Las viñas viejas: España entre los ganadores de los Old Vine Hero Awards 2025 y protagonista del Old Vine Registry

Las organizaciones Old Vine Conference y Old Vines Registry contribuyen al renacimiento global de las viñas viejas y del cultivo de variedades autóctonas

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Sábado 05 de Abril de 2025

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En un mundo del vino cada vez más centrado en la innovación, la eficiencia y la productividad, hay dos organizaciones que miran al pasado para construir el futuro: Old Vine Conference y Old Vine Registry. Nacidas con una misión clara —dar voz, visibilidad y valor a las viñas viejas del mundo—, estas iniciativas se han consolidado en pocos años como el principal motor global del movimiento por la conservación y revalorización de los viñedos antiguos.

​La resolución OIV-VITI 703-2024, adoptada el 18 de octubre de 2024 durante la 22ª Asamblea General de la OIV en Dijon, Francia, establece que una viña vieja es una planta con una edad documentada oficialmente de al menos 35 años. En el caso de vides injertadas, la unión entre el portainjerto y la púa debe haber permanecido inalterada durante al menos 35 años. Asimismo, un viñedo viejo se define como una parcela continua y legalmente delimitada donde al menos el 85% de las vides cumplen con el criterio anterior.

Old Vine Conference

Fundada por un grupo de profesionales con una profunda conexión con la viticultura patrimonial —entre ellos Sarah Abbott MW, Alun Griffiths MW y Leo Austin—, The Old Vine Conference surge de una preocupación común: la desaparición silenciosa de viñedos centenarios, arrancados por falta de rentabilidad o reemplazados por variedades más comerciales. Frente a esta pérdida, la organización propone una alternativa poderosa: transformar las viñas viejas en un activo cultural, económico y medioambiental.

Su actividad principal es la Old Vine Conference, un encuentro internacional que reúne cada año a viticultores, investigadores, comunicadores, enólogos, importadores y responsables de políticas agrícolas. El objetivo es claro: crear una comunidad global comprometida con la preservación de las viñas viejas y fomentar un enfoque más sostenible y diverso en la viticultura contemporánea. Durante las conferencias —que combinan eventos presenciales y seminarios online— se presentan casos de estudio, proyectos de investigación, estrategias de marketing y modelos de negocio centrados en la viña antigua.

Pero The Old Vine Conference es mucho más que un evento anual. La organización actúa durante todo el año como plataforma educativa y red internacional de apoyo, promoviendo colaboraciones entre productores de regiones tan diversas como Sudáfrica, Chile, España, Georgia, Australia o Estados Unidos. Además, trabaja con instituciones, denominaciones de origen y universidades para fomentar estudios sobre la biodiversidad, la resiliencia climática y el valor enológico de los viñedos antiguos.

Uno de los proyectos más emblemáticos es la creación de una categoría comercial específica para vinos de viñas viejas, inspirada en el modelo del "Old Vine Project" sudafricano. Esta iniciativa busca no solo proteger el viñedo histórico, sino también comunicar de forma más clara al consumidor el valor singular de estos vinos: su concentración, su carácter, su memoria.

Además de su valor cultural y enológico, muchas viñas viejas están compuestas por variedades autóctonas, a menudo en peligro de desaparición. Su cultivo contribuye de forma directa a preservar y recuperar este patrimonio genético, que forma parte esencial de la identidad vitivinícola de cada territorio. Estas cepas, adaptadas al entorno durante generaciones, aportan una diversidad única y una conexión profunda con el terroir.

En paralelo, los Old Vine Hero Awards, celebrados desde 2023, reconocen cada año a las personas y organizaciones que están liderando esta transformación. Viticultores, investigadores, comunicadores y tecnólogos reciben estos galardones por su impacto positivo en la preservación, gestión y promoción de los viñedos antiguos.

La tarde del pasado día 31 de marzo, durante el Winners' Webinar, se anunciaron los ganadores de los Old Vine Hero Awards 2025, un reconocimiento internacional que celebra a las personas y organizaciones que impulsan el renacimiento de las viñas viejas en el mundo.

