Brindar por el planeta es el mejor maridaje

Argentina

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Domingo 10 de Agosto de 2025

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"La triple crisis planetaria exige que el enoturismo pase de la contemplación a la acción, integrando prácticas que protejan la tierra, fortalezcan comunidades y regeneren los ecosistemas del vino."

"Del espectáculo a la regeneración. En tiempos de crisis climática, hídrica y ecológica, el enoturismo tiene la oportunidad —y la responsabilidad— de liderar un cambio profundo. Convertir los destinos en sostenibles ya no basta: hoy es urgente regenerar y compensar. Proteger el agua, restaurar ecosistemas y fortalecer comunidades ha dejado de ser opcional; es la única vía para asegurar el futuro del vino y de la vida que lo rodea."

El enoturismo está en deuda con el planeta. Ya no basta con celebrar la tierra: hay que defenderla. Frente a la triple crisis —climática, ecológica e hídrica— seguir vendiendo paisajes sin propósito es irresponsable. Cada copa servida debe ser un acto de regeneración. Es hora de que el enoturismo se convierta en territorio de resistencia: cuidando el agua, restaurando ecosistemas, protegiendo la biodiversidad y empoderando a las comunidades que sostienen la cultura del vino.

Durante décadas, el enoturismo ha simbolizado una experiencia privilegiada que integra cultura, paisaje y placer sensorial. Sin embargo, en el contexto actual —marcado por la triple crisis planetaria: climática, ecológica e hídrica— este modelo tradicional se revela insuficiente y obsoleto. La simple contemplación ya no basta.

Durante años, el enoturismo fue sinónimo de disfrute, patrimonio y conexión con el entorno. Pero hoy, frente al avance implacable de la crisis climática, la degradación de los ecosistemas y la creciente escasez del agua —recurso esencial para la viña—, mantener experiencias vacías de conciencia ambiental y compromiso social resulta insostenible y equivale a una negación peligrosa.

"El turismo debe convertirse en una fuerza positiva para la naturaleza, el clima y las comunidades locales. No podemos seguir operando como si los recursos fueran infinitos."
— Zurab Pololikashvili, Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT)

El turismo del vino no puede seguir siendo un mero espectáculo; debe trascender y reinventarse, asumiendo un rol activo como catalizador de transformación y regeneración en los territorios que lo sustentan, o corre el riesgo de convertirse en irrelevante.

"La regeneración va más allá de la sostenibilidad. No se trata solo de reducir impactos, sino de mejorar activamente los sistemas sociales y ecológicos."
— Anna Pollock, pionera del turismo regenerativo

La degradación acelerada de los ecosistemas, la pérdida alarmante de biodiversidad, el estrés hídrico crónico, retroceso de los glaciares y la creciente vulnerabilidad de las comunidades rurales demandan respuestas urgentes y profundas. Más allá de la adaptación o mitigación, es imprescindible redefinir el propósito del enoturismo, posicionándolo como una herramienta clave para el desarrollo sostenible y regenerativo.

"Los destinos que no midan su huella hídrica y de carbono quedarán rezagados. La transparencia y la regeneración serán los nuevos indicadores de calidad."
— Jeremy Smith, cofundador de Tourism Declares a Climate Emergency

La buena noticia es que existen modelos inspiradores que están logrando revertir esta tendencia. El enoturismo con enfoque compensatorio, sostenible, responsable, regenerativo y Net Zero no solo aborda los desafíos ambientales actuales, sino que también propone soluciones tangibles para problemáticas estructurales que afectan al desarrollo comunitario y territorial. Integrando mediciones rigurosas del impacto ambiental (huella de carbono, consumo hídrico, conservación de la biodiversidad), prácticas agroecológicas innovadoras, gobernanza participativa y narrativas éticas, el sector puede consolidarse como un motor efectivo de resiliencia y regeneración territorial.

Este paradigma no es una utopía ni un ideal lejano. Ya hay iniciativas pioneras que comprenden que el turismo no debe ser un factor extractivo, sino una fuente de retorno y beneficio para el entorno. Que el verdadero lujo no radica en la exclusividad superficial, sino en la coherencia ética y ambiental. Que el valor genuino de una experiencia enoturística reside en su capacidad para regenerar y revitalizar los territorios que toca.

Regenerar no es una opción: es el pacto necesario para asegurar la viabilidad futura del enoturismo y las comunidades que dependen de él. El enoturismo consciente tiene el potencial de liderar esta transición, siempre que esté dispuesto a dejar atrás la estética vacía y abrazar una ética de transformación profunda. Porque en tiempos de crisis, cualquier ofrecimiento sin propósito real es simplemente un brindis al vacío.

www.bywine.com.ar / @enoturis / LinkedIn y X: so2clima

Un artículo de Danielasquez
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