¿Se puede hacer vino sin electricidad, ni maquinas?

Lo que hacen en esta bodega parece de otra época

Carlos Aguila Muñoz

Jueves 17 de Enero de 2019

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Una alternativa saludable para bombear el mosto de uva

Los enólogos buscan tecnologías modernas y ancestrales, para reducir su huella ambiental. Algunas bodegas están volviendo a las prácticas preindustriales, desde arados tirados por caballos y mulas hasta bodegas más frescas, en lugar de salas con aire acondicionado, para hacer que sus vinos sean más respetuosos con el medio ambiente.

La vinificación se remonta a miles de años atrás, pero en las últimas décadas las bodegas dependen cada vez más de los pesticidas para cultivar sus viñas, tractores para arar el suelo y transportes modernos para exportar las botellas de vidrio.

Pero con la creciente demanda de alimentos naturales y sostenibles, algunas bodegas están recurriendo a tecnologías más limpias. Esto incluye tanto los trabajos en el viñedo (trabajando bajo las premisas de la agricultura ecológica y biodinámica), en la bodega y el transporte.

Illahe Vineyards en Oregón, se creó en el 2000 hasta el lanzamiento de la bodega con la cosecha 2006, ha buscado señales de la historia. Su objetivo es hacer que el vino sea lo más natural posible de la tierra a la botella.

Trabajan a mano en pequeños lotes con técnicas y materiales antiguos, que expresen la uva y sus características variedades. No utilizan enzimas o aditivos. Algunos de sus vinos están hechos totalmente a mano, sin electricidad ni mecanización moderna.

Bea y Doc son los dos caballos de tiro que ayudan a cultivar los viñedos. Los caballos tiran de un cortacésped Amish en la primavera, y transportan las uvas en una carreta a la bodega durante la vendimia.

Un horno para hacer recipientes de arcilla para el vino y  el uso de bicicletas para bombear el mosto de uva, despalillar, etc...

Si bien los Ford no usan electricidad en el proceso de vinificación de su vino 1899, utilizan paneles solares en el techo de su sala de degustación para las operaciones generales y el resto de sus vinos. Sus viñedos también cuentan con certificación LIVE y con certificación Salmon Safe, lo que garantiza que las prácticas de sostenibilidad se realicen durante todo el proceso de vinificación.

Una vez al año, los dueños de las familias viajan tres días por diligencia y canoa para entregar unos cientos de botellas a Portland. 96 millas hacia el norte, desde el viñedo hasta la distribución, no por camión sino por diligencia, canoa y bicicleta. "Traemos la factura de venta y todo", dice Brad Ford, quien realiza la caminata de tres días a principios de agosto. Primero cargan 10 cajas en una diligencia tirada por seis mulas, hasta el río Willamette en Independence. Aquí, lo cargan en canoas para el viaje de tres días hacia el norte, deteniéndose en el camino para el almuerzo y la cena con amigos.

Finalmente, transportan su valiosa carga en un remolque de bicicleta desde su punto de descarga en West Linn hasta su almacén de distribución en Milwaukie.

Carlos Aguila Muñoz
Winelover y escritor especializado en enoturismo, enología e historia del vino.
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