En la categoría Next Generation, el galardón fue para los hermanos españoles Carlos y Juanjo Cerdán de Bodega Cerrón, por su compromiso con la recuperación de viñedos antiguos en Fuente Álamo, en la DO Jumilla. La distinción fue entregada por Francisca Van Zeller, 15ª generación de Van Zellers & Co, Portugal.

En la categoría Old Vines, New Technology, se reconoció a la española Marta Juega, fundadora de PI Concept, por el desarrollo de PI Analytics, una herramienta que ha logrado resultados tangibles en la mejora de la retención de agua, la reducción de residuos y la salud del suelo en viñedos antiguos. El premio fue entregado por Shawn DeMartino, CEO y fundador de Sentinel Vine Manager.

El premio al Mejor Equipo de Viticultura fue para Bodegas y Viñedos Yokich, en el Valle de Cinti, Bolivia. Su trabajo junto a pequeños productores locales durante más de dos décadas ha sido clave para proteger y valorizar los viñedos ancestrales de la región. Rosa Kruger, fundadora de The Old Vine Project en Sudáfrica, fue la encargada de entregar el reconocimiento.

En la categoría Comunicación y Educación, patrocinada por IWSC, fue premiada Michèle Shah, embajadora regional de The Old Vine Conference en Italia. Su labor ha sido fundamental para visibilizar el rico patrimonio vitivinícola del país. La entrega del premio estuvo a cargo de Sarah Abbott MW, cofundadora de The Old Vine Conference.

El premio a la Investigación fue otorgado a Plaimont, Vignerons en Gascogne et Piémont Pyrénéen, por su enfoque en aplicar la investigación al cultivo práctico, demostrando cómo la biodiversidad puede ser clave para afrontar los desafíos ambientales y económicos que amenazan los viñedos. Recibieron el premio de manos de la Dra. Adrianna Catena, cuarta generación de la bodega Catena Zapata.

Los Old Vine Hero Awards son los únicos premios dedicados exclusivamente a destacar a quienes lideran el movimiento global por la protección y valorización de las viñas viejas.

Cada uno de los ganadores recibirá una entrada para el primer día de The Old Vine Conference 2025, que se celebrará en California. Además, el ganador del premio Comunicación y Educación obtendrá un pase completo de cinco días, con vuelo y alojamiento incluidos, y una comisión para escribir un artículo en Club Oenologique, donde compartirá su experiencia y reflexiones tras la conferencia.

Las nominaciones para la edición 2026 se abrirán en enero del próximo año.

Old Vine Registry y las viñas viejas en España

Junto con Old Vine Conference, también el Old Vine Registry juega un papel clave en la recuperación y conservación de viñas viejas, siendo la primera base de datos global y colaborativa dedicada a documentar viñedos históricos y longevos en todo el mundo. Su propósito es mapear y registrar parcelas plantadas con cepas antiguas que aún producen uvas de calidad excepcional, preservando así un patrimonio vitivinícola invaluable. Esta iniciativa surgió de la colaboración entre la reconocida crítica de vinos Jancis Robinson y su colega Tamlyn Currin, quienes comenzaron recopilando información sobre viñedos antiguos en una hoja de cálculo. Con el tiempo, este esfuerzo evolucionó hacia una plataforma digital más accesible y completa, gracias al apoyo de diversos profesionales y organizaciones comprometidas con la conservación de estos viñedos. El registro no solo se centra en datos técnicos como la edad del viñedo, las variedades plantadas o la ubicación geográfica, sino que también recoge historias humanas y culturales asociadas a cada parcela. De esta manera, el Old Vine Registry se convierte en una herramienta esencial para investigadores, viticultores y amantes del vino interesados en la preservación y valorización de estos tesoros vitivinícolas.

