Bodegas Franco-Españolas cumple 125 años como referente en los vinos de La Rioja

Testigo de los más variados cambios socioeconómicos, han conseguido adaptarse a los tiempos manteniendo su excelencia en la elaboración de vinos de calidad. Desde el corazón de Logroño, muestran a los visitantes su particular visión sobre la evolución de la sociedad

Susana Formoso

Lunes 04 de Mayo de 2015

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La historia también se escribe desde Bodegas Franco-Españolas. Desde su inauguración, en el año 1890, han sabido adaptarse a los tiempos, pero siempre manteniendo la tradición vitivinícola. El buen hacer de estas bodegas, y a pesar de los más variados cambios a lo largo de estos 125 años, las han llevado a convertirse todo un referente a nivel nacional e internacional.

Ubicada en un edificio histórico al otro lado del Puente de Hierro (Logroño) que cruza el río Ebro, Bodegas Franco-Españolas se encuentra fuertemente vinculada a todos los cambios socioeconómicos en general, y de La Rioja en particular. Desde el otro lado de sus muros se puede explicar cómo las diferentes Guerras Mundiales y la Civil, la Independencia de Cuba o la proclamación de la República fueron afectando no solo a esta histórica bodega, sino a la población riojana en general. Unas vicisitudes que con voluntad, trabajo y apoyo exterior, se fueron superando hasta llegar a la consolidación de sus productos en el mercado internacional del vino. Referente en la elaboración de tintos y también blancos de La Rioja, estas bodegas han sido visitadas siempre por grandes personalidades de la cultura y de la sociedad, entre los que se encuentran el rey Alfonso XII o el escritor Ernest Hemingway.

Inicialmente creada con capital francés y español, la empresa fue adquirida por la Familia Eguizábal hace ya más de treinta años. La vocación innovadora con la que se inició este ambicioso proyecto continúa siendo parte de la filosofía de Bodegas Franco-Españolas. Por ello, se llevan a cabo inversiones constantes enfocadas principalmente a garantizar la calidad de sus productos. No en vano, “fue la primera bodega en tener una estación de aguas residuales, así como los certificados de garantía, cumpliendo hoy en día con los estándares más altos de calidad y de control”, aseguran.

Conjugando perfectamente tradición y modernidad, las instalaciones de Bodegas Franco-Españolas han sido renovadas por dentro, pero siempre conservando aquellos elementos que recuerdan sus 125 años de historia. La restauración de su interior se ha aprovechado para compartir con el público toda su evolución. En este sentido, desde esta bodega quieren “compartir los valores de la casa; su historia, su arquitectura, su privilegiada situación y, por supuesto, el estilo inconfundible de sus vinos”.

Estas actuaciones han derivado en un importante proyecto enoturístico que obtuvo el premio Best of Experiencias Innovadoras de Turismo Vitivinícola. Conscientes de su importancia como testigo directo de los cambios socioeconómicos en Logroño, “queremos aprovechar el hecho de ser la única bodega en el centro de la ciudad para abrir sus puertas y poder enseñar lo que es y lo que en ella se hace”.

“La visita por las instalaciones es como hacer un curso acelerado de historia”, indican. Entre los puntos de mayor interés se encuentra la antigua sala de embotellado, documentada desde principios del siglo XX, y que hoy “se ha convertido en un hermoso salón multifuncional envuelto en piedra, el mayor de Logroño, que, sin duda, es un referente para actos públicos y privados”.

El recorrido por “un impresionante pasillo de 200 metros flanqueado por barricas que llega a los cimientos del Puente de Hierro” lleva a los visitantes a atravesar “salas de memoria fotográfica”. Este recorrido histórico se combina con imágenes de “cepas gigantescas prefiloxéricas convertidas en esculturas naturales o juegos simbólicos, como el que propone el talante artístico del enólogo Carlos Estecha: una insólita visión doble de Las Meninas, de Velázquez, una sucesión colorista en las conducciones que evoca los tonos del vino durante su evolución”, explican desde el grupo vitivinícola.

Para completar el recorrido no cabe más que catar los excelentes vinos (que también se pueden adquirir en la tienda on line) elaborados desde Bodegas Franco-Españolas y que avalan su inmejorable trayectoria. El Rioja Bordón, el blanco Diamante, el Royal o el Barón d’Anglade son sus principales referentes, si bien esta producción se completa con propuestas más recientes como el RB Rioja Bordón Selección, lanzado al mercado el pasado año. Como desde sus comienzos, el afán innovador es constante y así también lo son las inversiones realizadas en la renovación de “1.500 barricas de roble blanco americano y otras 500 de roble francés, destinadas a los vinos más modernos”.

Un amor por la viticultura de calidad se ha trasladado a los más jóvenes de la familia Eguizábal. Un factor que garantiza el relevo generacional y la continuidad de un proyecto avalado por más de un siglo de historia y que ha contribuido también a perfilar la historia de la sociedad riojana.

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