CONSEGUIR DURABILIDAD Y SALUBRIDAD EN NUESTROS CULTIVOS

Afortunadamente la concienciación por la salud medioambiental así como la importancia de las técnicas y características bajo las que nuestros alimentos son cultivados,  cada vez se ve más representado y defendido a nuestro favor por autoridades y protagonistas del mundo agrario y, aunque el camino aún es largo, ya no hay vuelta atrás.

Desde el principio: El cultivo y los agricultores.

En el desarrollo de cualquier fruto, el agricultor cuenta con alternativas y soluciones que permiten estimular de forma natural su desarrollo vegetativo y  sus propias autodefensas de manera que propicien cultivos mejor preparados para defenderse ante ataques y posibles enfermedades ocasionadas muchas veces por las carencias propias del cultivo, por los cambios climatológicos ...etc.

¿CÓMO CONSEGUIRLO?

A partir de extractos 100% naturales y mediante métodos que favorecen cultivos más sanos que mejoran su estructura, su color, su tamaño y que gracias a la calidad y el mimo con el que se les ha tratado durante su desarrollo permiten una mayor durabilidad y salubridad del fruto una vez ya recogido.

Ciertamente, una inversión de futuro, un suelo enriquecido!

El desconocimiento público de los efectos a largo plazo así como la ambición económica/empresarial en busca de optimizar al máximo las producciones y su intensidad es hoy probablemente el principal responsable de la calidad de nuestras tierras.

Una práctica agraria lo más saludable en cuanto aportaciones posibles es una inversión de futuro, garantía de continuidad de nuestras tierras, pues estas en muchos casos han sufrido directamente el uso y abuso de químicos que merman su fertilidad, calidad productiva y/o sus características o estructura que bloquea la disposición y absorción por parte del cultivo de los diferentes nutrientes necesarios. Con los abonos naturales, el suelo es rico en materia orgánica, más capaz de retener el agua, y permite una mejor protección contra la erosión. Y en consecuencia a la larga repercute directamente en costes. Y es que el suelo es el gran protagonista.

¿QUE BENEFICIOS CONSEGUIREMOS?

Además de los citados anteriormente, también obtendremos alimentos con un mayor nivel de compuestos antioxidantes beneficiosos para el organismo humano, y el peor de los casos un menor contenido en productos fitosanitarios y metales tóxicos que nada beneficioso nos aporta.

Y es que la forma en la que se cultivan afecta directamente a la calidad de los resultados obtenidos. Todo ello a su vez de una manera completamente respetuosa con el entorno sin afectar al resto de microorganismos beneficiosos y al conjunto del ecosistema.