Según la encuesta de viñedos del MAPA de 2020, 346.000 hectáreas, es decir, el 40 % del viñedo de España, tenía una edad mayor de 30 años. Estas viñas, hoy día, se pueden considerar viñas viejas según la recien normativa mundial. Desde luego, en el registro del Old Vine Registry, España marca su papel con más de 410 viñas viejas y más de 30 variedades autóctonas registradas. Entre las más conocidas se encuentran Xarel·lo, Parellada, Mencía, Albillo Mayor, Albillo Real, Bobal, Graciano, Godello, Hondarribi Beltza, Listán Prieto, Macabeo, Maturana Tinta, Negramoll, Palomino Fino, Pedro Ximénez, Sumoll, Tempranillo, Tempranillo Blanco y Verdejo.

Sin embargo, entre ellas destacan algunas variedades casi desconocidas y actualmente en proceso de recuperación por parte de viticultores, como:

  • Carrasquín: se trata de una variedad tinta muy poco conocida y exclusiva de Asturias. Según el MW Pedro Ballesteros, junto a Verdejo Negro, es una joya del patrimonio vitivinícola español a recuperar. Cabe destacar que el vino Escolinas Zorrita del Monasterio de Corias, procedente de un coupage de Carrasquín, Albarín Negro y Verdejo Negro, ha sido nominado vino revelación en la Guía Peñín 2024. La parcela de Viña Vieja pertenece al viticultor Mario García González, en Cangas (Asturias). Plantada aproximadamente en 1910. Edad estimada de las viñas: 115 años. Superficie: 0,2 ha. Plantada junto con Albarín Blanco, Albillo, Blanca Extra (Moza Fresca, Cigüente, Doña Branca), Verdejo Tinto, Albarín Negro, Mencía y Garnacha Tintorera.
  • Arcos y Tortosí: variedades de uva tinta originarias de Terres dels Alforins (Comunidad Valenciana), junto con la variedad Verdil. En 1990, el cultivo de Tortosí constaba de 2.800 hectáreas y, en 2009, tanto el de Tortosí como el de Arcos constaban de solo 280 hectáreas cada una. Las viñas viejas pertenecen a la Bodega Colección de Toneles Centenarios, en La Cañada (Alicante). Plantadas en 1921. Edad de las viñas: 104 años. Superficie: 1 ha. Plantadas junto con Monastrell, Garnacha y Bobal.
  • Callet: variedad de uva tinta exclusiva de Mallorca. Variedad principal en la DO Pla i Llevant y autorizada en Binissalem. Según el MW Pedro Ballesteros, es la variedad más común y quizá más cualitativa de la isla, entre muchas otras variedades autóctonas (Gorgolassa, Fogoneu, Mantonegro, Giró Ros y Escursac). Hasta hace un par de décadas, su cultivo representaba el 50% de los viñedos de las Islas Baleares; sin embargo, se arrancó en favor de la industria inmobiliaria. Se suele encontrar salpicada en viñedos junto con Fogoneu. Según Galet, en 2009 había una superficie cultivada de 133 hectáreas (comparada con solo 23 hectáreas de Fogoneu). La viña vieja es de la Bodega Vins Miquel Gelabert, en Manacor (Mallorca). Superficie: 0,5 ha. Viñas plantadas entre 1948 y 1956.
  • Caiño Tinto: variedad tinta autóctona de Ribeiro, y luego introducida en otras regiones limítrofes como Rías Baixas, donde alcanzó su máxima expresión. Presente en todas las DO gallegas y en Portugal con el nombre Borraçal. Las parcelas Bastión de la Luna y Finca Genoveva, propiedad de la Bodega Forjas del Salnés de Rodrigo Méndez, se encuentran en Val do Salnés, en Rías Baixas. Plantaciones de 1963 y 1823. Edad de las viñas: 62 y 202 años. Plantadas junto con Albariño, Espadeiro y Loureiro.
  • Estaladiña: variedad de uva tinta autóctona del Bierzo, recuperada tras una investigación iniciada en 2017 por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL). También conocida con el nombre Pan y Carne. La parcela Borrunde, ubicada en San Pedro de Trones (Bierzo), pertenece a la Bodega Nacho Álvarez Wines. Plantada en 1910. Edad de las viñas: 115 años. Superficie: 0,18 ha. Plantada junto con Mencía, Negreda (Juan García, Mouratón), Palomino Fino y Garnacha Tintorera.
  • Garnacha Tintorera: variedad de uva tinta, cruce de Garnacha Tinta con Petit Bouschet (por eso, en el extranjero se conoce como Alicante Bouschet). Fue creada a mediados del siglo XIX para dar color a otras variedades del Languedoc, y por eso es la única variedad que tiene antocianos (pigmentos de color rojo-azulado) no solo en los hollejos, sino también en la pulpa. A pesar de ser de origen francés, a lo largo de las décadas pasadas se ha difundido en toda la península y se ha convertido en una variedad típica de Almansa (Albacete). La parcela pertenece a la Bodega Llopart, en Subirats (Barcelona), miembro de Corpinnat. Plantada en 1980. Edad de las viñas: 45 años. Superficie: 0,23 ha.
  • Listán Negro: variedad de uva tinta, emblema de las Islas Canarias. Su origen se desconoce; sin embargo, según el Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria, se trata de un cruce de dos variedades canarias (Listán Blanco y Negramoll). Se encuentra como variedad preferente en todas las denominaciones de origen canarias, llegando a ocupar casi el 25% de toda la superficie plantada en el archipiélago. La parcela Álvaro Fariña, propiedad de la Bodega Endemic Wines, se encuentra en Tenerife. Plantada en 1933. Edad de las viñas: 92 años. Superficie: 1,7 ha. Plantada junto con Negramoll y Listán Blanco.
  • Rome: variedad de uva tinta autóctona de la Axarquía de Málaga. Está autorizada en las DO Málaga y DO Sierras de Málaga. La parcela pertenece a la Bodega Bentomiz, en Sayalonga (Málaga). Plantada aproximadamente en 1933. Edad estimada de las viñas: 92 años.
  • Vijariego: variedad de uva tinta, presente tanto en El Hierro como en Cataluña, donde se conoce como Sumoll. Según Galet, en 1990 su cultivo constaba de 3.400 hectáreas y, en 2009, de solo 310 hectáreas, mayormente en Cataluña. A pesar de ser minoritaria en Canarias, se considera autorizada en todas las denominaciones de origen. No guarda ningún parentesco con el Vijariego Blanco. La parcela Los Corchos, propiedad de la Bodega Endemic Wines, está ubicada en la isla de El Hierro. Plantada aproximadamente en 1873. Edad estimada de las viñas: 152 años. Superficie: 6 ha. Plantada junto con Gual y Listán Blanco.

