve en búsqueda de que la energía se concentre en hacer madurar la uva. Finalmente, en post cosecha la planta debe estar bien hidratada, para acumular reservas. Se debe prestar una singular atención al destino de la uva y conocer la variedad y su comportamiento para determinar el nivel y momento adecuado del estrés hídrico en el ciclo del cultivo.

"Manejar el estrés hídrico por sector para alcanzar vinos de calidad con buenos niveles productivos es bastante difícil y engorroso cuando lo hacemos con las mediciones de potencial agua. Incluso muchas veces se torna poco representativo y requiere de muchos recursos humanos para hacerlo de manera correcta". Hay sin duda bastante para avanzar en este sentido", agrega Kaiser

Al finalizar las disertaciones, la Ing. Agrónoma Sofía del Frari conversó sobre la gestión integral del riego que realiza Kilimo, y su impacto en la eficiencia del uso del agua. Destacó que la herramienta de monitoreo y gestión no solo genera un ahorro de agua al manejar de manera customizada cada sector de riego en el campo, sino también implica un ahorro de los jornales, y costos energéticos. Destacó que Kilimo ofrece un conjunto de datos que facilita llegar a métricas y así evaluar tanto el desempeño de la herramienta como el de la empresa, y concluyó mencionando que la tecnología de Kilimo se transforma en un "cuaderno de campo" validado y útil para auditorias y certificaciones. "Hay muchas actividades que impactan en la gestión eficiente e integral del riego", concluye Sofía. A nivel técnico, desde Kilimo por un lado se tienen en cuenta las constantes hídrica de cada sector de riego para determinar la capacidad del suelo para almacenar agua, y por otro, se determina el consumo de agua o la demanda hídrica ajustada y específica de cada sector con el monitorea de la actividad fotosintética a través imágenes satelitales periódicas y de alta resolución junto al monitoreo de estaciones meteorológicas.

La jornada concluyó con un rico debate de experiencias y aportes de la audiencia en torno al manejo del riego y el uso de tecnologías. Trad, CEO de Kilimo, compartió la evolución de los satélites en costo y resolución de imagen.

"La tecnología está evolucionando, redujo sus costos 10 veces en 10 años, aumentó su poder de resolución espacial y temporal. Esto es, sin duda, es una oportunidad para gestionar mejor un recurso escaso como lo es el agua".

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