Consejos para reconocer (y beber) los mejores vinos

Colores oscuros, las lágrimas, la intensidad o el equilibrio son algunas de las claves para reconocer a los mejores vinos

Compártelo

Leído › 29586 veces

La pasión por el vino

¿Eres de los que todos los vinos en la copa te parecen iguales? Te presentamos a continuación una serie de consejos que, con la ayuda de Munia vino de calidad DO Toro, te servirán seguro a reconocer cuando estás ante un vino de calidad.

Una vez abierto, es posible que desees comprobar el corcho en busca de pistas sobre si ha afectado el vino. Simplemente huélelo y si notas algún olor desagradable el vino estará estropeado, en caso contrario puedes servirlo.

Una vez servido en una copa, debes inspeccionar el vino; el color y la intensidad te pueden dar una idea de la edad y de si se ha guardado en barricas de roble o no, para los vinos blancos.

Para los vinos blancos, aunque el tipo de uva puede influir en esto, mientras más oscuro el color, mayor el tiempo de envejecimiento del vino, así que si ves un vino muy pálido, probablemente es un vino muy joven. Cuando un vino es añejado en una barrica de roble, esto agrega también oscuridad e intensidad al color.

Similarmente en los vinos tintos, las barricas de roble y la edad, así como el tipo de uva utilizada, pueden hacer el vino más oscuro. Aunque generalmente la edad hará que los vinos tintos tengan una apariencia marrón o color teja.

Observa el vino, especialmente en los bordes y observa si el color cambia del centro a los bordes. No hay relación entre el color y su intensidad, y la calidad pero la mayoría de la gente prefiere un color uniforme en su vino.

El siguiente paso es oler el vino. Puedes si lo deseas oler el vino antes de agitarlo, para saber cómo cambia después de hacerlo girar en la copa.

La principal razón para agitar el vino es para brindarle mayor contacto con el aire y por lo tanto con oxígeno y con más espacio para que los aromas se abran y lleguen a tu nariz fácilmente.

Acerca tu nariz al vino para concentrarte en los aromas, e intenta analizar lo que sientes y percibes.

Para los catadores de vino sin experiencia, les puede llevar varios meses y mucha práctica comenzar a percibir los diferentes aromas que tienen diferentes vinos. No desesperes, quédate con la primera impresión y sigue leyendo este artículo.

Después de hacer girar el vino en la copa podrás observar algunas "lagrimas" en la copa, resultado de un mayor contenido de glicerol (alcohol), aunque también de un mayor residuo seco. Los vinos con lágrima se suelen asociar a vinos de buena calidad.

Bebe un trago. Deja que repose en la boca para que todas las papilas gustativas tengan la oportunidad de saborear el vino.

¿Qué percibes? También presta atención a las sensaciones táctiles: textura, volumen, calor y astringencia.

Tras el primer trago podrás percibir el retrogusto, ese sabor final así como su intensidad o cantidad de tiempo que perdura el sabor en la boca ya vacía.

Cuanto más tiempo perdure la sensación del vino, es decir cuanto más intenso el vino de mejor calidad será.

Los vinos pueden tener muchos matices diferentes, de cualquier forma, los vinos en síntesis tienen cuatro "piedras angulares" o componentes básicos: sabor, alcohol, taninos y acidez.

Así otra característica de un buen vino de calidad es que ninguno de los cuatro componentes anteriores destacará, es decir se mantendrá en equilibrio, todos tendrán igual presencia o buen balance.

Por el contrario un mal vino, no será equilibrado y destacará en una de los cuatro componentes: o demasiado alcohol, o acidez, o demasiados taninos pueden hacer un vino duro y desagradable, o incluso un sabor apagado que hará el vino aburrido y poco interesante.

En palabras simples, los taninos son lo que causan ese sabor seco y astringente en la boca después de beber algunos vinos.

Existen dos fuentes principales de taninos en el vino. Primeramente el roble: si el vino es añejado en barricas de roble obtendrá algunos taninos de ello. Sin embargo la fuente principal de los taninos en el vino proviene de la piel, tallo y semillas de las uvas, lo cual explica por qué es más probable encontrar taninos en vinos tintos (los cuáles son producidos triturando la uva completa e incluso en ocasiones el tallo también) que en vinos blancos, los cuales se producen fermentando solamente el jugo.

Los taninos son importantes ya que brindan color, estructura y sabor. Generalmente los vinos con muchos taninos deben ser añejados; con el tiempo los taninos se reducirán lo cual le brindará al vino mayor cuerpo y estructura.

Existen cuatro tipos de ácidos presentes en el vino, y su misión consiste en ayudar a preservar el vino, y también en ayudar a formar sabores y regusto, lo cual le da estructura.

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 29586 veces