Vino rosado: el rey del verano

El rosado parece ser el vino olvidado en nuestro país. Mientras en otros lugares, como Francia, sus ventas aumentan de año en año, en España el vino rosado aún es considerado por muchos como un vino “inferior”, de menos categoría. El vino de quienes no les gusta el vino. Un enorme error, desde nuestro punto de vista.

Quizás sea por esto que la oferta de vinos rosados en nuestras tiendas resulte muy inferior a la de tintos y blancos. No sabemos si no se hace más rosado porque no hay demanda, o si la escasa oferta induce un menor consumo… El caso es que quizás ambas posibilidades sean ciertas, y que estemos ante un pequeño círculo vicioso. Sea como sea, nos parece una pena, porque no sólo hay rosados espléndidos, sino que pensamos que el rosado es el vino ideal para disfrutar en nuestros calurosos veranos: un vino fresco, ligero, aromático, afrutado, ideal tanto para aperitivos como para acompañar las comidas ligeras típicas de esta estación. Y que encima se puede tomar frío, lo que puede llegar a convertirlo en una buena alternativa del refresco y la cerveza para tomarse una copa en una terracita al borde del mar…

Si quieres conocer más sobre el vino rosado, su elaboración, la diferencia con el clarete, o con qué platos maridarlo, entre otros, sigue leyendo el artículo completo en nuestro blog haciendo clic aquí.

Y si quieres unas recomendaciones, aquí os dejamos un par de estupendas sugerencias, de dos rosados diferentes pero ambos espléndidos:

Rosado de Lágrima Castillo de Monjardín – Espléndido representante de los rosados navarros, un vino intensamente aromático y afrutado, ganador de varios premios, con una relación calidad-precio excepcional. Elaborado con Cabernet Sauvignon y Tempranillo, presenta un precioso color rojo fresa y un intenso aroma.

Rosado de Sumoll Pardas – Un rosado muy especial, con carácter. Vino monovarietal de Sumoll, uva autóctona del Penedés prácticamente olvidada y que está siendo recuperada para elaborar grandes vinos.