González Byass lanza la Saca 2024 de Finos Palmas

González Byass ha lanzado la esperada Saca 2024 de su Colección Finos Palmas, compuesta por cuatro referencias que representan la evolución y complejidad de la crianza biológica en los finos de Jerez. Este trabajo, que rinde homenaje a la tradición y la maestría enológica de Jerez de la Frontera, se ha realizado bajo la supervisión del reputado enólogo Antonio Flores, quien este año contó con la colaboración de su hija Silvia, también experta en la materia. Ambos han llevado a cabo la minuciosa tarea de seleccionar las botas más representativas, cada una marcada por la influencia única de la "flor", el velo de levaduras que otorga a estos vinos sus características distintivas.

La Colección Tío Pepe Finos Palmas se compone de Una Palma, Dos Palmas, Tres Palmas y Cuatro Palmas, cada uno con un perfil aromático y gustativo que varía según su tiempo de crianza y las particularidades de las botas seleccionadas. Estos vinos son un testimonio del trabajo de González Byass desde 1880, cuando se introdujo la práctica de clasificar los finos más delicados según su vejez y calidad.

Una Palma es un fino de seis años de crianza biológica, seleccionado de las botas 29, 30 y 88 de la Gran Bodega Tío Pepe. Con una capa intensa de "flor", este vino presenta notas de frutos secos y panadería, con una sensación sápida característica. Su versatilidad se aprecia en maridajes con clásicos de la gastronomía, como jamón ibérico, mariscos y arroces marineros. La estructura y frescura que aporta lo hacen un acompañante ideal para los sabores de la tradición mediterránea.

Dos Palmas, de las botas 76 y 77, es un fino de larga crianza, definido por el equilibrio entre el suelo de albariza y el velo de flor. Tras un tiempo prolongado bajo esta crianza, este vino muestra una potencia aromática marcada por el acetaldehído y sutiles toques de flores marchitas. En boca, su carácter estructurado y salino lo convierte en un aliado perfecto para platos con toques ácidos y productos frescos a la plancha, como pescados o ensaladas aliñadas. También es una opción sugerente para quesos y embutidos ligeros.

Tres Palmas es un fino que se aproxima al Amontillado, con 10 años de crianza biológica llevada al límite. La selección proviene de una única bota, la número 8, de la solera histórica de La Constancia. Aquí, el fino empieza a mostrar características de un amontillado, con un perfil aromático más complejo que resalta las notas salinas y los recuerdos de frutos secos. En boca, la estructura se vuelve aún más pronunciada, lo que permite su maridaje con alimentos contundentes como el atún rojo de almadraba, guisos tradicionales o quesos curados, además de platos especiados de la cocina asiática.

Finalmente, Cuatro Palmas representa el culmen de esta colección con un Amontillado Viejísimo de más de 50 años, envejecido en una sola bota, la número 3, en La Constancia Solera Museo. La vejez y concentración de este vino lo convierten en una auténtica reliquia enológica, descrito como un "vino de pañuelo" por su intensidad aromática. En nariz, es un perfume envolvente de maderas nobles, especias y frutos secos, mientras que en boca muestra una complejidad y elegancia difícil de igualar. Cuatro Palmas se disfruta sin prisas, idealmente solo, para apreciar cada detalle de su evolución en bodega.

La tradición de los Finos Palmas, como describe Manuel María González-Gordon en su obra "Jerez-Xerez-Sherry", se refiere a la selección de vinos finos que destacan por su pureza y refinamiento. El número de palmas asignado a cada vino refleja su antigüedad y desarrollo en bodega, una práctica que ha sido perfeccionada por González Byass desde el siglo XIX. La colección actual es un tributo a la perseverancia y dedicación de generaciones de enólogos que han mantenido viva esta herencia vinícola, siempre en busca de la expresión más pura del terroir jerezano y de los misterios que esconde la "flor" en su largo y delicado proceso de crianza.

El lanzamiento de esta edición no solo marca un momento de celebración para los amantes de los finos, sino que también reafirma la posición de Jerez como un epicentro enológico donde la innovación y la tradición coexisten de forma armoniosa, destacando la singularidad de un estilo que sigue cautivando al mundo.