Mauricio planta sus primeras vides y apuesta por el vino como motor agrícola y turístico

El primer viñedo profesional de la isla busca producir hasta 80.000 botellas anuales y fomentar el enoturismo local

Viernes 26 de Septiembre de 2025

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French Vines Planted in Mauritius Signal Ambitious Bid for Tropical Wine Industry

La isla de Mauricio ha iniciado un proyecto vitivinícola que busca transformar su agricultura y diversificar su economía. En septiembre, la empresa Agrïa, filial del grupo ER Group, plantó las primeras vides en Bel Ombre, al suroeste de la isla. El acto contó con la presencia del ministro de Agroindustria, Seguridad Alimentaria, Economía Azul y Pesca, Dr. Arvin Boolell, así como otros representantes gubernamentales y expertos internacionales.

Las vides proceden de la región francesa del Loira y han sido seleccionadas bajo la supervisión de un viticultor de Borgoña. En esta primera fase se han plantado tres variedades: Chenin Blanc, Touriga Nacional y Cabernet Franc. El objetivo es comprobar cuáles se adaptan mejor al clima tropical y a los suelos volcánicos de la zona, que han sido tratados con cal durante siglos debido al cultivo de caña de azúcar. Según el geólogo francés Yves Hérody, este tratamiento ha mejorado la acidez del suelo y lo ha hecho apto para el cultivo de uva de calidad.

El proyecto cuenta también con el asesoramiento del climatólogo Benjamin Bois. Ambos especialistas están analizando cómo influyen las condiciones climáticas locales en el desarrollo de las vides. Mauricio tiene temperaturas estables durante todo el año y dos estaciones principales: una cálida y húmeda entre noviembre y abril, y otra más fresca y seca entre mayo y octubre. Estas características obligan a adaptar las técnicas tradicionales europeas a un entorno donde no existe una parada invernal natural para las plantas.

La ambición de Agrïa es cultivar 15 hectáreas con 75.000 vides y producir hasta 80.000 botellas anuales de vino blanco, rosado y posiblemente tinto. La primera vendimia está prevista para 2028, mientras que los primeros vinos llegarán al mercado local y a los visitantes en 2029. En una segunda fase se prevé experimentar con hasta diez variedades diferentes para identificar las que mejor se adapten al microclima local.

La vinificación se realizará en una bodega que se construirá en las ruinas del antiguo ingenio azucarero situado en el centro del complejo turístico Heritage. Esta ubicación permitirá ofrecer catas a los huéspedes y abastecer a los restaurantes del resort, como Le Château de Bel Ombre. El proyecto busca reducir la huella de carbono mediante la producción local y fomentar cadenas cortas de suministro.

El sector turístico mauriciano espera beneficiarse de esta iniciativa mediante el desarrollo del enoturismo. Los visitantes podrán conocer el proceso de elaboración del vino en un entorno tropical, participar en degustaciones y disfrutar del paisaje entre viñedos y naturaleza autóctona. Sommeliers locales jóvenes han mostrado interés por seguir el desarrollo del viñedo desde sus inicios, ya que hasta ahora solo habían estudiado viticultura a través de libros.

El proyecto supone un cambio importante para la agricultura mauriciana, tradicionalmente centrada en la caña de azúcar. ER Group ya produce café, cacao, piña, palmito, miel y ron en otras zonas de la isla. La plantación del viñedo forma parte de una estrategia más amplia para diversificar cultivos e impulsar el desarrollo sostenible.

Entre los problemas técnicos que afronta el proyecto figuran la adaptación de la poda al crecimiento continuo en clima tropical, la posibilidad de realizar dos cosechas al año y el control de plagas y enfermedades propias del entorno insular. El equipo técnico está aplicando prácticas agroecológicas para regenerar los suelos mediante barbecho y reducir el uso de productos químicos.

La colaboración con Domaine de Montille, una casa vinícola francesa con casi tres siglos de historia en Borgoña, aporta experiencia internacional al proyecto. Étienne de Montille, responsable del dominio francés, participa activamente junto a Nicholas Valentinuzzi en la dirección técnica. El objetivo es transferir conocimientos europeos a un entorno nuevo para la viticultura profesional.

El impacto económico previsto incluye la creación de empleo local especializado en viticultura y enología, así como nuevas oportunidades formativas para los habitantes de Bel Ombre y pueblos cercanos donde el desempleo es elevado. Además, se espera que los vinos mauricianos puedan llegar a mercados internacionales especializados tras consolidarse en el mercado interno.

ER Group continúa así una tradición agrícola que combina innovación con respeto por el patrimonio local. En otras zonas como Case Noyale desarrolla apicultura; en Chamarel impulsa proyectos relacionados con el cacao; mientras que este año ha relanzado el cultivo del té en las tierras altas.

La plantación del viñedo marca un paso importante hacia una agricultura más diversificada e innovadora en Mauricio. La experiencia adquirida podría servir como modelo para otros territorios tropicales interesados en desarrollar su propia viticultura profesional.

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