Godello de Valdeorras: la uva de los barrancos

Variedad godello en Valdeorras En los últimos años la godello se ha erigido como la uva blanca de moda hasta el...

José Peñín

Miércoles 02 de Diciembre de 2020

Compártelo

Leído › 11592 veces

Variedad godello en Valdeorras

En los últimos años la godello se ha erigido como la uva blanca de moda hasta el punto de convertirse en la más directa rival de la albariño. Tiene la ventaja de vegetar en cuatro zonas con ecosistemas diferentes, ya sea por los suelos, orientaciones, altitudes, constitución del viñedo, climas y microclimas de Valdeorras, Ribeira Sacra, Monterrei y Bierzo. Sin embargo, la godello de Valdeorras posee un arcoíris de complejidad tal que no necesita asociarse con otras castas, como ocurre en las D.O. vecinas.

Como todas las grandes cepas, la godello, se expresa aún más en terrenos accidentados y, sobre todo cuando su vino ha reposado dos años en botella. La precocidad de esta variedad sería un problema en áreas de climatología mediterránea, mientras que, en Valdeorras, con ese contraste de fuerte maduración en relación con la fresca influencia atlántica y con una altitud mayor que Ribeiro y Rías Baixas, produce un aroma y sabor de cálida dulcedumbre y frescura ácida.

Viñedos en Valdeorras

Para mí existen dos godellos: el que se produce en suelos algo pedregosos y enlomados del fondo del valle, más frutales y herbales debido a la mayor materia orgánica y retención hídrica. El otro godello es el que se cultivan en suelos pobres de laderas graníticas y barrancos pizarrosos (zona de Bibei) entre 600 y 800 metros de altitud, de gustos más afilados y mineralizados. Su tacto es graso, evoca la fruta madura pero jamás compotada, con su piel que permite la mejor asociación de las lías en la barrica superior al albariño de Rías Baixas. Una combinación tan perfecta como la que se produce en todo el mundo con la chardonnay.

Mi primer encuentro con la godello

Un día lluvioso de febrero de 1980 recorrí Valdeorras a la búsqueda de un tinto para un club de vinos que regentaba. El paisaje se representaba, por un lado, la zona baja del valle ondulado, con un viñedo ubérrimo de uva tinta principalmente, siguiendo el curso del rio Sil y por otro, las laderas accidentadas con unas viñas raquíticas, casi abandonadas, compuestos de una mezcla de variedades. No había otra opción, porque la zona en aquellos años reinaba la producción de vinos tintos. Los valdeorreses, con sus blancos, sentían un cierto complejo de inferioridad con respecto a los del Ribeiro a pesar de que procedieran de la misma variedad: palomino, y no digamos comparándolos con los escasísimos albariños costeros. Tintos intensos de color bajo la autoridad de la alicante (alicante bouschet) que, en aquellos años, dominaba el viñedo gallego y que servía para dar esqueleto y color a la entonces minoritaria mencía. En resumidas cuentas, Valdeorras era una zona de tintos a la sombra del Ribeiro.

En aquellos años, no recuerdo en qué momento, conocí a Horacio Fernández Presa, Jefe de Extensión Agraria de O Barco de Valdeorras. Me habló de REVIVAL, iniciales que quieren decir Reestructuración del Viñedo de Valdeorras. Era el primer proyecto en España de recuperación de las uvas autóctonas. Me habló de una tal godello y me dijo que le acompañara hasta una pequeña casa de piedra, donde descubro por vez primera los depósitos de microvinicación en acero inoxidable que, cada uno, me recordaba al simpático robot BB8 de la Guerra de las Galaxias. Jamás había visto cosa igual. Me dio a probar el misterioso godello con la sospecha de encontrarme con una uva silvestre, herbal, ácida y sin comparación con el inalcanzable albariño. El aroma presentaba un rasgo impensable para un vino gallego: fruta madura, tacto suave de sus nada menos que 13 grados, una rareza entonces en Galicia, pero con una acidez que hacía apetecible el trago. La complejidad que más tarde percibí en los blancos de esta casta la entendí al descubrir las viñas de suelos pizarrosos cultivadas en los lugares más insólitos e inhóspitos.

Cepa de godello en Valdeorras

Antecedentes de la godello

Investigar sobre los orígenes de una cepa resulta una labor árida y, en ocasiones, ardua. Esta cultura en el pasado se ha movido en el ámbito rural, donde el cultivo se ha basado en esquejes extraídos de otras cepas, las cuales toman la denominación caprichosa o de dudosa vocalización que la tradición ha ido modificando. Según Vouillamoz-Robinson-Harding la primera mención de esta uva aparece en el Duero portugués en 1531 con los sinónimos agudelho y trincadente (trincadeira?). Asimismo, el ADN de la godello y la gouveio (no godelho como cita Pierre Galet) portuguesa son idénticos y se cultivan en el mismo perfil continental atlántico de ambos territorios: la portuguesa en Tras Os Montes y la gallega Monterrei-Valdeorras-Ribeira Sacra. También hay algo en la zona del Dao bajo el engañoso y generalizado nombre de verdelho, atribuido por error del ampelógrafo Pablo Truel en 1984. 

Otro estudio de ADN ha demostrado que la variedad llamada prieto picudo blanco en la Denominación de Origen León, no es una mutación de color de prieto picudo, sino que es idéntica a la godello, incluso, parece ser que se ha encontrado relación entre la godello y la verdejo, aunque por mi parte no he encontrado la prueba de esta afirmación.

José Peñín
Posiblemente el periodista y escritor de vinos más prolífico en habla hispana.
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 11592 veces