DO Bierzo prevé cerrar la vendimia el 20 de octubre con un descenso de entre el 20-25% de la producción

Recientemente la D.O modificó su Reglamento para permitir mayor libertad de planificación del viñedo y distantas graduaciones alcohólicas buscando una mejora de la calidad de la uva

Carmen Fernández

Viernes 05 de Octubre de 2012

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Son tiempos difíciles para la economía española pero las denominaciones de origen castellanas se enfrentan a las dificultades buscando convertir esta crisis en una oportunidad para salir fortalecido.

El descenso de los precios y del consumo del vino en el mercado interior, ha hecho que la D.O Bierzo, como muchas otras denominaciones de origen españolas, busquen adaparse a las demandas del mercado y del consumidor para elaborar vinos con mejor aceptación tanto en España como en el extranjero.

En cualquier caso, la cantidad de vino que habrá que situar en los mercados será en este año menor ya que la previsión de vendimia es sensiblemente más baja que el año anterior como consecuencia de las condiciones climatológicas.

Con una previsión de terminar la vendimia en torno al 20 de octubre, la denominación de origen lleva recogidas 9.200.000 quilos de uva de excelente calidad fitosanitaria.

La vendimia en estas tierras terminará en la cooperativa de Ponteferrada con una previsión de descenso de producción de entre un 20 a un 25% de la cosecha total.

Según explican desde este Consejo, el descenso importante de las precipitaciones ha provocado un considerable retraso del ciclo vegetativo de la vid respecto a la campaña anterior, por lo que los técnicos de la denominación aguardan una recogida de entre 15 a 16 millones de quilos de uva frente a los más de 20,5 millones de la campaña pasada.

De esta cantidad controlada por la D.O, algo más del 85% obtuvieron la correspondiente contraetiqueta del Consejo Regulador.

Las parcelas ubicadas en Ponferrada serán las últimas en recoger el preciado fruto de esta vendimia, que se augura excelente en calidad ya que el fruto pequeño garantiza una mayor concentración de los valores enológicos tan buscados por los enólogos.

MODIFICACIÓN DEL REGLAMENTO

La variedad estrella en esta denominación es la Mencía, que ocupa el 65% de la superficie cultivada en El Bierzo. En estas tierras a esta variedad se la conoce también como Negra y da unos vinos tintos y rosados suaves y aterciopelados en donde los aromas a frutos silvestres y a pizarra húmeda están siempre presentes.

Los rosados, por su parte, son afrutados, vivos, ligeros y suaves mientras que los blancos, elaborados con las variedades Godello y Doña Blanca, nos ofrecen caldos limpios y brillantes, con tonalidades amarillas pajizas, tonos dulces y acidez viva.

La última modificación del Reglamento del Consejo Regulador ha permitido, además, incorporar estas variedades blancas a la elaboración de los rosados, aportándole mayor complejidad, así como una frescura y acidez que las variedades tintas no hacían.

Y es que estas modificaciones del Reglamento, sin perder el espíritu que define los vinos amparados bajo esta Denominación, buscan conseguir una mejora de la uva y vinos de mayor calidad, dándole más libertad al viticultor para que planifique su vinificación.

"Los tintos estaban limitados por 14 grados máximos de alcohol y los blancos por 13 grados. Ahora, las bodegas podrán buscar una mejora en la uva y una maduración más completa, con mayores concentraciones de azúcares que, al fermentar, aumentan el contenido de alcohol. Sin límites, aumentará la calidad", explicaba el director técnico de la D.O, Pablo Franco.

"Aumentar la graduación alcohólica es, digamos, un nivel de exigencia para tratar de conseguir uvas de una maduración más completa, más equilibrada", explicó.

"Hasta ahora, el reglamento limitaba a 3.800 las cepas por hectárea en una viña. Esa limitación se ha eliminado, lo que da más libertad a los viticultores a la hora de definir su plantación", explican en el Consejo Regulador, incidiendo también en las ventajas de una graduación alcohólica mayor.

El objetivo, en definitiva, es seguir incrementando la producción, que el año pasado superó los 20 millones de quilos aunque fueron un total de 17.536.996 los que entraron en bodegas para elaborar vinos con contraetiqueta en lo que fue una vendimia especialmente buena derivada de las condiciones climáticas tan favorecedoras.

RETOS DE FUTURO

Pero este incremento de la producción debe ir necesariamente acompañado del incremento de la comercialización que se se ha visto estancando en los últimos años.

Así, después de alcanzar la cifra máxima de 7,8 millones de botellas comercializadas en 2008, la cifra ha ido descendiendo hasta rozar apenas los 7 millones en 2011, lo que debería disparar las alarmas de bodegueros y responsables de la D.O.

Y es que la competencia es dura y los principales países que compran los vinos de esta denominación siguen siendo los europeos, con Alemania, Bélgica, Reino Unido y Suiza a la cabeza, a la que se une el mercado, cada vez más exigente de EE.UU.

Cabe, pues, pensar que los excelentes vinos de esta denominación de origen deben pugnar por abrir nuevos mercados que contribuyan a paliar el descenso de consumo interno y garanticen la continuidad de este sector arraigado a las tierras del Bierzo, donde pizarra, sol y uva encuentran su mejor expresión en estos vinos.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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