Paisajes de vino, gastronomía y descanso en la Ruta del Vino de Rioja Alta

La región más occidental de la Rioja nos ofrece una completa oferta para disfrutar de una experiencia enoturística adaptada a los diferentes gustos, edades y épocas del año

Carmen Fernández

Jueves 02 de Noviembre de 2017

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Haro, La Rioja

Gastronomía, patrimonio, paisaje y sobre todo, vino. La capital del vino de la Rioja Alta, Haro, respira vino por los cuatro costados como no podría ser de otra manera en la ciudad que siempre le ha disputado la capitalidad del vino a Logroño. El paisaje de la región más occidental de La Rioja, que comprende las comarcas de Haro, Santo Domingo de la Calzada, Ezcaray, Nájera y Anguiano, impresiona para el que no lo conozca, caracterizado por los viñedos enmarcados por las sierras de Toloño, Cantabria y la Demanda, sin olvidar el paso del río Ebro. Si a ello le unimos el enorme patrimonio histórico y artístico de la zona y un elemento tan singular como el Barrio de la Estación de Haro, donde en apenas quilómetro y medio se agrupan siete bodegas centenarias, el paraíso de los wine lovers está servido. Pero aunque los ingredientes siempre han estado ahí ha sido en los últimos años cuando el territorio ha sabido evolucionar para convertir el enoturismo en un elemento fundamental del tejido económico de Haro. Bodegas de nuevo cuño como Roda vinieron a revolucionar el barrio de la Estación y familias históricas del vino como Vivanco supieron reinventar el concepto de bodega y de cultura del vino en Briones, convirtiendo a la Rioja Alta en polo de atracción para los amantes del enoturismo.

VivancoVivanco

Una evolución en la que ha sido fundamental la firme convicción de que las empresas del territorio han de trabajar conjuntamente. Hasta hace quince años casi era impensable que la gente visitara una bodega pero este año la segunda edición de la cata del Barrio de la Estación reunió a casi cinco mil personas en una experiencia multitudinaria que demostró que las bodegas que allí encontramos, con su historia e idiosincrasia diferente, pueden trabajar conjuntamente para hacer marca Rioja y convertir Haro en ese gran destino enoturístico que está llamado a ser.

Y es que los datos de crecimiento que ha experimentado el territorio les avala: en 2016 la Ruta del Vino de Rioja Alta se sitúa en la cuarta posición de las rutas del vino de España más visitadas, con más de 267 mil visitantes, de los que más de 100 mil recalan en Vivanco, que se ha convertido en sí mismo en visita obligada.

Pero la Ruta del Vino Rioja Alta ofrece mucho más. Actualmente aglutina a más de 70 asociados entre los que se cuentan grandes bodegas históricas, familiares o de nueva creación pero también alojamientos, restaurantes, enotecas y empresas de turismo activo. Cada uno de ellos aporta la diversidad en un territorio en el que el enoturismo va más allá de la visita a una bodega. Es una experiencia en la que podemos descubrir los calaos centenarios bajo el restaurante en el que cenamos, es pisar viñedo en segway o verlo desde un globo, es disfrutar de la gastronomía de la zona asomado a los meandros del Ebro, es bajar a respirar humedad en los cementerios de vinos de bodegas que han escrito la historia del vino, subir a una torre a divisar los paisajes del vino o contemplar el trabajo de los últimos toneleros. Es recorrer los senderos del vino y descubrir las fiestas y tradiciones en cada población (como la Batalla del Vino de Haro, la Batalla del Clarete de San Asensio, los picaos de Sonsierra o el Carnval del Vino de Haro).

Todo eso y más es el enoturismo en Rioja Alta, donde en cada visita podemos descubrir algo diferente, adaptado a la época del año y del perfil del visitante, lo que nos permite disfrutar del mundo del vino durante todo el año. Pero sin duda los meses de otoño secos como el que nos acompaña nos permite disfrutar de los colores del viñedo antes de llegar al invierno, lo que lo convierte en una escapada perfecta para disfrutar, por ejemplo, del próximo Día Europeo del Enoturismo, para el que os lanzamos estas propuestas:

Visita al Barrio de La Estación

Barrio de la EstaciónBarrio de la Estación de Haro

Una visita a Haro no es tal sin recorrer el Barrio de la Estación, donde en torno al ferrocarril se fundaron a finales del XIX las bodegas que hoy son grandes nombres del Rioja. En estas bodegas centenarias se puede ver la evolución arquitectónica, artística y, por supuesto, vinícola hasta llegar a las modernas bodegas que podemos ver hoy, es pasear por la historia para descubrir bodegas centenarias, como el caso de Muga, fundada en 1932 y que cada año visitan 27 mil personas. Muga representa la modernización de una bodega que se ha adaptado a los nuevos tiempos sin olvidar de dónde viene, lo que nos permite contemplar in situ la elaboración de cubelería o el proceso de clarificación en una bodega que ya orienta el 60% de su producción a la exportación.

