Portugal demuestra músculo internacional con el éxito de las ferias consolidadas Essencia do Vinho y Simplesmente Vinho

Profesionales y aficionados, bodegueros, productores, catadores y público final sumaron más de 30 mil personas a estas dos citas que convirtieron a Porto en punto de encuentro consolidado

Carmen Fernández

Jueves 01 de Marzo de 2018

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Un centenar de pequeños productores en Cais Novo y algo más de 400 de los principales productores de vino portugués en el Palacio de la Bolsa, todos unidos por un nexo común, el vino, y todos ellos en Oporto en la franja de unos pocos días. Apenas daba crédito a que dos eventos tan potentes como Essencia do Vinho y Simplesmente Vinho coindieran en tiempo y casi espacio, pero así ocurrió y, lo que es más importante, fue todo un acierto. Del 11 al 25 en el caso de 15ª edición del Essencia do Viño y los días 23 y 24 de febrero en el caso de Simplesmente Vinho, ambos eventos vinieron a poner sobre la mesa la pujanza de un sector que en Portugal es cada vez más potente y diversificado en la ciudad de moda, Porto.

Durante esos días más de 32.000 personas disfrutamos de algunos de los vinos que se ofrecieron en ambos eventos, ahí es nada. Las calles de Porto bullían con gentes de todas las edades portando sus copas de cristal. No había ni alboroto ni suciedad en las calles, los eventos se celebraban a puerta cerrada tras la adquisición de entrada pero el ambiente festivo se trasladaba a las calles, donde llamaba la atención la juventud de muchos de los consumidores, que habían pagado sus 25 euros o 18 euros de entrada. Ahora pensemos si esto se podría trasladar a España y planteemos si en algo nos estamos equivocando cuando cuesta tanto conseguir reunir a tanta gente, y menos que sea menor de 30 años, en torno a la cultura y el consumo responsable del vino.

Essencia do Vinho

Diversidad e internacionalización de los vinos portugueses

Contra lo que a priori se pudiera pensar ambos eventos no se contraprogramaron si no que funcionó una sinergia enriquecedora que hizo que la ciudad se convirtiera en punto de encuentro de profesionales y aficionados, de bodegueros, productores, catadores y público final. Se dieron cita productores de miles de botellas junto con otros que apenas elaboran unos cientos, con diferentes filosofías de trabajo y de producción, con diferentes visiones sobre el vino que permiten dibujar un esbozo rápido de la riqueza y diversidad con la que cuentan los vinos portugueses, con una diversidad de variedades amplia y sorprendente que permitió que, tal y como ocurre en las grandes ferias internacionales del vino, muchos críticos y medios especializados pudieran exprimir al máximo su visita a Porto.

De hecho la organización de Esencia do Vinho destaca en su balance el incremento registrado en esta edición en la afluencia de visitantes extranjeros. Del total de las personas que acudieron a este foro, el 35% fueron extranjeros de los que medio centenar fueron expertos de 13 nacionalidades que participaron de las catas comentadas y conferencias o formaron parte del jurado experto que eligió a los diez mejores vinos portugueses del año. Además, Essencia completó su oferta con un panorama muy amplio no solo de vinos portugueses si no también franceses, italianos, australianos o brasileños, algunos de ellos de ediciones muy limitadas. En total más de 3000 vinos, lo que convierte este evento en "el escaparate privilegiada del vino en nuestro país (....) el evento que reúne la mayor diversidad de proyectos. El público ha percibido eso y, edición tras edición acude en elevado número, lo que nos obliga a ser cada vez más exigentes con un conjunto de detalles que ayudan a marcar la diferencia", explicaba Nuno Pires, director de la Esencia del Vino y de la Revista de Vinos, publicación impulsora de un evento que se completó con un completo programa con armonizaciones con platos y pinchos, cuyo éxito a lo largo de los años ha atraído crecientes multitudes.

Los incendios, hilo conductor del Simplesmente

Precisamente como contrapunto del Essencia, que reúne a grandes multitudes, comenzó a celebrarse hace seis años Simplesmente Vinho, un salón off más modesto en organización pero que cumple un papel importantísimo para dar voz a bodegas más pequeñas, tanto portuguesas como españolas en su mayor parte. Un centenar de viñadores optaron por el Simplesmente Vinho para dar visibilidad a sus proyectos en un formato de evento que invita al encuentro personal con cada creador. Acompañado de exposiciones artísticas, gastronomía y música, este salón alternativo nos permite descubrir al viticultor que hay detrás de cada botella. Proyectos singulares, elaboraciones biodinámicas, proyectos arriesgados pero, sobre todo, personas con respeto a la tierra se dieron cita en un evento en el que el hilo conductor fue el duro golpe que para muchos supusieron los incendios de 2017 que afectaron tanto a Galicia como Portugal.

Simplesmente Vinho

De ahí que la bodega invitada en esta edición fuera Casa Mouraz, una de los vignerons más afectados en Portugal por los incendios que arrasaron viñedo e instalaciones y para cuyo renacimiento se ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding. Con estos apoyos Sara y Antonio, las personas detrás de los vinos de Casa Mouraz, seguirán elaborando sus vinos biodinámicos que sorprenden por su franqueza de aromas y bocas sabrosas y frescas donde las variedades típicas de la región del Dão están fuertemente presentes.

Sostenibilidad y conciencia

Juntos a ellos nos encontramos con vinos del Douro, Tejo, Alentejo, Algarve, Madeira o Azores, pero también vinos españoles: 19 en total, muchos de ellos gallegos (D. Ribeira Sacra, Rías Baixas y Ribeiro) pero también vinos canarios, de Toro (unos increíbles dulces conseguidos con por Dominio del Bendito) o proyectos que poco a poco van creciendo como el de El Hato y el Garabato, en Arribes del Duero, sin olvidar la increíble línea de elaboraciones en la que está trabajando un asturiano enamorado del Jerez, César Velázquez, con su serie de vinos singulas Las Botas, de la bodega Balandro.

Elaboraciones alternativas que giran en torno a las variedades locales, al cultivo sostenible y a la tradición, a veces radicales, recuperando a veces el sabor de los vinos antiguos, y siempre sorprendentes. Una iniciativa que se completó con la participación de la asociación ambientalista Quercus que ofreció una planta a todos los visitantes, a modo de contribución para el esfuerzo de repoblación arbórea de las áreas perdidas por los incendios.

Dos eventos, en definitiva, complementarios que han supuesto una demostración de músculo del sector del vino en el país vecino, que año a año está consiguiendo consolidar estas citas que ponen a Portugal en el punto de mira del sector vitivinícola internacional y que hacen del vino el verdadero y único protagonista de todas las miradas en la ciudad que mira el final del Duero.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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