El registro de viñas viejas de Old Vines Registry no se limita a la especie Vitis vinifera, y resulta llamativo que en él también figuran dos variedades de vides americanas: Isabella y Noah. Se trata de variedades conocidas por su resistencia a enfermedades y su capacidad para prosperar en condiciones adversas. Inicialmente fueron utilizadas como portainjertos o en producción directa, conocidas en este último caso como "híbridos productores directos", con el objetivo de combatir la filoxera. Isabella es el resultado de un cruce natural entre Vitis Labrusca y Vitis Vinifera (Petit Meslier), mientras que Noah es un híbrido natural entre la variedad Taylor (Vitis Labrusca × Vitis Riparia) y Vitis Riparia. Junto con otras variedades como Jacquez, Clinton, Herbemont y Othello, sufrieron prohibiciones y boicots en Europa durante el siglo XX, debido al temor de que provocaran una caída en el precio del vino por el aumento de la oferta. Además, los vinos elaborados con estas variedades presentaban el típico sabor "foxy" (término que describe un sabor animal y terroso), asociado a una menor calidad. Ambas han sido registradas por el viticultor Bordei Cristofor, de Moldavia.

https://youtu.be/di1T17gziEY?si=4Py9BWGjd29_qGWl

https://www.oldvines.org

https://www.oldvineregistry.org/

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Datos de «Comprender el vino» del MW Pedro Ballesteros, «Tratado de Enologia» de Jose Hidalgo Togores, «Encuesta de viñedos de 2020» del Ministerio de Agricultura y «Dictionnaire encyclopédique des cépages et de leurs synonymes» de P. Galet.

Un artículo de Maurizio Limiti
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