Muy cerca encontraremos otra de las históricas, la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE), fundada por la familia Real de Asúa en 1879, una de las más antiguas, junto con Bodegas Bilbaínas, que comprende un conjunto de 22 edificios y calados, entre los que se encuentran las dependencias originales de 1879, dispuestos alrededor de un patio y la nave Eiffel, construida entre 1890 y 1909, una innovadora estructura concebida por el estudio del afamado arquitecto francés diseñada sin una sola columna de apoyo y que supuso una verdadera revolución en la gestión del espacio y de las tareas de trasiego y movimiento de barricas.

Otra de las bodegas que podremos encontrar en el mismo barrio de la Estación será Roda, una bodega de nueva planta, con 30 años de historia, que vino a cambiar el concepto tradicional de elaboración de los vinos hasta ese momento en La Rioja haciendo una importante apuesta por búsqueda de calidad y diferenciación, priorizando el viñedo viejo y el terroir sobre la crianza, la fruta sobre la madera con el objetivo de cada vino fuera testigo del año vinícola vivido.

Todas ellas bodegas muy distintas trabajando conjuntamente en la línea de crear un producto turístico que encaja perfectamente con el gusto de los enoturistas, que buscan experiencia más que la cata y cada vez vinos de más calidad.

Bodegas familiares

BrionesBriones

Fuera ya del Barrio de la Estación podremos descubrir cómo cada pequeña localidad tiene su oferta enoturísticas como Briones o San Asensio, donde se encuentran bodegas más pequeñas y familiares como Ayagar, creada en 2004 en el enclave de Hormilleja con el objetivo de elaborar vinos francos propios de este territorio, o Santalba, fundada en 1999 pero que arranca con la tradición familiar del fundador, con más de 50 cosechas a sus espaldas y en la que se han ido incorporando nuevas tecnologías respetando la tradición lo que les ha llevado a elaborar tanto los vinos más clásicos como otros especiales, como el Santalba Amaro, el único de La Rioja elaborado por el método ancestral de origen italiano Amarone o el Santalba Natural, vegano y con certificación de vino ecológico.

David MorenoBodegas David Moreno

Otras como Bodegas David Moreno, fundada en el año 1988, han crecido bajo la filosofía del enoturismo que les permitió recibir en 2016 más de 25.000 visitantes. Recientemente reconocida con el Premio a la Mejor Bodega Abierta al Turismo 2016 por la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), y en 2011 distinguida con el Premio Best Of Wine Turism "Experiencias Innovadoras de Turismo Enológico", esta bodega familiar apostó desde de sus inicios por abrir la bodega al público, adaptándose a lo largo de estos años a las demandas de los clientes, segmentando la oferta enoturística en 10 experiencias diferentes, adaptadas a distintas necesidades, gustos y edades.

Tradición y modernidad, también en el plato y en el descanso

Pero la experiencia en la Rioja Alta no estaría completa sin la gastronomía. La huerta riojana es sin duda una de sus grandes riquezas que nos permiten disfrutar de la experiencia junto al vino: alcachofas, pimientos verdes y rojos y, por supuesto, sus carnes, quesos, aceite, bacalao o setas, que no pueden faltar en nuestro viaje a la Rioja. Viandas elaboradas siguiendo la tradición culinaria, en forma de pinchos, de platos más contundentes o con toques modernos que conservan sabores y aligeran texturas. Podremos encontrar distintas propuestas tanto en Haro como en su entorno más próximo con establecimientos tradicionales en Haro y otros realmente sorprendentes en Casalarreina como La Vieja Bodega o la Cueva de Doña Isabela, ambos originalmente bodegas, donde, además de disfrutar de la oferta culinaria, nos sorprenderán sus calaos o sus salones perfectos para celebraciones o para disfrutar de una excelente sobremesa.

Finalmente no deberemos descuidar el descanso en nuestro viaje. La Ruta del Vino de Rioja Alta agrupa un total de 19 establecimientos entre los que escoger el que mejor se adapte a las necesidades del viajero. Entre ellas no faltarán ni las casas de turismo rural como la La Viña ni los establecimientos hoteleros surgidos en Haro y en su zona de influencia a partir de edificios históricos que nos permiten respirar patrimonio e historia al tiempo que gozamos del descanso y las comodidades que el viajero demanda en la actualidad. Solo nos falta tejer nuestro viaje ideal y dejarse llevar por los paisajes del vino de la Rioja Alta.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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